Un nuevo año, una nueva gran oportunidad

Mons. Gerardo Melgar

Mons. Gerardo MelgarMons. Gerardo Melgar    Queridos diocesanos:

Hace quince días estrenábamos el año 2014 de la era cristiana. Estrenar una nueva etapa en nuestra vida supone una preciosa oportunidad para corregir equivocaciones, poner determinados acentos en algo en que lo que hemos empezado y perfeccionar aquello que sabemos que tenemos imperfecto; de este modo, con la ayuda de Dios, esperamos lograr, al final de la misma, unos resultados satisfactorios. Un nuevo año es un volumen nuevo de nuestra historia que el Señor nos entrega. Es una nueva oportunidad que el Señor nos concede para corregir aquello que veamos que en nosotros no es como Él espera, insistir con firmeza y esperanza en aquellos aspectos que vemos necesarios en nuestra vida pero que no acabamos de hacer realidad, reforzar todo cuanto creemos importante para lograr que madure y llegue a ser una realidad auténticamente vivida.

El año 2014 va a tener una importancia especial en nuestra vida diocesana y en cada uno de nosotros. En este periodo de tiempo vamos a culminar la tercera etapa de la Misión diocesana. Sabéis que esta tercera etapa está caracterizada por tres acciones fundamentales:

1. Las catequesis por grupos en nuestros propios domicilios, con las que queremos llegar a aquellas personas que quizá no irían si las realizamos en las parroquias; se trata de tres catequesis sobre temas fundamentales: la fe y el seguimiento de Jesús, la corresponsabilidad de todos en la evangelización y el descubrimiento de los sectores más necesitados de evangelización. Tres catequesis con las cuales no queremos dar un curso de formación (porque serían totalmente insuficientes) sino suscitar hambre creyente en los que las realicen para que descubran lo mucho que necesitamos de la fe y lo mucho que podemos hacer en orden a la corresponsabilidad en la Iglesia de llevar el mensaje salvador de Cristo al corazón del mundo.

2. La segunda acción principal será la realización de una gran Asamblea diocesana a la que están invitados todos los cristianos de la Diócesis: sacerdotes, religiosos/as, laicos, movimientos apostólicos, familias, delegaciones diocesanas, cofradías, etc. Con esta Asamblea queremos ayudar a tomar conciencia de que somos muchos los que nos sentimos interesados por Jesucristo; así nos servirá de apoyo para seguir viviendo como verdaderos discípulos suyos. Además, queremos trazar las pautas por las que seguir caminando en los Cursos pastorales sucesivos, teniendo claros cuáles son los sectores prioritarios y las tareas a promover y cultivar en nuestra pastoral diocesana.

3. La última acción muy importante consistirá en la realización de la Feria de la fe. En ella sacaremos nuestra fe a la calle, la mostraremos a los que no creen o son indiferentes, a los que desconfían de la Iglesia y a todos cuantos transiten por nuestras calles de la ciudad de Soria. Con la Feria queremos mostrar al mundo actual, que tantas veces no valora lo trascendente, que la fe es imprescindible en nuestras vidas, que no podemos prescindir de Dios porque le necesitamos, porque gracias a Él recibimos todo aquello que nosotros solos no seríamos capaces de alcanzar. Queremos, al mismo tiempo, hacer una llamada a que se dejen sorprender por el Señor, a que estén dispuestos a plantear su vida desde Cristo. Esta acción durará toda una semana en la que tendremos conciertos, conferencias, adoración al Santísimo, lugares para celebrar el Sacramento del perdón, unas casetas durante el fin de semana en el centro de la ciudad de Soria, etc.

Estas acciones convierten a 2014 en un Curso pastoral muy importante desde la óptica de la fe: para los creyentes este año debe significar un re-tomar conciencia de nuestra verdadera identidad y de las exigencias de la misma, sin rebajas ni reducciones a mínimos, para vivirla en toda su exigencia, cumpliendo con la corresponsabilidad de anunciar el Evangelio que nace de nuestro Bautismo; para los que no creen o son indiferentes a Dios y a la fe debe ser llamada a plantearse en su vida la presencia del amor de Dios al contemplar que nuestra fe en Cristo nos hace vivir alegres, con un talante distinto que llama la atención e interpela; finalmente, para nosotros como seguidores de Jesús, ha de ser una llamada más urgente, intensa y firme a tomar en serio nuestra condición de creyentes para ser seguidores de Jesús y testigos suyos en medio de nuestro mundo.

¡Feliz año 2014 para todos, lleno de verdaderos frutos creyentes y evangelizadores!

Vuestro Obispo,

+ Gerardo Melgar

Fuente:: Mons. Gerardo Melgar

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