Peio Sánchez, director de la Semana de Cine Espiritual: “La Iglesia tiene mucho interés por el cine”
La Semana de Cine Espirituales una iniciativa destinada a los jóvenes que tiene lugar en numerosas diócesis de España. Peio Sánchez, Director de la Semana de Cine espiritual de Barcelona, donde comenzó esta iniciativa, acudió a Gijón para participar en el curso de formación “Dios a través del arte”, organizado por la Delegación de Enseñanza y Catequesis del Arzobispado de Oviedo.
-Cuando se habla de cine espiritual, ¿hablamos de películas manifiestamente religiosas, o de películas generalistas con cierto interés por el ser humano, la vida, la muerte…?
-En torno al año 2000 se hizo una reflexión a fondo en la Iglesia sobre este tema, y nos dimos cuenta de que el cine religioso era un apartado del cine muy concreto (además de que no sólo existe el cine religioso católico), donde por su tema, o sus personajes o instituciones que trata tiene que ver con el hecho religioso. Pero hay muchas otras películas que plantean las cuestiones más profundas del hombre desde una disposición de apertura al misterio del ser y de la trascendencia que no podrían estar catalogadas como cine religioso, pero plantean cuestiones de tipo espiritual: estoy pensando en películas como Gran Torino, de Clint Eastwood. En el ámbito del cine español, hay que reconocer que no se trata de un cine muy espiritual, en general, aunque sí que se da algún caso, como la reciente Mactub, de Paco Arango, que es muy buena.
-¿Hasta qué punto los católicos están involucrados en el cine actual? ¿Hay una vuelta al interés por el séptimo arte, como parece?
Sí que es cierto que hay un renovado interés desde hace unos laicos, sino también entre los responsables eclesiales.
En el plano de la crítica de cine estamos en un nivel alto: los críticos de cine cristianos hacen una buena labor y valoran bien las películas desde el punto de vista de la apertura al misterio de Dios: estoy pensando en Juan Orellana o Jerónimo José Martín, por ejemplo.
Otra cosa es la realización de cine. El cine hoy es mundial, y cine católico la verdad es que se hace poco. Más bien en Italia, donde sí que es fuerte, y está vinculado sobre todo a la RAI, donde se hacen historias sobre la Biblia, o vidas de santos. En España hay algún “francotirador”, como Cotelo o Paco Arango (mejicano pero trabaja aquí). Pero son poco significativos teniendo en cuenta lo inmensa que es la industria cinematográfica. Sin embargo hay que tener en cuenta que en el cine a veces lo más explícito no es siempre ni lo más popular, ni lo más evangelizador, ni lo más positivo. Y tampoco es necesario que los católicos hagan cine católico, sino inspirado en la referencia espiritual que permita a las personas hacerse los interrogantes últimos y abrirse al misterio de Dios. A veces ocurre que hay directores que no son católicos y que hacen grandes películas, como sucedió con El gran silencio, El festín de Babette, o De dioses y hombres. Así como directores que manifiestan en sus películas un trasfondo de preocupación cristiana, como Scorsese o Eastwood.
-¿Qué película le ha sorprendido últimamente?
-No me pasa mucho esto, porque cuando voy a ver una película ya he leído mucho sobre ella. Pero por ejemplo El árbol de la vida fue una gratísima sorpresa. Tiene una concentración de elementos de gran valor. Películas actuales como Gravity tiene también elementos religiosos, o incluso en las de Spiderman se encierran claves cristianas.
-¿Qué es lo que muestra el cine hoy, en comparación con el de hace 20 años, por ejemplo?
-El cine es un reflejo cultural y tecnológico. Eso es lo primero que se deja ver, pues asistimos a un gran cambio total en esos planos. El cine digital y por ordenador ha cambiado ya y cambiará brutalmente el cine, aunque no afecta demasiado a los argumentos. Sin embargo es difícil hablar de tendencias cuando hoy hay tanto cine y tan plural: está el cine americano, el indie, el europeo… pero también el cine musulmán, el perseguido en Asia, el independiente… Si tuviera que hablar de algún valor confluyente en una buena parte, hablaría de cierto pesimismo antropológico, que no sólo afecta al cine, sino que es una marca general de nuestros días.
-Díganos cuál es la última gran película que ha visto sobre Dios.
-Sin lugar a dudas, El árbol de la vida. Creo que será la película de estos años. Se trata de una película muy completa, quizá un poco pretenciosa porque trata muchos temas, pero enormemente interesante. Quizá no se había hecho nunca en el cine algo así, con semejante densidad de significado.
(Esta hora – iglesiadeasturias.org)
Fuente:: SIC