
(RV).- La tarde del viernes 27 en el Aula Pablo VI del Vaticano, se llevó a cabo el esperado encuentro del Papa Francisco con miles de participantes al Congreso Internacional sobre la Catequesis (Roma, 26-28 de septiembre de 2013) sobre el tema: “El catequista, testimonio de la fe”, promovido y organizado con ocasión del Año de la fe.
Discurso del Papa Francisco
Queridos catequistas, ¡buenas tardes!
Me alegra que en el Año de la fe se lleve a cabo para ustedes este encuentro: la catequesis es una columna para la educación de la fe, y ¡se necesitan buenos catequistas! Gracias por este servicio a la Iglesia y en la Iglesia. También a veces puede ser difícil, se trabaja tanto, se empeña y no se ven los resultados deseados, ¡educar en la fe es bello! Es quizás la mejor herencia que podemos dar: ¡la fe! Educar en la fe, para que esta crezca. Ayudar a los niños, a los muchachos, a los jóvenes, a los adultos a conocer y a amar cada vez más al Señor, es una de las aventuras educativas más bellas, ¡se construye la Iglesia! ¡“Ser” catequistas! No trabajar como catequistas, ¡eh! ¡Eso no sirve! Yo trabajo como catequista porque me gusta enseñar… pero tú no eres catequista, ¡no sirve! ¡No serás fecundo! ¡No serás fecunda! Catequista es una vocación: “ser catequista”, esa es la vocación; no trabajar como catequista. Entiendan bien, no he dicho “hacer” el catequista, sino “serlo”, porque envuelve la vida. Se guía al encuentro con Jesús con las palabras y con la vida, con el testimonio. Recuerden aquello que Benedicto XVI nos ha dicho: “la Iglesia no crece por proselitismo. Crece por atracción”. Y eso que atrae es el testimonio. Ser catequista significa dar testimonio de la fe; ser coherente con la propia vida. Y esto no es fácil. ¡No es fácil! Nosotros ayudamos, nosotros guiamos hacia el encuentro con Jesús con las palabras y con la vida, con el testimonio. Me gusta recordar aquello que San Francisco de Asís decía a sus frailes: “prediquen siempre el Evangelio y si fuese necesario también con las palabras”. Pero antes el testimonio: que la gente vea en sus vidas el Evangelio, pueda leer el Evangelio. Y “ser” catequistas requiere amor, amor a Cristo cada vez más fuerte, amor a su pueblo santo. Y este amor no se compra en las tiendas; no se compra ni siquiera aquí en Roma. ¡Este amor viene de Cristo! ¡Es un regalo de Cristo! ¡Es un regalo de Cristo! Y si viene de Cristo parte de Cristo y nosotros debemos volver a partir desde Cristo, de este amor que no da. Para un catequista, para ustedes, también para mí, porque también yo soy catequista ¿qué cosa significa este volver a partir de Cristo? ¿Qué cosa significa?
1.- Ante todo hablare de tres cosas: uno, dos, tres, como hacían los viejos jesuitas… ¡uno, dos y tres! Antes que nada volver a partir desde Cristo significa tener familiaridad con Él. Tener esta familiaridad con Jesús. Jesús lo recomienda con insistencia a los discípulos en la Última Cena, cuando se disponen a vivir con Él el don más alto de amor, el sacrificio de la Cruz. Jesús utiliza la imagen de la vid y de los sarmientos y dice: permanezcan en mi amor, permanezcan unidos a mí, como el sarmiento está unido a la vid. Si estamos unidos a Él podemos dar fruto, y ésta es la familiaridad con Cristo. ¡Permanecer en Jesús! Es un permanecer apegado a Él, dentro de Él, con Él, hablando con Él: pero, permanecer en Jesús.
