Redacción (Viernes, 27-12-2013, Gaudium Press) Quien se aproxima, en espíritu, al pesebre en la Gruta de Belén, encuentra un Niño tierno, pero lleno de vida y de luz. Contemplándolo con los ojos de la fe, se queda abismado al considerar que allí está el propio Dios hecho hombre. Sí, ese mismo Niño más tarde estará curando leprosos, devolviendo la vista a ciegos, haciendo caminar a paralíticos, resucitando muertos o calmando tempestades. Al final de su vida, Él será despreciado por las multitudes, injuriado, flagelado y clavado en una cruz. Pero resucitará al tercer día de forma gloriosa, subirá a los cielos y se sentará a la derecha del Padre como rey triunfante supremo. Es así que Él deberá venir, por la segunda vez, en el día del Juicio Final, para juzgar a los vivos y los muertos.
Vino para los pobres…
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Virgen con el Niño
Museo de Bellas Artes de Valencia, España
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En su primera venida, quiso Jesús manifestarse a los hombres revestido de nuestra debilidad, como débil e indefenso niño, padeciendo hambre, sed, frío y en todo asemejándose a nuestra humana condición.
Junto al pesebre, encontraremos a los pastores. Hombres rudos y humildes, ocupados apenas en la guarda nocturna de sus rebaños, se vieron, de repente, circundados por una claridad divina que los llenó de gran temor. Pero luego, animados por las tranquilizadoras palabras del ángel, corrieron para aquella feliz gruta donde, con gran reverencia, se aproximaron para adorar al Niño envuelto en pobres paños y reclinado sobre míseras pajas.
… y para los ricos
Erróneamente, sin embargo, podría alguien pensar que Él vino solo para los simples pastores y las personas de menores recursos económicos. Para deshacer esa idea por demás simple y unilateral, bastaría permanecer algunos días más junto al Niño y ser sorprendido por un séquito real lleno de colores, pompa y majestad.
¿De dónde procedía aquella larga, misteriosa y rica caravana, compuesta de guerreros fuertes y audaces, de pajes vestidos de seda, avanzando al son de trompetas y al rufar acompasado de los tambores? ¿Qué significaba esa «inundación de camellos y dromedarios» (Is 60, 6) cargados de riquezas, previstos con tanta antecedencia por el profeta Isaías? ¿Quiénes serían esos tres soberanos a la búsqueda del «Rey de los judíos que acababa de nacer»? (Mt 2, 2).
Se llamaban Melchor, Gaspar y Baltasar y, según la tradición, representaban las tres razas de la familia humana. El Evangelio nos cuenta que eran ellos provenientes del lejano y enigmático Oriente, habiendo viajado hasta Judea guiados por una estrella.
Y aquí nos aparece el primer trazo del extraordinario llamado que les fue hecho. A los pastores se manifiesta visiblemente un ángel de luz, revelando por palabras la gran alegría del nacimiento del Salvador. A aquellos reyes, sin embargo, esa misma noticia es comunicada por el aparecimiento de una maravillosa estrella acompañada de una voz interior que toca sus almas. Así nos lo explica Santo Tomás, citando al gran Papa León: «Además de la imagen que estimuló la mirada corporal, el rayo todavía más luminoso de la verdad instruyó hasta el fondo sus corazones en lo que concernía a la iluminación de la fe» 1.
Fe llevada hasta el heroísmo
Bien se podría aplicar en este caso el famoso dicho francés: noblesse oblige (la nobleza impone obligaciones). De aquellos Magos, hasta entonces sumergidos en las tinieblas del paganismo, la Providencia exigió un heroísmo de fe que no fue pedido a los pastores, herederos de las promesas mesiánicas del pueblo elegido. ¡Cuánto drama había en aquel viaje! Alertados por el súbito fulgor de una estrella, los Reyes Magos abandonan sin duda la calma y el confort de sus palacios para lanzarse en largo viaje lleno de fatigas y peligros, a través de desiertos y montañas…
Y tanto esfuerzo, ¿para qué? ¡Para ir a postrarse en adoración delante de un niño recién nacido! La extrema pobreza en la cual se les presentó Aquel a quien buscaban con santo afán, en nada abaló la sobrenatural certeza aumentada en sus corazones, de ser Él el Rey de los reyes. Afirma el Doctor Angélico: «Se debe decir como Crisóstomo dice: ‘Si los Magos hubiesen venido a buscar un rey terrestre, habrían quedado decepcionados, por haber enfrentado sin motivo las dificultades de un camino tan largo’. Y así, ni lo habrían adorado, ni le habrían ofrecido regalos. ‘Pero, porqué buscaban el Rey del Cielo, incluso no viendo en Él nada de la majestad real, lo adoraron satisfechos únicamente con el testimonio de la estrella’. Vieron un hombre y en él reconocieron a Dios. Y ofrecieron regalos adecuados a la dignidad de Cristo: ‘Oro, como a un gran rey; incienso, utilizado en los sacrificios divinos, como a Dios; y mirra, con la cual son embalsamados los cuerpos de los muertos, indicando que iría morir por la salvación de todos'» 2.
