Mons. Manuel Ureña Hermanos e hijos muy amados.
El día 11 de octubre de 2011, séptimo de su pontificado, Benedicto XVI firmaba la carta apostólica en forma de motu proprio Porta fidei (=PF). En ella, el Papa, convocaba un Año de la fe, el cual habría de comenzar, como así ocurrió felizmente, el 11 de octubre de 2012 y habría de concluir trece meses después, el día 24 de noviembre del presente año de 2013, solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo.
El Papa hacía coincidir el comienzo del Año de la fe con la memoria agradecida de dos grandes acontecimientos que han marcado el rostro de la Iglesia de nuestros días: los 50 años transcurridos desde la apertura del Concilio Vaticano II, convocado por el ya beato papa Juan XXIII, el 1 de octubre de 1962; y los 20 años ya pasados desde la promulgación del Catecismo de la Iglesia Católica (=CCE), legado a la Iglesia por el también beato papa Juan Pablo II, el 11 de octubre de 1992.
Tales eventos fueron tenidos muy en cuenta por el papa Benedicto XVI en la proclamación del Año de la fe porque tanto el uno como el otro guardan una relación intrínseca con la fe misma. Recordemos que, como dijo literalmente Juan XXIII, el Concilio quería “transmitir, pura e integra, la doctrina, sin atenuaciones ni deformaciones”, comprometiéndose a que “esta doctrina, cierta e inmutable, que debe ser fielmente respetada, sea profundizada y presentada de modo que corresponda a las exigencias de nuestro tiempo”. Y, respecto del CCE, afirmaba Benedicto XVI que este documento, pensado por Juan Pablo II para inculcar en los fieles la fuerza y la belleza de la fe, es un fruto auténtico del Concilio Vaticano II y fue pedido por el Sínodo Extraordinario de los Obispos de 1985 como instrumento valioso para la catequesis (cf PF 4). En este sentido, no es tampoco fortuito que el Papa hiciera coincidir el comienzo del Año de la fe con la celebración del Sínodo de los Obispos sobre la Nueva Evangelización para la transmisión de la fe.
Así las cosas, el año de la fe ha tenido como horizonte el Concilio Vaticano II y el CCE porque es necesario nos planteemos hoy de un modo reflejo la cuestión de la fe. ¿Creemos realmente? Y, si creemos, ¿cómo creemos? ¿Es nuestra fe verdaderamente objetiva o se encuentra más de una vez atrapada en los engañosos pliegues de la subjetividad? ¿No habremos olvidado el horizonte de la fe a fuerza de darlo con no exigua ligereza por demasiado supuesto? Como dice el Papa en PF 2, “sucede hoy con frecuencia que los cristianos se preocupan mucho por las consecuencias sociales, culturales y políticas de su compromiso, y, al mismo tiempo, siguen considerando la fe como un presupuesto obvio de la vida común. Pero, de hecho, este presupuesto no solamente no aparece como tal, sino que incluso es negado no pocas veces”.
Se explica, así, que un compromiso fundamental del Año de la fe tuviera que ser y haya sido, en expresión del Papa, “redescubrir los contenidos de la fe profesada, celebrada, vivida y rezada, y reflexionar sobre el mismo acto de fe con el que se cree” (PF 9), un acto que es imposible sin la doble acción de Dios (la gracia exterior del anuncio positivo de su Palabra revelada y la acción interior del Espíritu Santo en el hombre) y sin la adhesión consciente y libre a la fe de la Iglesia, que es el sujeto canónico del acto de fe pleno. De este modo, nuestro acto de fe es tanto más verdadero cuanto más se adecúa al acto de fe de la Iglesia, acto éste del que es figura e imagen el acto de fe de la Madre de Dios.
Pues bien, para llevar a cabo las exigencias pastorales del Año de la fe, la Congregación para la Doctrina de la Fe recibió del Papa el encargo de escribir una Nota (=N) con indicaciones para vivir este tiempo de gracia (6 de enero de 2012), las cuales no excluían, por supuesto, otras propuestas que el Espíritu Santo pudiera suscitar entre los pastores y fieles de las distintas partes del mundo (cf N Introducción).
La referida Nota, dividida en cuatro capítulos, da indicaciones pastorales para vivir el Año de la fe en el ámbito de la Iglesia Universal, en el ámbito de las Conferencias Episcopales, en el ámbito de las Diócesis y en el ámbito de las Parroquias / Comunidades / Asociaciones / y Movimientos.
Nuestra Provincia Eclesiástica de Zaragoza, a la que pertenece de facto la diócesis tan hermana de Jaca, creyó oportuno, siguiendo las indicaciones de N para el ámbito de la Iglesia Universal, organizar en común y para toda la Provincia dos acciones pastorales en la ciudad de Zaragoza: un a modo de retiro espiritual para sacerdotes, abierto a todo el Pueblo de Dios, sobre la doctrina de las cuatro constituciones conciliares, que fue dirigido y sabiamente orientado desde una hermenéutica del texto conciliar a partir de la continuidad y de la reforma del sujeto eclesial por el cardenal prefecto de la Congregación para los Obispos, Su Eminencia Reverendísima Marc Ouellet, y que se celebró en La Seo y en El Pilar el día 2 de mayo del año en curso; y una peregrinación de las diócesis aragonesas al Pilar, que se celebrará, Dios mediante, el día 16 de noviembre, sábado, a una semana exacta de distancia de la clausura del Año de la fe. Cumplimos con ello la invitación de N I/3, que nos anima a dirigirnos, con particular devoción, a María, figura e imagen de la Iglesia, que reúne en sí y refleja en cierto modo las supremas verdades de la fe, y a cuyos santuarios debemos peregrinar en señal de conversión y de penitencia en este Año jubilar.