La primera cosa, para un discípulo, es estar con el Maestro, escucharlo, aprender de Él. Y esto vale siempre, ¡es un camino que dura toda la vida, eh! Recuerdo, tantas veces en la diócesis, en la otra diócesis que tenía antes, de haber visto al final de los cursos en el seminario catequístico, a los catequistas que salían: “!tengo el título de catequista!”. Eso no sirve, no tienes nada: ¡has hecho un camino pequeñito, eh! ¿Quién te ayudará? ¡Esto vale siempre! No es un título, es una actitud: ¡estar con Él y dura toda la vida! Es un estar en presencia del Señor, dejarse mirar por Él. Yo les pregunto: “¿cómo están ustedes en presencia del Señor?” Cuando vas al Señor, miras el Tabernáculo, ¿qué cosa haces? Sin palabras… “Pero yo digo, digo, pienso, medito, siento…” ¡Muy bien! ¿Pero tú te dejas mirar por el Señor? ¡Dejarse mirar por el Señor! El nos mira y esta es una forma de rezar. ¿Te dejas mirar por el Señor? “pero ¿cómo se hace?”. Mira el Tabernáculo y déjate mirar… ¡Es simple! “Es un poco aburrido, me duermo…”. ¡Duérmete! ¡Duérmete! Él te mirará lo mismo. Él te mirará lo mismo. ¡Pero estate seguro que Él te mira! Y esto es más importante que el título de catequista: es parte del ser catequista. Esto enardece el corazón, tiene encendido el fuego de la amistad con el Señor, te hace sentir que Él te mira verdaderamente, te es cercano y te quiere. En una de las salidas que he hecho, aquí en Roma, en una misa, se me acerco un señor, relativamente joven, y me dijo: “Padre, un gusto conocerlo. ¡Pero yo no creo en nada! ¡No tengo el don de la fe!”. Entendía que era un don… “¡No tengo el don de la fe! ¿Usted qué cosa me dice?”. “¡No te desconsueles. Él te quiere. Déjate mirar por Él! Nada más”. Y esto se los digo a ustedes. ¡Déjense mirar por el Señor! Entiendo que para ustedes no es tan fácil: especialmente para quien está casado y tiene hijos, es difícil encontrar un largo tiempo de calma. Pero, gracias a Dios, no es necesario, no es necesario que todos lo hagan de la misma manera, en la Iglesia hay variedad de vocaciones y variedad de formas espirituales; lo importante es encontrar la manera adecuada para estar con el Señor; y esto se puede, es posible en todo estado de vida. En este momento cada uno puede preguntarse: ¿cómo vivo yo este “estar” con Jesús? Esta es una pregunta que les dejo: “¿cómo vivo yo este estar con Jesús? ¿Este permanecer en Jesús?” ¿Tengo momentos en los que permanezco en su presencia, en silencio, me dejo mirar por Él? ¿Dejo que su fuego enardezca mi corazón? Si en nuestro corazón no existe el calor de Dios, de su amor, de su ternura, ¿cómo podemos nosotros, pobres pecadores, enardecer el corazón de los demás? ¡Piensen en esto, eh!
2. El segundo elemento es éste. Segundo: volver a partir de Cristo significa imitarlo en el salir de sí mismo e ir al encuentro del otro. Ésta es una experiencia hermosa, y un poco paradójica. ¿Por qué? Porque nos coloca al centro de la propia vida ¡Cristo se descentraliza! Mientras más te unes a Jesús y Él se vuelve el centro de tu vida, más Él te hace salir de ti mismo, te descentraliza y te abre a los otros. Este es el verdadero dinamismo de amor, ¡éste es el movimiento de Dios mismo! Dios es el centro, pero es siempre don de sí mismo, relación, vid que se comunica… Así nos transformamos si permanecemos unidos a Cristo, Él nos hace entrar en este dinamismo del amor. Pero siempre es don de si, relación, vida que se comunica. Así también nosotros no convertimos, si permanecemos unidos a Cristo, Él nos hace entrar en este dinamismo del amor. Donde hay verdadera vida en Cristo, hay apertura hacia el otro, hay salida de sí para ir al encuentro del otro en el nombre de Cristo. Y este es el trabajo del catequista: salir continuamente de sí por amor, para testimoniar a Jesús y hablar de Jesús, predicar a Jesús. Pero esto es importante porque lo hace el Señor: es precisamente el Señor que nos empuja a salir. El corazón del catequista vive siempre este movimiento de “sístole – diástole”: unión con Jesús – encuentro con el otro. Son las dos cosas: yo me uno a Jesús y salgo al encuentro con los demás. Si falta uno de estos dos movimientos el corazón no late más, no puede vivir. Recibe como don el kerigma, y a su vez lo ofrece como don. Esta palabrita: don. El catequista es consciente que ha recibido un don, el don de la fe, y lo da como don a los otros. Y esto es hermoso… y por esto no se saca un porcentaje, ¿eh? ¡Todo lo que recibe lo, da! ¡Esto no es un negocio! ¡No es un negocio! Es don puro: don recibido y don transmitido. Y el catequista está allí, en este cruce de dones. Es así en la naturaleza misma del kerigma: es un don que genera misión, que empuja siempre más allá de nosotros mismos. San Pablo decía: «El amor de Cristo nos empuja», pero aquel “nos empuja” se puede traducir también “nos posee”. Y así: el amor te atrae y te envía, te toma y te dona a los demás. En esta tensión se mueve el corazón del cristiano, en particular el corazón del catequista. Preguntémonos todos: ¿es así que late mi corazón de catequista: unión con Jesús y encuentro con el otro? ¿Con este movimiento de “sístole y diástole”? Se alimenta en la relación con Él, pero ¿para llevarlo a los demás y no para retenerlo? Les digo una cosa: no entiendo como un catequista pueda quedarse quieto, sin este movimiento. ¡No entiendo!