De este modo, los tres Reyes nos enseñaron cuáles son los regalos más agradables al Niño-Dios, por ocasión de la fiesta de la Epifanía: y oro fino y puro de las buenas obras, practicadas con desinterés y pureza de intención; el incienso perfumado de las oraciones hechas con sincera piedad y devoción; y la mirra de los sufrimientos y sacrificios soportados a lo largo de nuestra vida con verdadero amor y alegre resignación.
Jesús está a la espera de todos nosotros
Presentemos, entonces, con los Magos, nuestras modestas ofrendas a los pies de la cuna donde duerme sereno el pequeño Rey venido para redimirnos. Él está a la espera de todos nosotros, de todos los hombres de buena voluntad que quieran seguir sus pasos. Esta es la lección que nos dio ya al comienzo de su existencia terrena: «La salvación que Cristo traería concernía a todo tipo de hombres, pues, como dice la Carta a los Colosenses: ‘En Cristo no hay más hombre y mujer, griego y judío, esclavo y hombre libre’, y así cuanto a las otras diferencias. Y para que esto estuviese prefigurado en el propio nacimiento de Cristo, Él se manifestó a hombres de todas las condiciones. Pues, como dice Agustín: ‘Los pastores eran israelitas, los magos paganos; aquellos estaban cerca, estos lejos; unos y otros se encontraron en la piedra angular’. Había todavía entre ellos otro tipo de diversidad: Los magos eran sabios y poderosos, los pastores, ignorantes y de condición humilde» 3.
Y San León Magno exclama: «¡Que todos los pueblos representados por los tres Magos adoren al Creador del universo; y Dios no sea conocido apenas en Judea sino en el mundo entero, a fin de que por todas partes ‘su nombre sea grande en Israel!’ (Sl 75, 2)»4.
Si contemplamos a Jesús con mirada admirativa y llena de fe, veremos que ese es el Niño de los contrarios armónicos. Él vino para todos: pobres humildes, reyes majestuosos. Él está a disposición de toda y cualquier clase social, de toda y cualquier cultura, de toda y cualquier raza. Él vino para salvar a todos.
Por la Hna. Clara María Morazzani, EP
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1) Suma Teológica III, q. 36, a. 5.
2 ) Idem, III, q. 36, a. 8.
3 ) Idem, III, q. 36, a. 3.
4 ) San León Magno, Sermo 3 in Epiphania Domini.
Encuentro de diáconos permanentes de Vitoria y Bilbao en la festividad de San Esteban
Noticias religiosas - archivoEl Concilio Vaticano II recuperó para la Iglesia Católica el diaconado como grado propio y estable; lo que comúnmente se llama diaconado permanente. El ministerio del diaconado se funda desde el comienzo de la Iglesia con la elección de los siete primeros diáconos para la atención de las viudas y los huérfanos, como se puede apreciar en el capítulo 6 de los Hechos de los Apóstoles. Entre ellos, San Esteban. “Suenan todavía los ecos de gloria en el portal de Belén cuando, al día siguiente del nacimiento de Jesús, celebramos el martirio del primer cristiano lapidado en la colina de Jerusalén”, señalaba ayer en la homilía el diácono Daniel Corral, delegado diocesano de Pastoral de la Salud.
En el mundo, existen 45.000 diáconos, faltando aún, la mitad de las diócesis por instaurarlo. A 50 años del Concilio supone más del 10% del clero de la Iglesia católica creciendo a un ritmo anual del 33%, según las cifras publicadas por la Congregación para el Clero en el anuario pontificio. En el Estado, fue aprobada su instauración en 1978 y actualmente el 65% de las diócesis españolas lo ha instaurado y existen 390 diáconos. Desde entonces, los diáconos se reúnen anualmente. Este año se ha celebrado el XXVIII Encuentro, en Valladolid.
(Diócesis de Bilbao)
Fuente:: SIC
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Lugo prepara “Una luz en la noche”, invitación a adorar al Santísimo este sábado
Noticias religiosas - archivo“Una luz en la noche” es un método que requiere cuatro equipos de personas:
1) Los que salen a la calle: de dos en dos, invitan a los viandantes a acudir a la iglesia o capilla donde estará el Santísimo expuesto
2) Los que reciben en la entrada del templo: personas acogedoras, sonrientes, agradables…
3) Los que animan la oración ante el Santísimo: música, ambientación, predicación breve, sacerdotes que confiesen…
4) Los que han intercedido o están intercediendo en oración por esa noche
(Diócesis de Lugo)
Fuente:: SIC
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Navidad es la fiesta de la unidad: Obispo de Oruro, Bolivia
Noticias religiosas - archivoOruro (Viernes, 27-12-2013, Gaudium Press) El Obispo de Oruro, Bolivia, Mons. Cristóbal Bialasik, recordó en su predicación de la fiesta de Navidad que esta solemnidad «es un día de alegría porque nació el hijo de Dios para salvar a la Humanidad» e hizo un llamado a descubrir la unidad deseada por Jesucristo «quien protege a toda la humanidad, sin mirar el color de piel o de ojos, de dónde viene» o cualquier otra consideración que separa a los hombres.