Os esperamos, pues, en Zaragoza ese día en los tiempos y lugares que ya se están dando a conocer por los distintos medios.
Unidos a vosotros en la Eucaristía por la fe de la Iglesia recibida en el bautismo, con nuestro Santo Padre el Papa Francisco, os bendecimos en el nombre del Señor y os confirmamos en la fe.
+Manuel Ureña, arzobispo de Zaragoza
+Alfonso Milián, obispo de Barbastro-Monzón
+Carlos-Manuel Escribano, obispo de Teruel y de Albarracín
+Julián Ruíz, obispo de Huesca y de Jaca
+Eusebio Hernández, obispo de Tarazona
Fuente:: Mons. Manuel Ureña
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Españoles peregrinarán a la Virgen del Pilar para clausurar el Año de la Fe
Noticias religiosas - archivoZaragoza (Martes, 29-10-2013, Gaudium Press) El próximo 16 de noviembre centenas de fieles de las diócesis aragonesas en España, se darán cita en la Basílica de la Virgen del Pilar para rendir un homenaje a Nuestra Señora y clausurar con este evento el Año de la Fe.
La jornada iniciará a las 10:30 de la mañana con un encuentro en La Seo de Zaragoza, donde se tendrá lugar el encuentro «Testimonio de los Mártires», y continuará luego con una solemne celebración Eucarística en la Basílica del Pilar.
En la tarde, los fieles aragoneses podrán participar de un concierto en el Pilar en honor a la Virgen y de la clausura del evento con una jornada mariana de oración.
Nuestra Señora del Pilar es una de las advocaciones marianas de mayor devoción en España. La Virgen fue proclamada Patrona de Zaragoza el 27 de mayo de 1642. También es Patrona de la Guardia Civil, patronazgo que le fue concedido en 1913.
Con información de la Diócesis de Teruel y de Albarracín.
Fuente:: Gaudium Press
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¡Señor, reza por mí! El Papa el lunes
Noticias religiosas - archivo(RV).- Jesús sigue orando e intercediendo por nosotros, mostrando al Padre el precio de nuestra salvación: sus llagas. Lo dijo el Papa Francisco en la misa de la mañana en la Casa de Santa Marta, en el día en que la Iglesia celebra los Santos Simón y Judas, Apóstoles.
Al centro de la homilía de hoy estuvo el pasaje del Evangelio en el que Jesús pasa toda la noche orando al Padre antes de elegir a los Doce Apóstoles: “Jesús compone su equipo” – subrayó el Obispo de Roma – y luego se encuentra rodeado por una gran multitud de gente “llegada para escucharlo y ser curada” porque “de Él brotaba una fuerza que sanaba a todos”. Son las “tres relaciones de Jesús” – observó Francisco – “Jesús con el Padre, Jesús con sus apóstoles y Jesús con la gente”. Jesús oraba al Padre por los Apóstoles y por la gente. Y aún hoy reza:
“Es el intercesor, el que reza, y reza a Dios con nosotros y ante nosotros. Jesús nos ha salvado, hizo esta gran oración, su sacrificio, su vida, para salvarnos, para justificarnos: estamos justificados gracias a Él. Ahora se ha ido, y reza ¿Pero Jesús es un espíritu? ¡Jesús no es un espíritu! Jesús es una persona, un hombre, con carne como la nuestra, pero en la gloria. Jesús tiene las llagas en las manos, en los pies, en el costado y cuando ora al Padre muestra este precio de la justificación, y reza por nosotros, como diciendo: ‘Pero, Padre, que esto no se pierda’”.
Jesús “tiene la primicia de nuestras oraciones”, porque “es el primero en orar” y como “nuestro hermano” y “un hombre como nosotros”, intercede por nosotros:
“Al principio, Él realizó la redención, justificó a todos, pero ahora, ¿qué hace? Intercede, reza por nosotros. Pienso en qué habrá sentido Pedro cuando lo renegó, y luego Jesús lo miró y él lloraba. Podía arrepentirse. Muchas veces, entre nosotros, nos decimos: ‘Reza por mí, ¿eh?, lo necesito, tengo tantos problemas, tantas cosas: Reza por mí’. Y eso es bueno, ¿eh?, porque nosotros hermanos debemos rezar los unos por los otros”.