3. Y el tercer elemento -tres- se encuentra siempre en esta línea: volver a partir de Cristo significa no tener miedo de ir con Él a las periferias. Aquí me viene a la mente la historia de Jonás, una figura verdaderamente interesante, especialmente en nuestros tiempos de cambios y de incertidumbres. Jonás es un hombre pío, con una vida tranquila y ordenada, esto lo lleva a tener sus esquemas bien claros y a juzgar todo y a todos con estos esquemas, de manera rígida. Tiene todo claro, la verdad es esta… ¡Es rígido!
Por eso cuando el Señor lo llama y le dice ir a predicar a Nínive, la gran ciudad pagana, Jonás se siente capaz. “¡Ir allá! ¡Pero si yo tengo toda la verdad aquí! No se siente capaz… Nínive está fuera de sus esquemas, está en la periferia de su mundo. Y entonces escapa, huye, se va a España, se embarca en una nave que va por esos lados. ¡Vuelvan a leer el Libro de Jonás! Es breve, pero es una parábola muy instructiva, especialmente para nosotros que estamos en la Iglesia.
¿Qué cosa nos enseña? Nos enseña a no tener miedo de salir de nuestros esquemas para seguir a Dios, porque Dios va siempre más allá. Pero ¿saben una cosa? ¡Dios no tiene miedo! ¿Sabían esto ustedes? ¡No tiene miedo! ¡Esta siempre más allá de nuestros esquemas! Dios no tiene miedo de las periferias. Por eso, si ustedes van a las periferias lo encontraran allí. Dios es siempre fiel, es creativo. Pero por favor, no se entiende un catequista que no sea creativo. Y la creatividad es como la columna del ser catequista. Dios es creativo, no es cerrado, y por esto jamás es rígido, ¡Dios no es rígido! Nos acoge, nos viene al encuentro, nos comprende. Para ser fieles, para ser creativos, es necesario saber cambiar. Saber cambiar. ¿Y por qué debo cambiar? Es para adecuarme a las circunstancias en las que debo anunciar el Evangelio. Para permanecer con Dios en necesario saber salir, no tener miedo de salir. Si un catequista se deja llevar por el miedo, es un cobarde; si un catequista se está ahí tranquilo termina por ser una estatua de museo: ¡y tenemos tantas eh! ¡Tenemos tantas!¡Por favor, ninguna estatua de museo! Si un catequista es rígido se vuelve acartonado y estéril. Les pregunto: ¿alguno de ustedes quiere ser cobarde, estatua de museo o estéril? ¿Alguno lo quiere? (catequistas ¡No!) ¿No? ¿seguro? ¡Bien! Pero lo que les diré ahora lo he dicho tantas veces. Pero me viene del corazón decirlo. Cuando nosotros cristianos estamos cerrados en nuestro grupo, en nuestro movimiento, en nuestra parroquia, en nuestro ambiente, permanecemos cerrados y nos pasa lo que le pasa a todo aquel que es cerrado: cuando una habitación está cerrada empieza el olor de humedad… y si una persona está encerrada en ese cuarto , ¡se enferma! Cuando un cristiano esta cerrado en su grupo, en su parroquia, en su movimiento está cerrado, se enferma. Si un cristiano sale por las calles en las periferias, puede pasarle aquello que sucede a cualquier persona que va por la calle: un accidente… Tantas veces hemos visto accidentes… pero les digo: ¡prefiero mil veces una iglesia accidentada y no una iglesia enferma! ¡Una iglesia, un catequista que tenga el valor de arriesgar para salir y no un catequista que sabe todo, pero cerrado siempre y enfermo. Y a veces enfermo de la cabeza…
Pero ¡atención! Jesús no dice: vayan, arréglenselas. ¡No! ¡No dice eso! Jesús dice: ¡vayan, estoy con ustedes! Ésta es nuestra belleza y nuestra fuerza: si nosotros vamos, si nosotros salimos a llevar su Evangelio con amor, con verdadero espíritu apostólico, con parresia, Él camina con nosotros, nos precede, nos “primerea”. ¡El Señor siempre nos primerea! Ya han aprendido el sentido de esta palabra. ¡Y esto lo dice la Biblia eh! No lo digo yo. La Biblia dice, el Señor dice en la Biblia: “yo soy como la flor del almendro”. ¿Por qué? Porque es la primera flor que florece en la primavera. Él es siempre “primero”. ¡Él es primero! Esto es fundamental para nosotros: ¡Dios siempre nos precede! Cuando pensamos ir lejos, en una periferia extrema, y quizás tenemos un poco de temor, en realidad Él ya está allá: Jesús nos espera en el corazón de aquel hermano, en su carne herida, en su vida oprimida, en su alma sin fe. Pero ustedes saben, una de las periferias que me hace tanto mal, que siento dolor -lo vi en la diócesis que tenía antes-, es aquella de los niños que no saben hacerse la señal de la cruz. En Buenos Aires hay tantos niños que no saben hacerse el signo de la cruz. Esta es una periferia ¡eh! Se necesita ir ahí. Y Jesús está allí, te espera para ayudar a ese niño a hacerse el signo de la cruz. Él nos precede siempre.