Según explicó el prelado, los católicos deben vivir el tiempo de celebración «en alegría y paz, en la unidad familiar, protegiendo la vida y la dignidad de cada ser humano porque todos son hijos e hijas de Dios». De esta manera y pidiendo la bendición de Dios es posible vivir la paz durante el final de año.
«Esta es nuestra alegría, el regalo más grande: que Dios nos da a su propio Hijo», Agregó Mons. Bialasik. «Por eso la Navidad no es una fiesta triste; algunos creen que tener regalos es Navidad, eso es algo material y debemos olvidarnos de eso». En su lugar, el Obispo exhortó a mantener la presencia de Dios en la vida diaria para que «esta bendición acompañe a todos en cada lugar y cada acontecimiento; para gozar de la unidad en la felicidad de nuestras casas, en nuestro trabajo y cada lugar donde Dios quiera».
El prelado invitó a los fieles a vivir espiritualmente la Navidad y a participar de las celebraciones litúrgicas en todas las parroquias del departamento, para alimentar las gracias recibidas en la Eucaristía del Nacimiento del Señor que se celebró de forma especial en la Catedral de la «Virgen de la Asunta».
Con información de Iglesia Viva.
Fuente:: Gaudium Press
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Católicos de Vietnam realizan acción pastoral y social en la Navidad
Noticias religiosas - archivoHo Chi Minh City (Viernes, 27-12-2013, Gaudium Press) En Vietnam, en la Arquidiócesis de Ho Chi Minh City, fueron organizadas varias actividades pastorales y sociales para esta Navidad. Los laicos católicos conmemoraron la Navidad atendiendo material y espiritualmente a niños y adultos que viven en circunstancias «especiales», con dificultades, problemas familiares o de salud.
A propósito de estas conmemoraciones, un católico de Saigon, dijo que la Navidad «no puede ser vivida solamente con celebraciones y festival de calle». Al contrario, dijo él, es necesario que en estos días las parroquias «busquen vivir las enseñanzas de Jesucristo».
Fue así que la parroquia de Xóm Chi? organizó una visita al leprosario de Ben San, que fue fundado hace más de 50 años por las Hermanas de caridad venidas de Francia en colaboración con las co-hermanas vietnamitas.
Cerca de 70 mil personas sufren de lepra en Vietnam y apenas pequeña parte de ellas recibe tratamientos médicos adecuados. Por eso, congregaciones y grupos de hermanas se ofrecieron como voluntarias para asistir a los enfermos en centros como este Ben San,
La parroquia de Tân Dinh hizo diferente: promovió y realizó retiros para niños, jóvenes y padres, con momentos de adoración eucarística.
Entretanto, laicos de la parroquia también dedicaron parte de su tiempo a niños y adultos en dificultad.
La población católica de Vietnam, según la Agencia Fides, alcanza el 7% de sus 87 millones de habitantes. Aún siendo una minoría, la comunidad cristiana es activa en particular en los sectores de la educación, salud y en lo social. (JSG)
Fuente:: Gaudium Press
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A partir de la Navidad, podemos percibir en todo lo que existe, algo de divino , afirma el arzobispo de Porto Alegre, Brasil
Noticias religiosas - archivo«A partir de la Navidad, podemos percibir en todo lo que existe, algo de divino», afirma el arzobispo de Porto Alegre, Brasil
Porto Alegre (Viernes, 27-12-2013, Gaudium Press) «El evento de la Navidad es una invitación vigorosa para ver al ser humano con ojos distintos». Con esa frase, Mons. Jaime Spengler, arzobispo de la arquidiócesis de Porto Alegre, en el estado de Río Grande del Sur, Brasil, inició su último artículo, resaltando que de hecho, el propio Dios se hace carne humana, se deja envolver por los paños de la fragilidad humana.
Según el prelado, en el medio de la noche, en la oscuridad iluminada solamente por una estrella, el Señor entra en el espacio y en el tiempo, en la historia. El arzobispo además recordó que era una noche de invierno; hacía frío; los padres no encontraron acogida donde pudiesen obtener lo necesario para que con seguridad y conforto se realizase el alumbramiento. Se habla, conforme Mons. Jaime, de un establo, de una pesebrera, donde buey y burro ofrecen el calor necesario para la Luz que brillaba en la noche.