Por ello el Santo Padre nos exhortó a pedir: “Reza por mí, Señor, Tú eres el intercesor”:
“Él reza por mí; reza por todos nosotros y reza con coraje porque hace ver al Padre el precio de nuestra justicia: Sus llagas. Pensemos tanto en esto y demos gracias al Señor. Agradezcamos por tener un hermano que reza con nosotros y reza por nosotros, intercede por nosotros. Y hablemos con Jesús, digámosle: ‘Señor, Tú eres el intercesor, Tú me has salvado, me has justificado. Pero ahora, reza por mí’. Y confiemos nuestros problemas, nuestra vida, tantas cosas a Él , para que Él las lleve al Padre”.
(RC-RV)
Fuente:: News.va
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Son un equipo que difunde la esperanza y el perfume del Evangelio, el Papa al Centro Televisivo Vaticano
Noticias religiosas - archivo(RV).- Un “equipo” llamado a servir al Papa y a la Iglesia con un “estilo” especial, del que todo debe depender: desde las elecciones editoriales hasta la programación. Así ve el Francisco el trabajo que desarrolla el Centro Televisivo Vaticano, cuyos empleados con sus familias fueron recibidos esta mañana en audiencia con ocasión del 30° aniversario de fundación de este organismo de la Santa Sede.
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En efecto, desde hace treinta años el Centro Televisivo Vaticano ocupa un carril preferencial en la autopista global de la comunicación. Y la recorre a velocidad sostenida, siguiendo el ritmo que marcan las innovaciones tecnológicas. Y todo esto con una orientación precisa, recordó el Papa, o sea “servir con la difusión de las imágenes televisivas del Pontificado la causa del Evangelio.
Ante las casi ciento cincuenta personas que lo escucharon en la Sala Clementina del Palacio Apostólico del Vaticano, Francisco afirmó:
“Son profesionales al servicio de la Iglesia. Su trabajo es de gran calidad, y así debe ser por la tarea que se les ha asignado. Pero la profesionalidad para ustedes debe ser siempre servicio a la Iglesia, en todo: en las tomas, en la dirección, en las elecciones editoriales… Todo puede ser hecho con un estilo, un punto de visto que es el eclesial, el de la Santa Sede. Es necesario que la comunicación del Centro Televisivo Vaticano sepa infundir en los espectadores, en los fieles y en los “distantes”, el perfume y la esperanza del Evangelio”.
Nacido hace tres décadas, por intuición y voluntad de Juan Pablo II, el Centro Televisivo Vaticano tiene como ruta y misión – afirmó en esta ocasión el Papa Francisco – “mantener firmemente la perspectiva evangélica” en un sector, ll mediático, en el que esta perspectiva es desconocida o ignorada. Y para lograrlo, añadió, es necesario un grupo unido y responsable:
“Jueguen como equipo. La eficacia de la pastoral de la comunicación es posible creando relaciones, haciendo convergir en torno a proyectos compartidos una serie de sujetos; una ‘unión de intenciones y de fuerzas’. Sabemos que esto no es fácil, pero si se ayudan juntos a hacer equipo todo se vuele más leve, sobre todo y también el estilo de su trabajo será un testimonio de comunión”.
El Papa agradeció a los miembros del Centro Televisivo Vaticano no sólo su profesionalidad hoy reconocida en todo el mundo, sino sobre todo la disponibilidad y discreción que cada día le testimonian y con la cual lo acompañan. Además, Francisco manifestó atención y delicadeza también para las familias de los empleados:
“…Porque como ha recordado el Director, Mons. Viganò, ¡viven la agenda semanal de los compromisos del Papa! Es un sacrificio no de poca cuenta, imagino, y por esto no sólo les estoy agradecido, sino que les aseguro una oración por todos ustedes, en especial por sus niños. El Papa no quiere estorbar en la vida de la familia, ¡eh! Pero les agradezco por la paciencia”.
El Papa agregó un último saludo “a los amigos que – observó – están implicados de diversas maneras en la gran familia del Centro Televisivo Vaticano”. Porque como dijo al concluir, “solos no podemos hacer mucho, pero juntos podemos estar al servicio de todo el mundo, difundiendo la verdad y la belleza del Evangelio hasta los confines de la tierra”.
(María Fernanda Bernasconi – RV).
Fuente:: News.va
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María, señal de esperanza cierta y de consuelo
Noticias religiosas - archivoCerca ya la fiesta de nuestra Patrona, la Virgen de la Almudena, deseo invitaros a preparaos con alegría a su celebración el día 9 de Noviembre. Madrid, que metida ya en el tercer milenio de la historia, es una ciudad moderna y antigua al mismo tiempo. La advocación de la Almudena a la Madre de Dios data nada menos que de los comienzos de segundo milenio: fue en el año 1085 cuando los habitantes de esta ciudad comenzaron a honrar a la Virgen con esta advocación. También el Voto de la Villa, que renovará la Señora Alcaldesa tiene un origen muy antiguo. Desde el 8 de septiembre de 1646, los madrileños siguen renovando su voto de asistir “a la festividad de Nuestra Señora de La Almudena… perpetuamente para siempre jamás, esperando que este servicio le será muy agradable a la Virgen Santísima… y para bien público de esta Villa”. Aquel primer voto fue, como sabéis, en acción de gracias por haber salido sanos y salvos de una inundación. Hoy seguimos dando gracias a la Virgen, pidiendo lo mejor para esta ciudad, que ha manifestado su fe en Cristo y su amor a la Iglesia durante muchas generaciones de cristianos en las que ha habido numerosos mártires y santos. Fe que ha resplandecido con singular belleza en la JMJ 2011, presidida por el Santo Padre Benedicto XVI.