Queridos catequistas, los tres puntos terminaron… ¡siempre volver a partir de Cristo! Les digo gracias por aquello que hacen, pero sobre todo porque están en la Iglesia, en el Pueblo de Dios en camino. Permanezcamos con Cristo, permanecer en Cristo, busquemos cada vez más de ser una cosa sola con Él; sigámoslo, imitémoslo en su movimiento de amor, en su ir al encuentro del hombre; y salgamos, abramos las puertas, tengamos la audacia de trazar nuevas vías para el anuncio del Evangelio. Que el Señor los bendiga y la Virgen los acompañe. ¡Gracias!
Fuente:: News.va
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Dios no tiene miedo a las periferias, el Papa encuentra a los catequistas
Noticias religiosas - archivo(RV).- La tarde del viernes 27 en el Aula Pablo VI del Vaticano, se llevó a cabo el esperado encuentro del Papa Francisco con miles de participantes al Congreso Internacional sobre la Catequesis (Roma, 26-28 de septiembre de 2013) sobre el tema: “El catequista, testimonio de la fe”, promovido y organizado con ocasión del Año de la fe.
Discurso del Papa Francisco
Queridos catequistas, ¡buenas tardes!
Me alegra que en el Año de la fe se lleve a cabo para ustedes este encuentro: la catequesis es una columna para la educación de la fe, y ¡se necesitan buenos catequistas! Gracias por este servicio a la Iglesia y en la Iglesia. También a veces puede ser difícil, se trabaja tanto, se empeña y no se ven los resultados deseados, ¡educar en la fe es bello! Es quizás la mejor herencia que podemos dar: ¡la fe! Educar en la fe, para que esta crezca. Ayudar a los niños, a los muchachos, a los jóvenes, a los adultos a conocer y a amar cada vez más al Señor, es una de las aventuras educativas más bellas, ¡se construye la Iglesia! ¡“Ser” catequistas! No trabajar como catequistas, ¡eh! ¡Eso no sirve! Yo trabajo como catequista porque me gusta enseñar… pero tú no eres catequista, ¡no sirve! ¡No serás fecundo! ¡No serás fecunda! Catequista es una vocación: “ser catequista”, esa es la vocación; no trabajar como catequista. Entiendan bien, no he dicho “hacer” el catequista, sino “serlo”, porque envuelve la vida. Se guía al encuentro con Jesús con las palabras y con la vida, con el testimonio. Recuerden aquello que Benedicto XVI nos ha dicho: “la Iglesia no crece por proselitismo. Crece por atracción”. Y eso que atrae es el testimonio. Ser catequista significa dar testimonio de la fe; ser coherente con la propia vida. Y esto no es fácil. ¡No es fácil! Nosotros ayudamos, nosotros guiamos hacia el encuentro con Jesús con las palabras y con la vida, con el testimonio. Me gusta recordar aquello que San Francisco de Asís decía a sus frailes: “prediquen siempre el Evangelio y si fuese necesario también con las palabras”. Pero antes el testimonio: que la gente vea en sus vidas el Evangelio, pueda leer el Evangelio. Y “ser” catequistas requiere amor, amor a Cristo cada vez más fuerte, amor a su pueblo santo. Y este amor no se compra en las tiendas; no se compra ni siquiera aquí en Roma. ¡Este amor viene de Cristo! ¡Es un regalo de Cristo! ¡Es un regalo de Cristo! Y si viene de Cristo parte de Cristo y nosotros debemos volver a partir desde Cristo, de este amor que no da. Para un catequista, para ustedes, también para mí, porque también yo soy catequista ¿qué cosa significa este volver a partir de Cristo? ¿Qué cosa significa?
1.- Ante todo hablare de tres cosas: uno, dos, tres, como hacían los viejos jesuitas… ¡uno, dos y tres! Antes que nada volver a partir desde Cristo significa tener familiaridad con Él. Tener esta familiaridad con Jesús. Jesús lo recomienda con insistencia a los discípulos en la Última Cena, cuando se disponen a vivir con Él el don más alto de amor, el sacrificio de la Cruz. Jesús utiliza la imagen de la vid y de los sarmientos y dice: permanezcan en mi amor, permanezcan unidos a mí, como el sarmiento está unido a la vid. Si estamos unidos a Él podemos dar fruto, y ésta es la familiaridad con Cristo. ¡Permanecer en Jesús! Es un permanecer apegado a Él, dentro de Él, con Él, hablando con Él: pero, permanecer en Jesús.