Un deseo de vivir como niño
Imagen del Niño Jesús
Iglesia del Santísimo Sacramento, Buenos Aires
«¡La Navidad despierta en nosotros el deseo de paz, de protección y amor! Esto porque las celebraciones navideñas nos llevan a un tiempo en el cual también nosotros experimentamos la necesidad de paz, protección y amor. Esto habla de un deseo de vivir como niño; dice de la restitución de la oportunidad de todavía una vez, cada año, tornarnos como niños. Pues, en cada corazón humano está latente el deseo de vivir como niño, pues a cada niño se le quiere por el simple hecho de ser niño», completó.
Mons. Jaime también resaltó que la bondad que se manifiesta en la Navidad, dice de la posibilidad siempre latente de comprender incluso lo que, a veces, aparece como incomprensible; dice que la fragilidad y la contingencia no pueden ser despreciadas o renegadas; dice que la delicadeza y la ternura del evento son expresión de posibilidades nuevas; dice que toda expresión de vida está destinada a ser buena y a ser relegada o destruida; dice que somos y podemos ser seres humanos, incluso cuando la animalidad parece querer sobreponerse; dice que Dios asume lo incompleto, lo no enteramente formado, lo no todavía adulto.
Por último, el arzobispo enfatizó que sobre cada ser humano, sobre la existencia de cada persona brilla una estrella. Para él, cada ser humano está invitado a dar oídos a los Ángeles, a ver el mundo con ojos de ángeles. Cuanto a eso, el prelado destacó que los escépticos ciertamente argumentarían diciendo que el ser humano no puede dar atención a los ángeles, pues la vida es vana.
De acuerdo con Mons. Jaime, sabemos que existen expresiones de la vida humana, dimensiones de la existencia humana, que solamente vemos con los ojos del corazón, marcado por el ardiente deseo de sondear la tierra y el cielo.
«A partir de la Navidad, podemos percibir en todo lo que existe, algo de divino; algo que habla a cada persona humana como palabra de Dios, dirigida a cada uno, en su singularidad; palabra esta que jamás pasa», concluyó. (FB)
Fuente:: Gaudium Press
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El nacimiento de Jesús nos anuncia que la justicia, la paz y la reconciliación vendrán: Patriarca Latino de Jerusalén
Noticias religiosas - archivoEl nacimiento de Jesús nos anuncia que la justicia, la paz y la reconciliación vendrán: Patriarca Latino de Jerusalén
Belén (Viernes, 27-12-2013, Gaudium Press) La fiesta de la Navidad alrededor del mundo convoca a millones de creyentes y marca de forma innegable el sentido del fin de año en muchos países. Pero una de las celebraciones más especiales tiene lugar en Belén, Territorio Palestino, en el lugar mismo donde sucedió el nacimiento de Jesucristo hace más de dos mil años. En la Basílica de la Natividad, el Patriarca Latino de Jerusalén, Mons. Fouad Twal, presidió una Eucaristía en la que se destacó la oración por la paz en Tierra Santa y Medio Oriente, donde los cristianos enfrentan incluso el riesgo de su total desaparición.
«Oh Niño de Belén, estamos cansados», imploró el Patriarca en su homilía??. «Frente a esta realidad dolorosa, oramos este canto de Adviento: Vide Domine afflictionem populi tui …Mira Señor, la aflicción de tu Pueblo, manda a aquel que vas a enviar: envía el Cordero … con el fin de que Él nos rescate del yugo de nuestro cautiverio». Su oración, más que un lamento, fue una invitación a la esperanza cristiana.
Los cristianos «nunca debemos ceder a la desesperación, porque Jesús Salvador nos anuncia que la paz es posible, que la llama de la esperanza permanece viva, y que la justicia, la paz y la reconciliación vendrán», exhortó Mons. Twal. «Desde Belén ha partido el mensaje de la salvación, y es que debemos mirar a Belén. Porque en esta noche la promesa divina, cantada por los ángeles, se renueva: ‘Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor'».
La paz de Cristo
El prelado recordó que la paz que proviene de Cristo es universal y permite ver en cada hombre una criatura de Dios: «Se trata de una paz que da la vida», afirmó. Ante los desafíos de la inestabilidad social y política, la fe en Dios debe inspirar las acciones de los cristianos. «Necesitamos la respuesta de fe. La respuesta no es ni la emigración ni encerrarnos en nosotros mismos», declaró. «La respuesta es permanecer aquí, y vivir y morir aquí. Nuestra tierra es sagrada y como tal debe tener una respuesta de lealtad porque nuestra estancia en esta tierra es una vocación divina, una bendición, un privilegio».
Mons. Twal comparó la luz de la fe con la estrella que guió a los Reyes Magos a la presencia del Niño Jesús y que hace que la visión se haga «más intensa, más profunda, más amplia y más sublime», superando las capacidades limitadas de la naturaleza humana. «Por la fe, vemos un poco, en cierto sentido, como Dios mismo lo ve. Por lo tanto, la fe es la sabiduría nos hace tomar las decisiones correctas en el momento adecuado».