Os animo a participar en la Santa Misa que se celebrará en la Plaza Mayor, y en la posterior procesión en la que honraremos a nuestra patrona por las calles de Madrid hasta la Catedral de la Almudena. El lema de este año es María, señal de esperanza cierta y de consuelo, una expresión que procede de un texto luminoso del Concilio Vaticano II, al final de la constitución sobre la Iglesia: “La Madre de Jesús, glorificada ya en los cielos en cuerpo y alma, es la imagen y comienzo de la Iglesia que llegará a su plenitud en el siglo futuro. También en este mundo, hasta que llegue el día del Señor, brilla ante el Pueblo de Dios en marcha, como señal de esperanza cierta y de consuelo”.
Recientemente el Papa Francisco recordaba que “María siempre está con nosotros. Sostiene a los cristianos en el combate contra las fuerzas del mal… Donde está la cruz para nosotros los cristianos hay esperanza. Si no hay esperanza, no somos cristianos. Por eso me gusta decir: no os dejéis robar la esperanza”.
Sus palabras adquieren una gran resonancia en estos momentos en el que tantas familias sufren las diversas crisis en nuestra sociedad: crisis humanas, morales y espirituales, crisis económicas: ¡no nos dejemos robar la esperanza! Pienso especialmente en tantas personas y familias en paro, en tantos matrimonios jóvenes que no pueden criar dignamente a sus hijos, en tantas mujeres que sufren maltrato y marginación. Os recuerdo a este respecto unas palabras de los Obispos españoles: “Sin la familia, sin la protección del matrimonio y de la natalidad, no habrá salida duradera de la crisis. Así lo pone de manifiesto el ejemplo admirable de la solidaridad de tantas familias en la que abuelos, hijos y nietos se ayudan a salir adelante como solo es posible hacerlo en el seno de una familia estable y sana”.
En estos momentos de crisis y de incertidumbre económica, la acción de <<Cáritas>> diocesana y parroquial, y de tantas obras de caridad que llevan a cabo numeras realidades eclesiales de nuestra ciudad, son un testimonio esperanzador de cómo la fe sabe transformarse en obras de servicio. Hay muchas manos trabajando en esas acciones de auténtica caridad cristiana: yo pido hoy, confiando en la intercesión de nuestra Madre y Patrona, que esas manos se multipliquen y que nos conceda por medio de su Hijo, las gracias espirituales y materiales que necesitamos.
A los largo de este año hemos contemplado, con agradecimiento a Dios, los abundantes frutos de la Misión Madrid, que se ha desplegado en numerosas iniciativas de evangelización en los ambientes más diversos de nuestra ciudad. Ponemos esos frutos a los pies de la Virgen, como los granos de trigo a los que alude su nombre, para que esos granos se transformen en un trigal fecundo para la Iglesia entera. Pedimos también a nuestra Madre de La Almudena que nos siga bendiciendo en la Misión Madrid para alcanzar, con su ayuda, los retos pastorales que nos hemos propuesto para este curso. Y le rogamos que nos acompañe en nuestro caminar creyente en este tiempo último que nos queda para finalizar el Año de la Fe, el próximo 24 de noviembre de 2013, en la Solemnidad de Cristo Rey del Universo.
Con mi afecto y bendición.
+ Antonio Mª Rouco Varela
Cardenal-Arzobispo de Madrid
Fuente:: Mons. Antonio Mª Rouco Varela
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Mensaje a los hindúes por la fiesta de Deepavali
Noticias religiosas - archivoFuente:: News.va
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Intenciones de oración del Papa Francisco para el mes de noviembre
Noticias religiosas - archivo(RV).- La Intención General del Apostolado de la oración es “para que los sacerdotes que experimentan dificultades sean confortados en su sufrimiento, sostenidos en sus dudas y confirmados en su fidelidad”.
Mientras la Intención Misionera es “para que como fruto de la Misión Continental, las Iglesias en América Latina envíen misioneros a otras Iglesias”.
(MFB – RV).
Fuente:: News.va
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La dimensión evangelizadora de la caridad, en las jornadas de Cáritas de Orihuela-Alicante y en las de Granada
Noticias religiosas - archivoXIV Escuela de Formación en Orihuela-Alicante
Bajo el lema “Es tiempo para la esperanza”, el Colegio Salesiano de la localidad alicantina de El Campello acogió la XIV Escuela de Formación de Cáritas Diocesana de Orihuela-Alicante. Durante los días 26 y 27 de octubre, los asistentes participaron en un programa formativo que, siguiendo el objetivo del Plan Diocesano de Pastoral, ha pretendido “revitalizar la comunidad parroquial cuidando especialmente la inspiración evangelizadora”.
Las sesiones se iniciaron con la intervención de Ana Abril, directora del Área de Desarrollo Social e Institucional de Cáritas Española, que presentó el Plan Estratégico 2014-2017 de la Confederación. Tras este tema introductorio, el resto de los espacio de la Escuela estuvieron dedicados de lleno al desarrollo de los cuatro talleres incluidos en la convocatoria de este año.