La primera cosa, para un discípulo, es estar con el Maestro, escucharlo, aprender de Él. Y esto vale siempre, ¡es un camino que dura toda la vida, eh! Recuerdo, tantas veces en la diócesis, en la otra diócesis que tenía antes, de haber visto al final de los cursos en el seminario catequístico, a los catequistas que salían: “!tengo el título de catequista!”. Eso no sirve, no tienes nada: ¡has hecho un camino pequeñito, eh! ¿Quién te ayudará? ¡Esto vale siempre! No es un título, es una actitud: ¡estar con Él y dura toda la vida! Es un estar en presencia del Señor, dejarse mirar por Él. Yo les pregunto: “¿cómo están ustedes en presencia del Señor?” Cuando vas al Señor, miras el Tabernáculo, ¿qué cosa haces? Sin palabras… “Pero yo digo, digo, pienso, medito, siento…” ¡Muy bien! ¿Pero tú te dejas mirar por el Señor? ¡Dejarse mirar por el Señor! El nos mira y esta es una forma de rezar. ¿Te dejas mirar por el Señor? “pero ¿cómo se hace?”. Mira el Tabernáculo y déjate mirar… ¡Es simple! “Es un poco aburrido, me duermo…”. ¡Duérmete! ¡Duérmete! Él te mirará lo mismo. Él te mirará lo mismo. ¡Pero estate seguro que Él te mira! Y esto es más importante que el título de catequista: es parte del ser catequista. Esto enardece el corazón, tiene encendido el fuego de la amistad con el Señor, te hace sentir que Él te mira verdaderamente, te es cercano y te quiere. En una de las salidas que he hecho, aquí en Roma, en una misa, se me acerco un señor, relativamente joven, y me dijo: “Padre, un gusto conocerlo. ¡Pero yo no creo en nada! ¡No tengo el don de la fe!”. Entendía que era un don… “¡No tengo el don de la fe! ¿Usted qué cosa me dice?”. “¡No te desconsueles. Él te quiere. Déjate mirar por Él! Nada más”. Y esto se los digo a ustedes. ¡Déjense mirar por el Señor! Entiendo que para ustedes no es tan fácil: especialmente para quien está casado y tiene hijos, es difícil encontrar un largo tiempo de calma. Pero, gracias a Dios, no es necesario, no es necesario que todos lo hagan de la misma manera, en la Iglesia hay variedad de vocaciones y variedad de formas espirituales; lo importante es encontrar la manera adecuada para estar con el Señor; y esto se puede, es posible en todo estado de vida. En este momento cada uno puede preguntarse: ¿cómo vivo yo este “estar” con Jesús? Esta es una pregunta que les dejo: “¿cómo vivo yo este estar con Jesús? ¿Este permanecer en Jesús?” ¿Tengo momentos en los que permanezco en su presencia, en silencio, me dejo mirar por Él? ¿Dejo que su fuego enardezca mi corazón? Si en nuestro corazón no existe el calor de Dios, de su amor, de su ternura, ¿cómo podemos nosotros, pobres pecadores, enardecer el corazón de los demás? ¡Piensen en esto, eh!