«Esto es lo que fortalece nuestra fe, que Dios es omnipotente, omnisciente, fiel y nos ama» agregó el Patriarca. «Por eso es por lo que nada nos debe asustar, ni el presente ni el futuro, ni los problemas o dificultades que afectan a nuestro Oriente Medio».
Oración por la paz en Medio Oriente
Mons. Fouad Twal concuyó su homilía elevando una oración al Niño Jesús por Tierra Santa y Medio Oriente pidiendo especialmente la protección y consuelo de quienes sufren las penalidades de la violencia y la marginación:
«¡Oh Divino Niño!, que has experimentado la huida a Egipto, después de la amenaza de Herodes, que mató hace dos mil años, a los niños de Belén, ten piedad de nuestros hijos y todos los niños del mundo. Ten piedad para los presos, de los pobres, de los marginados y de los más vulnerables. En esta noche, oremos por los obispos y las monjas de Siria secuestrados. Oremos por su regreso y porque se les devuelva su dignidad. Acuérdate de ellos, ¡oh Señor!, y de todos los refugiados. Dales un signo de esperanza para un futuro mejor, para que puedan regresar a su país, reencontrando una casa».
«¡Oh Divino Niño! Dios de bondad y misericordia, mira con buenos a la Tierra Santa y para nuestra gente que vive en Palestina, Israel y Jordania y para todos los pueblos de Oriente Medio. Darles la reconciliación, para que se conviertan en los hermanos – hijo de un mismo Padre».
«¡Oh Divino Niño! Te pedimos por tu paz a través de la intercesión de la Virgen María, tu madre, hija de nuestra tierra».
Con información de Patriarcado Latino de Jerusalén.
Fuente:: Gaudium Press
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Arzobispo emérito argentino recuerda que Jesús, María y José son el modelo de la familia humana
Noticias religiosas - archivoArzobispo emérito argentino recuerda que Jesús, María y José son el modelo de la familia humana
Corrientes (Viernes, 27-12-2013, Gaudium Press) Mons. Domingo Salvador Castagna, Arzobispo emérito de Corrientes, publicó una reflexión con motivo de la próxima fiesta de la Sagrada Familia, que la Iglesia celebrará el 29 de diciembre. En esta fecha el prelado cumplirá además 35 años de su ordenación episcopal, cuando el Beato Juan Pablo II lo nombró Obispo auxiliar de Buenos Aires. En la Sagrada Familia, constituida según el querer de Dios, «brilla la santidad y la práctica de todas las virtudes que hacen a su constitución», explicó.
«La Sagrada Familia de Nazaret es el paradigma de la familia humana», expuso Mons. Castagna. «La presencia ejemplar del padre, de la madre y del hijo es modelo incuestionable de la familia como origen y cuna, del que nace el ser humano y aprende a ser persona y a conformar una sociedad». El prelado agregó que la sociedad es necesariamente un resultado de cómo son sus familias y que al curar los males de éstas se pueden transformar las falencias sociales que aquejan a las comunidades actuales.
Sin embargo, este núcleo fundamental ha sufrido graves ataques. «Hemos sido testigos atónitos de la manipulación y banalización de la sagrada institución conyugal y familiar. Sus consecuencias saltan a la vista y contaminan el clima social contemporáneo», denunció. «La Solemnidad de la Sagrada Familia mantiene la respuesta de Dios al error de que es respeto a la ‘pluralidad’, la nivelación del matrimonio y la familia con otras formas de unión, impropiamente legitimadas por la legislación que los hombres se imponen».
La Evangelización de la familia en los primeros siglos
El Arzobispo emérito recordó en su blog personal que la oposición al modelo cristiano de familia no es un mal nuevo, sino que está presente desde los inicios del cristianismo. «La Iglesia primitiva debió enfrentar una mentalidad pagana, muy marcada por componentes morales enfrentados con la «forma de vida» propuesta por la predicación apostólica y testimoniada por las primeras comunidades cristianas».
El nuevo modelo, tomado directamente de la Revelación de Dios, tuvo que ser llevado a la sociedad, a «su estructura política y económica, su legislación y la educación de sus jóvenes y niños, como, también, las expresiones de su cultura». En los primeros tiempos esto significó una «colisión» y una transformación que no fue fácil, en un contexto poco dado al diálogo y la tolerancia y en siglos en los cuales la Iglesia sufrió persecución.
De una forma similar, el Arzobispo emérito exhortó a retomar la voluntad de Dios expresada de forma plena en la Encarnación de su Hijo como inspiración para la vida familiar. «La Sagrada Familia de Jesús, María y José expone la única forma revelada de vivir en familia, desde la base del amor de un hombre y una mujer que se reconocen el uno para el otro».