El primero de ellos estuvo dedicado al tema “Ideario ético para la relación de Cáritas con las empresas: Una visión local y global”. En el segundo, los participantes trabajaron sobre “Cómo nos coordinamos en Cáritas: Tejiendo complicidades y fortalezas”. “Cómo nos ayudamos en Cáritas” fue el tema propuesto para el tercero de los talleres, mientras que en el cuarto se abordó la cuestión “Cómo nos encontramos con Jesús en la persona que sufre situación de pobreza”.
XIV Encuentro de Agentes de Cáritas en Granada
Bajo el lema “La fuerza evangelizadora de la caridad” y con la participación de 300 personas, en la mañana del sábado 26 de octubre tuvo lugar el XIV Encuentro de Agentes (voluntarios y trabajadores) de Cáritas Parroquiales y Cáritas Diocesana de Granada. Dicho encuentro, que se celebró en las instalaciones de la Escuela de Magisterio “La Inmaculada” de la Diócesis, contó con la presencia de Vicente Altaba, delegado episcopal de Cáritas Española, que impartió la ponencia marco de la jornada sobre el tema señalado en el lema del encuentro.
Durante el encuentro se presentó el nuevo Comité Ejecutivo de Cáritas Granada, de modo particular el nuevo Director, Javier de Benavides, y la nueva secretaria general, Sofía Bravo.
Vicente Altaba, a lo largo de su exposición, incidió en la íntima relación que existe entre la auténtica vivencia de la fe y el ejercicio de la caridad. Es más, situó a esta como elemento privilegiado desde el que cualquier otra actuación y vivencia eclesial adquiere sentido y, más aún, credibilidad.
Así mismo, el delegado de Cáritas Española, presentó la vivencia práctica y organizada del amor a los empobrecidos como respuesta a la pregunta que late en el corazón de muchas personas que sufren: “¿Dónde está Dios?”. De tal manera, todos los agentes de Cáritas –sacerdotes, voluntarios y trabajadores que viven su servicio socio caritativo como prolongación de su fe y su espiritualidad– se convierten en evangelizadores que, a través de sus hechos, de su entrega, de su acompañamiento, de su desgaste, de su defensa de la justicia, de su ofrecimiento de consuelo y esperanza… es decir, desde su poner por obra el amor…”hablan bien de Dios”, incluso sin necesidad de mencionarlo.
Vicente Altaba terminó su intervención con algunas conclusiones, entre ellas:
-Evangelizar es hacer presente el amor de Dios y comprometerse por superar todo lo inhumano.
-Sólo el amor dice bien de Dios. Las palabras y doctrinas sin amor no hablan de Dios.
-La caridad no es un “instrumento” al servicio de la evangelización, es un “sacramento” del amor de Dios, por eso evangeliza.
-Los agentes de la caridad somos evangelizadores si amamos como Dios ama.
-De ahí la importancia de unir lo que hacemos y lo que somos. Que lo que hacemos manifieste lo que somos: iconos del amor de nuestro Padre Dios.
Por otro lado, este Encuentro de Agentes contó también con la exposición móvil “Voces contra la Pobreza” sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio y el trabajo contra la pobreza que se realiza desde Cáritas.
Fuente:: SIC
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Creo en la Santa Iglesia Católica (II)
Noticias religiosas - archivoLa unidad es una nota fundamental de la Iglesia. Es la primera que afirmamos en el credo cuando decimos: “creo en la Iglesia una”. Es el reflejo de la comunión de las tres personas de Santísima Trinidad. Está formada por miembros diversos de todas las razas, lenguas, culturas, continentes y naciones. El Catecismo dice concisa y acertadamente en qué consiste esta unidad: “La Iglesia Católica esparcida por el mundo tiene una sola fe, una sola vida sacramental, una única sucesión apostólica, una esperanza común, la misma caridad” (nº 161).
Normalmente en el lenguaje común cuando decimos la palabra Iglesia nos referimos a la iglesia peregrina en la tierra. Pensado así nos quedaríamos muy cortos. La única Iglesia está formada por miembros que se encuentran en tres situaciones o condiciones distintas. Unos ya han llegado a la Iglesia triunfante del cielo, otros están en la purgante y nosotros en la Iglesia militante o peregrina en camino hacia la iglesia triunfante. Todos formamos la única Iglesia. Produce un gozo inmenso y un ánimo saber que estamos en comunión con los millones de hombres y mujeres que a lo largo de los siglos han seguido a Cristo y viven felices en el cielo. Ellos quieren la unidad de los que estamos aún en la tierra, pero la desunión es un hecho que nos duele.