2. El segundo elemento es éste. Segundo: volver a partir de Cristo significa imitarlo en el salir de sí mismo e ir al encuentro del otro. Ésta es una experiencia hermosa, y un poco paradójica. ¿Por qué? Porque nos coloca al centro de la propia vida ¡Cristo se descentraliza! Mientras más te unes a Jesús y Él se vuelve el centro de tu vida, más Él te hace salir de ti mismo, te descentraliza y te abre a los otros. Este es el verdadero dinamismo de amor, ¡éste es el movimiento de Dios mismo! Dios es el centro, pero es siempre don de sí mismo, relación, vid que se comunica… Así nos transformamos si permanecemos unidos a Cristo, Él nos hace entrar en este dinamismo del amor. Pero siempre es don de si, relación, vida que se comunica. Así también nosotros no convertimos, si permanecemos unidos a Cristo, Él nos hace entrar en este dinamismo del amor. Donde hay verdadera vida en Cristo, hay apertura hacia el otro, hay salida de sí para ir al encuentro del otro en el nombre de Cristo. Y este es el trabajo del catequista: salir continuamente de sí por amor, para testimoniar a Jesús y hablar de Jesús, predicar a Jesús. Pero esto es importante porque lo hace el Señor: es precisamente el Señor que nos empuja a salir. El corazón del catequista vive siempre este movimiento de “sístole – diástole”: unión con Jesús – encuentro con el otro. Son las dos cosas: yo me uno a Jesús y salgo al encuentro con los demás. Si falta uno de estos dos movimientos el corazón no late más, no puede vivir. Recibe como don el kerigma, y a su vez lo ofrece como don. Esta palabrita: don. El catequista es consciente que ha recibido un don, el don de la fe, y lo da como don a los otros. Y esto es hermoso… y por esto no se saca un porcentaje, ¿eh? ¡Todo lo que recibe lo, da! ¡Esto no es un negocio! ¡No es un negocio! Es don puro: don recibido y don transmitido. Y el catequista está allí, en este cruce de dones. Es así en la naturaleza misma del kerigma: es un don que genera misión, que empuja siempre más allá de nosotros mismos. San Pablo decía: «El amor de Cristo nos empuja», pero aquel “nos empuja” se puede traducir también “nos posee”. Y así: el amor te atrae y te envía, te toma y te dona a los demás. En esta tensión se mueve el corazón del cristiano, en particular el corazón del catequista. Preguntémonos todos: ¿es así que late mi corazón de catequista: unión con Jesús y encuentro con el otro? ¿Con este movimiento de “sístole y diástole”? Se alimenta en la relación con Él, pero ¿para llevarlo a los demás y no para retenerlo? Les digo una cosa: no entiendo como un catequista pueda quedarse quieto, sin este movimiento. ¡No entiendo!
3. Y el tercer elemento -tres- se encuentra siempre en esta línea: volver a partir de Cristo significa no tener miedo de ir con Él a las periferias. Aquí me viene a la mente la historia de Jonás, una figura verdaderamente interesante, especialmente en nuestros tiempos de cambios y de incertidumbres. Jonás es un hombre pío, con una vida tranquila y ordenada, esto lo lleva a tener sus esquemas bien claros y a juzgar todo y a todos con estos esquemas, de manera rígida. Tiene todo claro, la verdad es esta… ¡Es rígido!
Por eso cuando el Señor lo llama y le dice ir a predicar a Nínive, la gran ciudad pagana, Jonás se siente capaz. “¡Ir allá! ¡Pero si yo tengo toda la verdad aquí! No se siente capaz… Nínive está fuera de sus esquemas, está en la periferia de su mundo. Y entonces escapa, huye, se va a España, se embarca en una nave que va por esos lados. ¡Vuelvan a leer el Libro de Jonás! Es breve, pero es una parábola muy instructiva, especialmente para nosotros que estamos en la Iglesia.
¿Qué cosa nos enseña? Nos enseña a no tener miedo de salir de nuestros esquemas para seguir a Dios, porque Dios va siempre más allá. Pero ¿saben una cosa? ¡Dios no tiene miedo! ¿Sabían esto ustedes? ¡No tiene miedo! ¡Esta siempre más allá de nuestros esquemas! Dios no tiene miedo de las periferias. Por eso, si ustedes van a las periferias lo encontraran allí. Dios es siempre fiel, es creativo. Pero por favor, no se entiende un catequista que no sea creativo. Y la creatividad es como la columna del ser catequista. Dios es creativo, no es cerrado, y por esto jamás es rígido, ¡Dios no es rígido! Nos acoge, nos viene al encuentro, nos comprende. Para ser fieles, para ser creativos, es necesario saber cambiar. Saber cambiar. ¿Y por qué debo cambiar? Es para adecuarme a las circunstancias en las que debo anunciar el Evangelio. Para permanecer con Dios en necesario saber salir, no tener miedo de salir. Si un catequista se deja llevar por el miedo, es un cobarde; si un catequista se está ahí tranquilo termina por ser una estatua de museo: ¡y tenemos tantas eh! ¡Tenemos tantas!¡Por favor, ninguna estatua de museo! Si un catequista es rígido se vuelve acartonado y estéril. Les pregunto: ¿alguno de ustedes quiere ser cobarde, estatua de museo o estéril? ¿Alguno lo quiere? (catequistas ¡No!) ¿No? ¿seguro? ¡Bien! Pero lo que les diré ahora lo he dicho tantas veces. Pero me viene del corazón decirlo. Cuando nosotros cristianos estamos cerrados en nuestro grupo, en nuestro movimiento, en nuestra parroquia, en nuestro ambiente, permanecemos cerrados y nos pasa lo que le pasa a todo aquel que es cerrado: cuando una habitación está cerrada empieza el olor de humedad… y si una persona está encerrada en ese cuarto , ¡se enferma! Cuando un cristiano esta cerrado en su grupo, en su parroquia, en su movimiento está cerrado, se enferma. Si un cristiano sale por las calles en las periferias, puede pasarle aquello que sucede a cualquier persona que va por la calle: un accidente… Tantas veces hemos visto accidentes… pero les digo: ¡prefiero mil veces una iglesia accidentada y no una iglesia enferma! ¡Una iglesia, un catequista que tenga el valor de arriesgar para salir y no un catequista que sabe todo, pero cerrado siempre y enfermo. Y a veces enfermo de la cabeza…