«Es ésta una Familia especial, convertida en espacio donde nace y crece el Hijo de Dios encarnado. Allí están los esposos que se aman. Un amor que excluye toda indebida apropiación, para expresar el Amor Trinitario, fuente y perfección del amor entre las personas creadas», continuó Mons. Castagna. «Una Madre Virgen, un padre custodio y un Hijo Dios. Verdadero Misterio, revelador del amor que Dios profesa al mundo. La solicitud silenciosa de María, la fidelidad sin límites de José y la insólita subordinación de Jesús a ambos, señalan virtudes irremplazables en toda convivencia y su base familiar».
Signo de contradicción
El prelado afirmó que la fuente de la armonía familiar es Dios mismo, por cuanto excluirlo significa perder la consistencia de la comunidad familiar y reemplazarla por «fáciles sustituciones» como las que se proponen actualmente en las legislaciones. Para estas nuevas definiciones de familia, promovidas como reivindicaciones, la Iglesia es vista como la principal enemiga, por cuando recuerda la voluntad de Dios. «Cuando la desviación ha experimentado tanto descontrol como el actual, la insistencia en la verdad revelada es considerada como un retroceso deplorable» alertó el Arzobispo emérito.
«Presentar a María como modelo de toda mujer causa cierto escozor», denunció Mons. Castagna; en ella aparecen los valores netamente femeninos, desestimados hoy, en la presentación del nuevo modelo de la mujer ‘emancipada y progresista’, por la parafernalia asomada en los medios de comunicación social. Me refiero especialmente a los valores de la maternidad y de la virginidad. La visión cristiana de ambos, otorga solidez a la misión de la procreación y de la educación y a la capacidad de llevar a la perfección la vivencia de la caridad».
El Arzobispo emérito reconoció en la coyuntura actual una oportunidad para el ejemplo cristiano de las familias que, «coherentes con la fe profesada en el bautismo de sus miembros, y del mismo sacramento constituido en fuente de su vitalidad, celebren y testimonien el proyecto revelado que las compromete hoy». A imitación de la Sagrada Familia, «la familia cristiana se erige así en anunciadora de los valores que nuestra sociedad pretende olvidar. Es, por lo mismo, la principal evangelizadora», concluyó.
Con información de Aica.
Fuente:: Gaudium Press
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Él vino para todos…
Noticias religiosas - archivoRedacción (Viernes, 27-12-2013, Gaudium Press) Quien se aproxima, en espíritu, al pesebre en la Gruta de Belén, encuentra un Niño tierno, pero lleno de vida y de luz. Contemplándolo con los ojos de la fe, se queda abismado al considerar que allí está el propio Dios hecho hombre. Sí, ese mismo Niño más tarde estará curando leprosos, devolviendo la vista a ciegos, haciendo caminar a paralíticos, resucitando muertos o calmando tempestades. Al final de su vida, Él será despreciado por las multitudes, injuriado, flagelado y clavado en una cruz. Pero resucitará al tercer día de forma gloriosa, subirá a los cielos y se sentará a la derecha del Padre como rey triunfante supremo. Es así que Él deberá venir, por la segunda vez, en el día del Juicio Final, para juzgar a los vivos y los muertos.
Vino para los pobres…
Virgen con el Niño
Museo de Bellas Artes de Valencia, España
En su primera venida, quiso Jesús manifestarse a los hombres revestido de nuestra debilidad, como débil e indefenso niño, padeciendo hambre, sed, frío y en todo asemejándose a nuestra humana condición.
Junto al pesebre, encontraremos a los pastores. Hombres rudos y humildes, ocupados apenas en la guarda nocturna de sus rebaños, se vieron, de repente, circundados por una claridad divina que los llenó de gran temor. Pero luego, animados por las tranquilizadoras palabras del ángel, corrieron para aquella feliz gruta donde, con gran reverencia, se aproximaron para adorar al Niño envuelto en pobres paños y reclinado sobre míseras pajas.
… y para los ricos
Erróneamente, sin embargo, podría alguien pensar que Él vino solo para los simples pastores y las personas de menores recursos económicos. Para deshacer esa idea por demás simple y unilateral, bastaría permanecer algunos días más junto al Niño y ser sorprendido por un séquito real lleno de colores, pompa y majestad.
¿De dónde procedía aquella larga, misteriosa y rica caravana, compuesta de guerreros fuertes y audaces, de pajes vestidos de seda, avanzando al son de trompetas y al rufar acompasado de los tambores? ¿Qué significaba esa «inundación de camellos y dromedarios» (Is 60, 6) cargados de riquezas, previstos con tanta antecedencia por el profeta Isaías? ¿Quiénes serían esos tres soberanos a la búsqueda del «Rey de los judíos que acababa de nacer»? (Mt 2, 2).
Se llamaban Melchor, Gaspar y Baltasar y, según la tradición, representaban las tres razas de la familia humana. El Evangelio nos cuenta que eran ellos provenientes del lejano y enigmático Oriente, habiendo viajado hasta Judea guiados por una estrella.