Jesús en la Última Cena pidió al Padre la unidad de los suyos: “Que todos sean uno como Tú Padre, estás en Mí y Yo en Ti. Que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste” (Jn 17, 21). La unidad de la iglesia es una preocupación agobiante para el apóstol San Pablo. Sus cartas están llenas de llamadas de atención y exhortaciones ( Cfr.1 Cor 1-10; 1 Cor 12,13; 2 Cor 11,46; Gal 1, 6-10;Efes 3, 3-6;Col 2, 1-5;1Tim 1,3). Un botón de muestra es lo que escribe en la primera carta a los cristianos de Corinto. “Os ruego, hermanos, en nombre de Cristo Jesús, nuestro Señor, que todos habléis igualmente y no haya entre vosotros divisiones, antes bien seáis concordes en el mismo pensar y en el mismo sentir. Esto, hermanos, os lo digo porque he sabido por los de Cloe que hay entre vosotros discordias y cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo, yo de Apolo, yo de Cefas. ¿Está dividido Cristo? ¿O ha sido Pablo crucificado por vosotros, o habéis sido bautizados en su nombre?” (1 Cor 1, 10-13).
La inquietud por formar un solo rebaño con un solo pastor (Jn 10, 16) está siempre presente entre los cristianos. En nuestros días se manifiesta en el movimiento ecuménico. Éste va haciendo su lento y seguro camino. La oración de los miembros de las diversas confesiones cristianas es el caldo de cultivo para que juntos con las reflexiones y el diálogo de los teólogos, lleguemos a la unidad plena. El ecumenismo es un camino de todos hacia la verdad y fidelidad, es un camino de conversión y santidad que dará sus frutos.
Desgraciadamente cada uno de nosotros somos, a veces, motivo de divisiones, en la familia, la parroquia, el pueblo, el barrio, la escuela, el trabajo y las relaciones sociales en general. Quisiéramos que la madre Iglesia apareciera brillante ante el mundo como signo de esperanza, de unión y de paz. Así lo pedimos en las plegarias Eucarísticas de la reconciliación: “Mira con amor, Padre de bondad, a quienes llamas a unirse a ti, y concédeles que, participando del único sacrificio de Cristo, formen, por la fuerza del Espíritu Santo, un solo cuerpo, en el que no haya ninguna división. Concédenos tu Espíritu, para que desaparezca todo obstáculo en el camino de la concordia y la Iglesia resplandezca en medio de los hombres como signo de unidad e instrumento de tu paz”. Donde hay un cristiano tiene que reinar este espíritu que nace de la santidad de la Iglesia.
LA IGLESIA SANTA
La Iglesia por estar formada por todos nosotros que somos pobres criaturas, débiles e imperfectas aparece como pecadora. Nosotros somos los que la hacemos pecadora. Sin embargo en su profundo ser es santa porque va, delante de nuestro pecado, Jesucristo que nos redime y es el santo entre todos los santos y solo así la hace aceptable ante los ojos Dios Padre. Jesús pidió al Padre que santificase a los suyos (Jn 17, 17) y San Pablo dice que Dios nos ha colmado de bendiciones para ser santos (Efes 1, 3-4; y 5,27). Con toda razón dirige la carta a los efesios diciendo: “A los santos y fieles en Cristo que están en Efeso (Ef 1,1), y a los cristianos de Corinto, que había corregido por sus faltas de caridad y división les encabeza su segunda carta diciendo: “a la Iglesia de Dios en Corinto, con todos los santos de toda Acaya” (2 Cor 1,1). Quiere decir que para San Pablo todos los cristianos se pueden llamar santos pues están en actitud de conversión y camino a la santidad. En efecto, después de haber mostrado que el Espíritu Santo es la fuente y el dador de toda santidad, confesamos ahora que “es Él quien ha dotado de santidad a la Iglesia” (1, 10, 1). Y la Constitución Dogmática de la Iglesia, Luz de las Gentes afirma: “La Iglesia es el pueblo santo de Dios” (LG 12). Con esta expresión se quiere abarcar la humanidad entera.
+ Francisco Pérez González
Arzobispo de Pamplona y Tudela
Fuente:: Mons. Francisco Pérez
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Carta Pastoral de los Obispos de Aragón, llamados a ser libres desde el amor en la verdad descubierta por la fe, con motivo de la Gran Peregrinación de las Diócesis Aragonesas a la Catedral-Basilica de la Virgen del Pilar de Zaragoza, el sábado día 1
Noticias religiosas - archivoEl día 11 de octubre de 2011, séptimo de su pontificado, Benedicto XVI firmaba la carta apostólica en forma de motu proprio Porta fidei (=PF). En ella, el Papa, convocaba un Año de la fe, el cual habría de comenzar, como así ocurrió felizmente, el 11 de octubre de 2012 y habría de concluir trece meses después, el día 24 de noviembre del presente año de 2013, solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo.
El Papa hacía coincidir el comienzo del Año de la fe con la memoria agradecida de dos grandes acontecimientos que han marcado el rostro de la Iglesia de nuestros días: los 50 años transcurridos desde la apertura del Concilio Vaticano II, convocado por el ya beato papa Juan XXIII, el 1 de octubre de 1962; y los 20 años ya pasados desde la promulgación del Catecismo de la Iglesia Católica (=CCE), legado a la Iglesia por el también beato papa Juan Pablo II, el 11 de octubre de 1992.