Pero ¡atención! Jesús no dice: vayan, arréglenselas. ¡No! ¡No dice eso! Jesús dice: ¡vayan, estoy con ustedes! Ésta es nuestra belleza y nuestra fuerza: si nosotros vamos, si nosotros salimos a llevar su Evangelio con amor, con verdadero espíritu apostólico, con parresia, Él camina con nosotros, nos precede, nos “primerea”. ¡El Señor siempre nos primerea! Ya han aprendido el sentido de esta palabra. ¡Y esto lo dice la Biblia eh! No lo digo yo. La Biblia dice, el Señor dice en la Biblia: “yo soy como la flor del almendro”. ¿Por qué? Porque es la primera flor que florece en la primavera. Él es siempre “primero”. ¡Él es primero! Esto es fundamental para nosotros: ¡Dios siempre nos precede! Cuando pensamos ir lejos, en una periferia extrema, y quizás tenemos un poco de temor, en realidad Él ya está allá: Jesús nos espera en el corazón de aquel hermano, en su carne herida, en su vida oprimida, en su alma sin fe. Pero ustedes saben, una de las periferias que me hace tanto mal, que siento dolor -lo vi en la diócesis que tenía antes-, es aquella de los niños que no saben hacerse la señal de la cruz. En Buenos Aires hay tantos niños que no saben hacerse el signo de la cruz. Esta es una periferia ¡eh! Se necesita ir ahí. Y Jesús está allí, te espera para ayudar a ese niño a hacerse el signo de la cruz. Él nos precede siempre.
Queridos catequistas, los tres puntos terminaron… ¡siempre volver a partir de Cristo! Les digo gracias por aquello que hacen, pero sobre todo porque están en la Iglesia, en el Pueblo de Dios en camino. Permanezcamos con Cristo, permanecer en Cristo, busquemos cada vez más de ser una cosa sola con Él; sigámoslo, imitémoslo en su movimiento de amor, en su ir al encuentro del hombre; y salgamos, abramos las puertas, tengamos la audacia de trazar nuevas vías para el anuncio del Evangelio. Que el Señor los bendiga y la Virgen los acompañe. ¡Gracias!
Fuente:: News.va
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«El Catequista, testigo de la fe», el Papa y los catequistas
Noticias religiosas - archivo(RV).- (con audio)
«El Catequista, testigo de la fe», es el tema el central de las jornadas, que se proponen impulsar tanto la persona como el rol del catequista, ante los desafíos de hoy, que apremian a sostener, promover y formar catequistas capaces de salir al paso de las necesidades del tiempo presente, para ofrecer un testimonio capaz de hacer posible la propuesta del Dios de Jesucristo a nuestros contemporáneos. Recordando que los que están llamados a asumir la gran responsabilidad de transmitir la fe, saben que el testimonio de vida es el elemento privilegiado para la credibilidad de su misión.
En el Congreso Internacional de Catequesis, que precedió estas Jornadas, el arzobispo Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, señaló este jueves que hay que evitar el peligro «de que la Iglesia emprenda un camino de nueva evangelización», dejando » que la catequesis se quede con las mismas características del pasado”.
Mons. Fisichella, hizo hincapié en cómo la relación que lleva a unir la «nueva evangelización» y la «catequesis» «conlleva necesariamente la exigencia de una renovada interpretación del proceso catequético, como instrumento al servicio de la comunidad cristiana, para encontrar a los creyentes y a cuantos están buscando el sentido de la vida».
Alentando a recuperar el impulso del anuncio, siendo verdaderos instrumentos del anuncio, Monseñor Fisichella destacó «la necesidad de una catequesis que se desarrolle en clave misionera, tanto en los países de antigua tradición cristiana, como en los lugares donde hay que presentar el primer anuncio, con la novedad de la fe y su importancia para la vida.
El Arzobispo que preside el Pontificio Consejo para la nueva Evangelización señaló que, en el contexto cultural actual, es evidente que la separación de la fe bautismal se expresa de muchas maneras. En el analfabetismo religioso, extendido también a creyentes que ocupan puestos de relieve cultural en su vida profesional; la falta de identidad del creyente, que se refleja en conductas que a menudo están en abierto conflicto con la fe; la indiferencia a la participación en la vida de la comunidad, con la consiguiente pérdida del sentido de pertenencia a la Iglesia, y una visión relativista de los contenidos de la fe y la moral, que prescinden de la perspectiva de la fe».