Y aquí nos aparece el primer trazo del extraordinario llamado que les fue hecho. A los pastores se manifiesta visiblemente un ángel de luz, revelando por palabras la gran alegría del nacimiento del Salvador. A aquellos reyes, sin embargo, esa misma noticia es comunicada por el aparecimiento de una maravillosa estrella acompañada de una voz interior que toca sus almas. Así nos lo explica Santo Tomás, citando al gran Papa León: «Además de la imagen que estimuló la mirada corporal, el rayo todavía más luminoso de la verdad instruyó hasta el fondo sus corazones en lo que concernía a la iluminación de la fe» 1.
Fe llevada hasta el heroísmo
Bien se podría aplicar en este caso el famoso dicho francés: noblesse oblige (la nobleza impone obligaciones). De aquellos Magos, hasta entonces sumergidos en las tinieblas del paganismo, la Providencia exigió un heroísmo de fe que no fue pedido a los pastores, herederos de las promesas mesiánicas del pueblo elegido. ¡Cuánto drama había en aquel viaje! Alertados por el súbito fulgor de una estrella, los Reyes Magos abandonan sin duda la calma y el confort de sus palacios para lanzarse en largo viaje lleno de fatigas y peligros, a través de desiertos y montañas…
Y tanto esfuerzo, ¿para qué? ¡Para ir a postrarse en adoración delante de un niño recién nacido! La extrema pobreza en la cual se les presentó Aquel a quien buscaban con santo afán, en nada abaló la sobrenatural certeza aumentada en sus corazones, de ser Él el Rey de los reyes. Afirma el Doctor Angélico: «Se debe decir como Crisóstomo dice: ‘Si los Magos hubiesen venido a buscar un rey terrestre, habrían quedado decepcionados, por haber enfrentado sin motivo las dificultades de un camino tan largo’. Y así, ni lo habrían adorado, ni le habrían ofrecido regalos. ‘Pero, porqué buscaban el Rey del Cielo, incluso no viendo en Él nada de la majestad real, lo adoraron satisfechos únicamente con el testimonio de la estrella’. Vieron un hombre y en él reconocieron a Dios. Y ofrecieron regalos adecuados a la dignidad de Cristo: ‘Oro, como a un gran rey; incienso, utilizado en los sacrificios divinos, como a Dios; y mirra, con la cual son embalsamados los cuerpos de los muertos, indicando que iría morir por la salvación de todos'» 2.
De este modo, los tres Reyes nos enseñaron cuáles son los regalos más agradables al Niño-Dios, por ocasión de la fiesta de la Epifanía: y oro fino y puro de las buenas obras, practicadas con desinterés y pureza de intención; el incienso perfumado de las oraciones hechas con sincera piedad y devoción; y la mirra de los sufrimientos y sacrificios soportados a lo largo de nuestra vida con verdadero amor y alegre resignación.
Jesús está a la espera de todos nosotros
Presentemos, entonces, con los Magos, nuestras modestas ofrendas a los pies de la cuna donde duerme sereno el pequeño Rey venido para redimirnos. Él está a la espera de todos nosotros, de todos los hombres de buena voluntad que quieran seguir sus pasos. Esta es la lección que nos dio ya al comienzo de su existencia terrena: «La salvación que Cristo traería concernía a todo tipo de hombres, pues, como dice la Carta a los Colosenses: ‘En Cristo no hay más hombre y mujer, griego y judío, esclavo y hombre libre’, y así cuanto a las otras diferencias. Y para que esto estuviese prefigurado en el propio nacimiento de Cristo, Él se manifestó a hombres de todas las condiciones. Pues, como dice Agustín: ‘Los pastores eran israelitas, los magos paganos; aquellos estaban cerca, estos lejos; unos y otros se encontraron en la piedra angular’. Había todavía entre ellos otro tipo de diversidad: Los magos eran sabios y poderosos, los pastores, ignorantes y de condición humilde» 3.
Y San León Magno exclama: «¡Que todos los pueblos representados por los tres Magos adoren al Creador del universo; y Dios no sea conocido apenas en Judea sino en el mundo entero, a fin de que por todas partes ‘su nombre sea grande en Israel!’ (Sl 75, 2)»4.
Si contemplamos a Jesús con mirada admirativa y llena de fe, veremos que ese es el Niño de los contrarios armónicos. Él vino para todos: pobres humildes, reyes majestuosos. Él está a disposición de toda y cualquier clase social, de toda y cualquier cultura, de toda y cualquier raza. Él vino para salvar a todos.
Por la Hna. Clara María Morazzani, EP
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1) Suma Teológica III, q. 36, a. 5.
2 ) Idem, III, q. 36, a. 8.
3 ) Idem, III, q. 36, a. 3.
4 ) San León Magno, Sermo 3 in Epiphania Domini.
Fuente:: Gaudium Press
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Papa visitará iglesia del Gesú el 3 de Enero
Noticias religiosas - archivoCiudad del Vaticano (Viernes, 27-12-2013, Gaudium Press) El próximo 3 de enero, el Papa Francisco visitará la iglesia símbolo de la Compañía de Jesús, la «Chiesa del Gesù», ubicada en el centro de Roma.