Tales eventos fueron tenidos muy en cuenta por el papa Benedicto XVI en la proclamación del Año de la fe porque tanto el uno como el otro guardan una relación intrínseca con la fe misma. Recordemos que, como dijo literalmente Juan XXIII, el Concilio quería “transmitir, pura e integra, la doctrina, sin atenuaciones ni deformaciones”, comprometiéndose a que “esta doctrina, cierta e inmutable, que debe ser fielmente respetada, sea profundizada y presentada de modo que corresponda a las exigencias de nuestro tiempo”. Y, respecto del CCE, afirmaba Benedicto XVI que este documento, pensado por Juan Pablo II para inculcar en los fieles la fuerza y la belleza de la fe, es un fruto auténtico del Concilio Vaticano II y fue pedido por el Sínodo Extraordinario de los Obispos de 1985 como instrumento valioso para la catequesis (cf PF 4). En este sentido, no es tampoco fortuito que el Papa hiciera coincidir el comienzo del Año de la fe con la celebración del Sínodo de los Obispos sobre la Nueva Evangelización para la transmisión de la fe.
Así las cosas, el año de la fe ha tenido como horizonte el Concilio Vaticano II y el CCE porque es necesario nos planteemos hoy de un modo reflejo la cuestión de la fe. ¿Creemos realmente? Y, si creemos, ¿cómo creemos? ¿Es nuestra fe verdaderamente objetiva o se encuentra más de una vez atrapada en los engañosos pliegues de la subjetividad? ¿No habremos olvidado el horizonte de la fe a fuerza de darlo con no exigua ligereza por demasiado supuesto? Como dice el Papa en PF 2, “sucede hoy con frecuencia que los cristianos se preocupan mucho por las consecuencias sociales, culturales y políticas de su compromiso, y, al mismo tiempo, siguen considerando la fe como un presupuesto obvio de la vida común. Pero, de hecho, este presupuesto no solamente no aparece como tal, sino que incluso es negado no pocas veces”.
Se explica, así, que un compromiso fundamental del Año de la fe tuviera que ser y haya sido, en expresión del Papa, “redescubrir los contenidos de la fe profesada, celebrada, vivida y rezada, y reflexionar sobre el mismo acto de fe con el que se cree” (PF 9), un acto que es imposible sin la doble acción de Dios (la gracia exterior del anuncio positivo de su Palabra revelada y la acción interior del Espíritu Santo en el hombre) y sin la adhesión consciente y libre a la fe de la Iglesia, que es el sujeto canónico del acto de fe pleno. De este modo, nuestro acto de fe es tanto más verdadero cuanto más se adecúa al acto de fe de la Iglesia, acto éste del que es figura e imagen el acto de fe de la Madre de Dios.
Pues bien, para llevar a cabo las exigencias pastorales del Año de la fe, la Congregación para la Doctrina de la Fe recibió del Papa el encargo de escribir una Nota (=N) con indicaciones para vivir este tiempo de gracia (6 de enero de 2012), las cuales no excluían, por supuesto, otras propuestas que el Espíritu Santo pudiera suscitar entre los pastores y fieles de las distintas partes del mundo (cf N Introducción).
La referida Nota, dividida en cuatro capítulos, da indicaciones pastorales para vivir el Año de la fe en el ámbito de la Iglesia Universal, en el ámbito de las Conferencias Episcopales, en el ámbito de las Diócesis y en el ámbito de las Parroquias / Comunidades / Asociaciones / y Movimientos.
Nuestra Provincia Eclesiástica de Zaragoza, a la que pertenece de facto la diócesis tan hermana de Jaca, creyó oportuno, siguiendo las indicaciones de N para el ámbito de la Iglesia Universal, organizar en común y para toda la Provincia dos acciones pastorales en la ciudad de Zaragoza: un a modo de retiro espiritual para sacerdotes, abierto a todo el Pueblo de Dios, sobre la doctrina de las cuatro constituciones conciliares, que fue dirigido y sabiamente orientado desde una hermenéutica del texto conciliar a partir de la continuidad y de la reforma del sujeto eclesial por el cardenal prefecto de la Congregación para los Obispos, Su Eminencia Reverendísima Marc Ouellet, y que se celebró en La Seo y en El Pilar el día 2 de mayo del año en curso; y una peregrinación de las diócesis aragonesas al Pilar, que se celebrará, Dios mediante, el día 16 de noviembre, sábado, a una semana exacta de distancia de la clausura del Año de la fe. Cumplimos con ello la invitación de N I/3, que nos anima a dirigirnos, con particular devoción, a María, figura e imagen de la Iglesia, que reúne en sí y refleja en cierto modo las supremas verdades de la fe, y a cuyos santuarios debemos peregrinar en señal de conversión y de penitencia en este Año jubilar.
Os esperamos, pues, en Zaragoza ese día en los tiempos y lugares que ya se están dando a conocer por los distintos medios.
Unidos a vosotros en la Eucaristía por la fe de la Iglesia recibida en el bautismo, con nuestro Santo Padre el Papa Francisco, os bendecimos en el nombre del Señor y os confirmamos en la fe.
