Santa Sede a las Naciones Unidas: Los derechos de los niños comienzan desde el momento de su concepción

Santa Sede a las Naciones Unidas: Los derechos de los niños comienzan desde el momento de su concepción

Nueva York (Viernes, 25-10-2013, Gaudium Press) En su intervención ante el Tercer Comité de la Asamblea General número 68 de las Naciones Unidas, el Nuncio Apostólico y Observador Permanente ante la ONU, Mons. Francis Chullikatt, recordó a los delegados internacionales que los derechos de los niños tienen efecto «antes y después del nacimiento», según la definición de la Convención de Derechos del Niño. Por tanto, «se sigue que cada niño debe tener en primer lugar el derecho a nacer».

De esta manera, la Misión Permanente de la Santa Sede en las Naciones Unidas centró su atención en los puntos más básicos de los derechos de los niños, en los cuales incluyó el derecho a la vida, al desarrollo integral que se extiende a su realidad espiritual y moral y la protección de la familia como entorno adecuado para dicho desarrollo.

El bebé no nacido no es un ser humano de segunda categoría

Sobre el derecho a la vida, Mons. Chullikatt declaró que el Reporte de la Secretaría General hace referencia a la mortalidad infantil y propone como accesible «el objetivo de poner fin a todas la muertes de niños evitables». De igual modo, el Reporte incluye como necesidad para este objetivo el cuidado de salud materna. «Esta provisión sólo tiene sentido si al bebé no nacido se le concede primer el derecho a la vida y la supervivencia», afirmó el Nuncio apostólico.

Esta protección debe ser ofrecida «sin discriminación bajo ningún motivo, incluyendo aquellos del sexo o discapacidad o políticas dictadas por la eugenesia», señaló el Observador Permanente, quien rechazó los diagnósticos prenatales que tienen como fin determinar si al bebé se le permitirá o no nacer. «El bebé no nacido es un miembro de nuestra familia humana y no pertenece a una ‘subcategoría de seres humanos'».

Proteger al niño requiere defender la familia

Mons Chullikatt manifestó que la Santa Sede tiene una perspectiva integral de los derechos a la salud y la educación y recordó que la Declaración de los Derechos de los Niños afirma que cada infante debe recibir «oportunidades y facilidades, por ley u otros medios, para permitirle desarrollarse física, mental, moral espiritual y socialmente de una forma normal y saludable y en condiciones de libertad y dignidad».

Para cumplir este objetivo, «los estados tienen el deber de proteger, apoyar y fortalecer la familia para los mejores intereses del niño», declaró el Nuncio Apostólico. El prelado señaló que los males que afectan a las familias como la pobreza, el desempleo, las enfermedades, además de males morales como los comportamientos desordenados, conflictos y violencia debilitan el entorno de seguridad de los niños y los hacen más vulnerables a adquirir comportamientos riesgosos.

Otro aspecto profundizado por Mons Chullikatt fue la responsabilidad de los padres de ejercer el «rol indispensable en la formación y educación» de sus hijos, lo cual acentúa la necesidad del Estado en proteger las familias. «Es la familia, no el estado, quien acoge nuestros niños, los alimenta, los instruye y desarrolla la siguiente generación de la sociedad», explicó. Pos este motivo la Declaración Universal de los Derechos Humanos reconoce el «derecho primero» de los padres sobre la educación de sus hijos, «anterior al del estado u otros actores – especialmente en el importante campo de la libertad religiosa que incluye la sexualidad humana, el matrimonio y la institución de la familia».

Una aplicación práctica de esta responsabilidad primaria incluye el derecho de los padre a «elegir escuelas ‘diferentes a aquellas establecidas por las autoridades públicas (inclusive la educación en el hogar), que esté conforme a los estándares mínimos de educación como haya sido provisto o aprobados por el estado, para asegurar la educación religiosa y moral de sus hijos en conformidad con sus propias convicciones», manifestó el Observador Permanente.

Falsos derechos que perjudican a los niños

Finalmente, El Nuncio Apostólico denunció el uso inapropiado de términos en los Comentarios Generales del Comité sobre Derechos del Niño, que «no constituyen un lenguaje acordado y carecen de toda fuerza de precedencia judicial». Mons. Chullikatt declaró que los términos «orientación sexual» e «identidad de género» carecen de consenso internacional jurídico sobre su significado, razón por la cual su uso en el documento es «desafortunado». De igual manera, la Misión Permanente rechazó las recomendaciones sobre la intervención del estado en la educación sobre sexualidad para los niños, el aborto supuestamente «seguro» sin consentimiento de los padres y la promoción estatal de la planificación familiar (que incluye además el aborto) sin tener en cuenta el derecho a la objeción de conciencia.

«La Santa Sede urge con fuerza que el Comité revise sus Comentarios Generales en conformidad con los instrumentos internacionales guía: comenzando con la Convención misma, que afirma el derecho a la vida del niño «antes como después del nacimiento», el derecho de conciencia, y el completo respeto de los derechos, responsabilidades y deberes de los padres hacia sus hijos», agregó Mons. Chullikatt; «e incluyendo también la afirmación explícita de la Conferencia internacional sobre Población y Desarrollo de que el aborto nunca puede ser promovido como un método de planificación familiar».

La Misión Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas recordó a las naciones el deber de «mantener los claros principios de una de las Convenciones más ratificadas de la ley internacional, de forma que hagan su parte en promover el regalo y la riqueza de la vida que el niño representa». Dicha actuación también fomentaría el bien común de todas las personas, que es «la única razón para la existencia de las autoridades civiles».

Con información de la Misión Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas.

 

Fuente:: Gaudium Press

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