Esta será la segunda vez que el Pontífice acude a esta iglesia como Papa. La primera fue el 31 de julio pasado, fiesta de San Ignacio de Loyola, día del nacimiento al cielo del Fundador de los Jesuítas.
La iglesia, además de contener los restos del Fundador, un brazo del evangelizador de Oriente San Francisco Javier y otras importantes reliquias, es uno de los monumentos más visitados en Roma por su reconocido valor artístico.
Digna de nota es allí la imagen de la «Madonna della Strada» (Nuestra Señora del Camino), ante la cual oraban constantemente San Ignacio y los primeros jesuitas.
El 3 de enero, el calendario litúrgico de la Iglesia celebra el «Santo Nombre de Jesús», fiesta relacionada con los jesuitas y el nombre de la Compañía.
Con información de Zenit
Fuente:: Gaudium Press
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El gran dilema del Hombre
Noticias religiosas - archivoRedacción (Viernes, 27-12-2013, Gaudium Press) El gran dilema del hombre es en esencia el mismo que tuvo Satanás: depender o no depender de Dios.
Lucifer, que antes era la Luz Resplandeciente de la Creación, se dijo un día que él era bello sin Dios, y se trasformó en la más horrenda de las criaturas. Tras iguales pasos, una nefasta mañana Adán y Eva escucharon las insinuaciones de esa misma serpiente que les decía que si incumplían la orden divina serían como dioses, y cometieron el pecado que afeó esencialmente su hermosura original y la de todos sus descendientes.
Por ello nuestros primeros padres se escondieron de Dios, ellos que todas las tardes conversaban con el Creador. Tal vez la muestra más manifiesta de su pecado -después de esa asqueante sensación de desorden interno comparada con su situación anterior- fue cuando vieron a un fruto de sus entrañas quitar la vida de otro. Todo crimen ya había nacido.
Niño Jesús
Museo episcopal de Cuzco, Perú
Pero el mal no prevalecería, pues Dios, que conocía de antemano la tragedia, había reservado la mejor de sus joyas para después, para la restauración inimaginada: el nacimiento de un Hombre-Dios, que restablecería la justicia original, y por medio del cuál la Creación alcanzaría una altura inconcebible, la altura de la Divinidad.
Entretanto, Dios respeta la libertad del hombre.
El Reino que Dios-Hombre vino a instaurar ya se realiza en los santos. Un jardín habitado por santos, ese es el Reino celestial. Pero está en el hombre seguir los pasos de los santos y acceder a reparar la alianza con Dios, la alianza que quebró Adán.
A veces parecería que en la mente de ciertos cristianos no está claro el gigantesco regalo del Dios-encarnado y de la Iglesia por Él fundada. «¿Cristo? Sí, es verdad, Él es Dios, su Palabra es divina, Él es el Camino, la Verdad y la Vida». Pero de ahí, muy poco más. Son cristianos que no entienden la necesidad de la gracia de Dios, del recibir continuamente los sacramentos, de recurrir perpetuamente a la oración, del referir constantemente todo a Dios. «Dios es Dios, pero Yo soy Yo, y Yo puedo…», parecen querer decir. Es el famoso ateísmo-práctico, bastante denunciado, pero tan poco realmente prevenido.
Sin embargo, y más hoy que otrora, sin Dios, de seres de luz, los humanos se convierten en receptáculos de maldades. Pero el orgullo humano es del tamaño de la Torre de Babel, y el hombre prefiere dar coces contra el aguijón, a doblar su cerviz e implorar el auxilio y el perdón de Dios.
Esto es lo que llamamos el Gran Dilema del Ser Humano: o doblar la rodilla ante Dios, o hundirse en el lodo con la cabeza erguida y finalmente quebrada, bajo el peso del pecado.
¡Qué orgullo tan repugnante, tan nefasto y resistente ese, el del pobre ser humano! Un orgullo sin sentido; y pensar que hasta el propio Dios en la Tierra continuamente nos dio el ejemplo cuando muchas veces oró…
Tal vez sea esa una razón a más para que el viniera a la Tierra bajo el ropaje de un Niño y no de adulto. Es más fácil al orgullo humano aceptar la dulzura y la bondad que provienen de la infancia.
Que la dulzura del Divino Niño logre finalmente abrir la tapa de hierro de nuestro duro corazón; que la ternura de la Madre del Niño consiga que Dios resquebraje la pétrea coraza de nuestro orgullo; que Dios nos dé la gracia, de a todo momento, sentir la necesidad de Dios, de escuchar la voz de Dios que nos llama a conversar con Él, en la misma o mayor intimidad con la que conversaba con Adán, esas maravillosas tardes, de sol multicolor, en el arroyo, al lado del Árbol de la Vida y el de la Ciencia del Bien y del Mal.
Por Saúl Castiblanco
Fuente:: Gaudium Press
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