+Manuel Ureña, arzobispo de Zaragoza
+Alfonso Milián, obispo de Barbastro-Monzón
+Carlos-Manuel Escribano, obispo de Teruel y de Albarracín
+Julián Ruíz, obispo de Huesca y de Jaca
+Eusebio Hernández, obispo de Tarazona
Fuente:: Mons. Manuel Ureña
Leer mas http://www.agenciasic.com/2013/10/28/carta-pastoral-de-los-obispos-de-aragon-llamados-a-ser-libres-desde-el-amor-en-la-verdad-descubierta-por-la-fe-con-motivo-de-la-gran-peregrinacion-de-las-diocesis-aragonesas-a-la-catedral-basilica/
La voz de Cáritas
Noticias religiosas - archivoLa lectura del informe de Cáritas sobre el ejercicio de 2012 golpea nuestras atribuladas conciencias respecto a la situación social que vivimos en España en el momento presente. El año pasado, Cáritas ha atendido a ¡1.300.914 personas!
Cada una de estas personas tiene un mundo roto interiormente: parados desde hace tiempo, familias en situación agónica, inmigrantes en precariedad, personas sin hogar, ancianos en necesidad extrema, discapacitados de diverso grado, enfermos de sida, reclusos y ex reclusos… Son personas desprotegidas, muchas de las cuales piden ayuda como consecuencia de la situación económica y social que vivimos. Desde que empezó la crisis, la pobreza severa se ha duplicado en España, alcanzando en estos momentos a 3 millones de personas que no superan los 307 euros de ingresos mensuales. En los últimos años se está produciendo un
descenso de la renta media que provoca el empobrecimiento de nuestra sociedad, lo que afecta especialmente a las personas y familias más vulnerables: desempleados, personas sin hogar, familias monoparentales…
El drama de los parados se está haciendo crónico en nuestra sociedad: más de la mitad (entre 3 y 4 millones de personas) lleva ya un año o dos años en paro.
¿Nos imaginamos lo que esto supone para un hogar? El agotamiento emocional, las crisis depresivas y afectivas, la pérdida de la vivienda, el riesgo de la desintegración del hogar, son las consecuencias inmediatas. Bien es cierto que este momento crítico está favoreciendo en muchos casos el sentimiento de familia, que acoge a los miembros necesitados compartiendo con ellos sus bienes, y otras entidades sociales que se ven desbordadas por el número ingente de necesitados y de casos concretos.
Un factor que golpea particularmente nuestra sensibilidad es el incremento de la desigualdad en España, con el valor más elevado de toda Europa: el 20 % de la población más rica concentra 7,5 veces más ingresos que el 20 % más pobre, cuando antes de la crisis era de 5,5 veces. Quiere decir que la situación de crisis no afecta a todos de la misma manera: mientras unas familias se hacen más ricas, otras se empobrecen más todavía. Crece la desigualdad entre pobres y ricos. O, de otro modo, estamos perdiendo la oportunidad de producir una
efectiva solidaridad entre todos nosotros, una sociedad más justa y solidaria, que impida las dramáticas situaciones que ahora vivimos. Tampoco los cambios habidos en las políticas sociales ayudan a resolver las situaciones de pobreza y precariedad, pues, aunque las prestaciones sociales por desempleo palían el
apoyo a las personas y familias durante un tiempo, estas vías se agotan mientras aumentan los gastos en los campos sanitario y educativo principalmente.
Y ¿quiénes y de qué modo respondemos a esta situación? Desde hace muchos años, Cáritas aúna el esfuerzo de la acción caritativa y social de la Iglesia católica en España con todas nuestras aportaciones. Y, dentro de ella, su tesoro más preciado son las personas que la sostienen con su dedicación y esfuerzo gratuito y desinteresado. En las 70 Cáritas Diocesanas que existen en nuestro país, más de 70.000 voluntarios trabajan para defender la dignidad humana de aquellos que se encuentran en una situación social más precaria, por medio de su
solidaridad. Un trabajo que a veces consiste en escuchar y acompañar al que sufre, y otras participando activamente en el desarrollo de proyectos concretos.
El voluntariado, entendido como una de las principales señas de identidad de Cáritas, es una llamada a vivir la solidaridad como estilo de vida diferente, ofreciendo alternativas para que todas las personas tengan acceso a una vida digna y puedan desarrollarse plenamente. Por todo ello, es de justicia agradecer la labor de estas personas que colaboran en construir una sociedad más justa y solidaria. También debemos poner en valor el importante ejemplo que esta opción por el voluntariado nos plantea a la sociedad: vivir desde la gratuidad,
esto es, dar gratis lo que gratis hemos recibido. La gratuidad nos lleva a recuperar los lazos afectivos y humanos, nos sitúa en el camino de la solidaridad, haciendo el bien por el bien.
Queridos diocesanos, ante la situación alarmante que nos muestra Cáritas en su informe, es urgente tomar conciencia de la necesidad de un cambio social más humano y más justo, que parta de nuestro compromiso personal. Nuestra ayuda a Cáritas es un medio muy eficaz. Así seremos como el Buen samaritano
del Evangelio, siguiendo con gozo y generosidad el consejo de Jesús: “Ve y haz tú lo mismo” (Lc 10, 37).
+ Jesús García Burillo
Obispo
Fuente:: Mons. Jesús García Burillo
Leer mas http://www.agenciasic.com/2013/10/28/la-voz-de-caritas/