Ante la realidad del momento presente Mons. Fisichella alentó a los catequistas a no desanimarse, perseverando en su misión y recordando que la catequesis está llamada a ser una etapa importante en este movimiento de nueva evangelización, que la Iglesia ha emprendido, para interpelar ante todo a los cristianos, en el anuncio y en la transmisión de la fe, empezando por la centralidad de la familia.
El primer acto de las jornadas fue el Consejo Internacional para la Catequesis – el pasado 25 de septiembre – con el fin de estudiar las cuestiones más importantes de la catequesis para brindar un servicio unitario a las conferencias episcopales y permitir el intercambio de experiencias. El Consejo, instituido por Pablo VI en 1973, fue renovado el 1 de octubre de 2012 y su primera tarea es la de verificar el estado de la catequesis en el mundo en esta última década y proyectar su misión derivada de su nuevo lazo con la evangelización.
Luego, el Congreso internacional de catequesis – en el Aula Pablo VI del Vaticano del 26 al 28 de septiembre – centrado en la primera parte del Catecismo de la Iglesia Católica sobre el tema de la fe. Durante estas jornadas – en las que participan 104 delegaciones procedentes de 50 países por un total de 1.600 personas – se alternan relatores procedentes de varios centros académicos. El momento más esperado es la catequesis del Papa Francisco, de este viernes, 27, a las cinco de la tarde.
La tercera etapa – 28 y 29 de septiembre – está dedicada a la peregrinación a la tumba de San Pedro y a la catequesis unida a la celebración del sacramento de la Reconciliación y de la adoración eucarística.
(CdM – RV)
Fuente:: News.va
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Carta de Ratzinger a Odifreddi. Fe y matemáticas
Noticias religiosas - archivo(RV).- (audio)
1.
La carta, que llegó a su destino el 3 de septiembre, se publicó en el periódico romano junto a un artículo en el que el mismo Odifreddi explicaba los hechos que la precedieron y en el que se anuncia también su publicación integral en una nueva edición de su libro.
La carta se abre con las excusas del Papa por el retraso de dos años en la contestación de la misiva.
Sobre el contenido del volumen del matemático ateo, el Papa emérito anticipa rápido y claramente su juicio, afirmando que «algunas partes las había leído con placer y beneficio», mientras que en otras le «sorprendieron cierta agresividad y ligereza del argumento». El Papa Ratzinger refuta principalmente la descripción provocadora que Odifreddi hace de la teología como «ciencia ficción», impartiendo una sutil lección de epistemología, donde explica que «en todas las materias específicas la ciencia tiene su propia forma, de acuerdo con la particularidad de su objeto » y «lo que es esencial es la aplicación de un método que garantice la racionalidad».
Y la función importante de la teología es la de «mantener la religión ligada a la razón y la razón a la religión», es decir, a aquella racionalidad del pensamiento a la que constantemente se refieren los científicos ateos.
Y respecto a la ciencia ficción el Papa emérito recuerda al matemático que ésta también «existe dentro de muchas ciencias», por ejemplo en el caso de ciertas «visiones» de los físicos cuánticos como Heisenberg y Schrödinger, o ciertas tesis indemostrables como el «gen egoísta» del científico evolucionista Richard Dawkins; sin embargo, se trata solo -afirma Benedicto XVI- «de imaginaciones con la que tratamos de acercarnos a la realidad.»
2. (audio)
Según Benedicto XVI, las acusaciones y contestaciones de Odifreddi se pueden aceptar en un diálogo entre creyentes y no creyentes, mientras éstas se mantengan a un nivel aceptable de seriedad, pero este límite rebosa y el nivel se degrada considerablemente cuando el matemático ateo aborda temas como el comportamiento de la escandalosa conducta de algunos sacerdotes, la moral Católica y especialmente cuando habla sobre Jesús.
Joseph Ratzinger liquida las provocaciones evidentes sobre sacerdotes pedófilos recordando haber tomado nota de ello con mucho pesar y de haberlos condenado personalmente, pero también observa que es siempre errado generalizar y que por otro lado no hay que olvidar tampoco las muchas figuras de santos y personas dedicadas desinteresadamente al prójimo que ha producido «el gran sendero luminoso de bondad y de pureza que la fe cristiana ha trazado a través de los siglos”.
«Benedicto XVI pone mucho más énfasis en lo que se afirma de la figura de Jesús, y no se anda con rodeos ante su interlocutor cuando le señala: «Lo que usted dice acerca de Jesús, no es digno de su rango científico.»Es un hecho increíble que un hombre de cultura y de ciencia como pretende ser Odifreddi escriba «como si de Jesús no se supiera nada y como si de su figura histórica tampoco fuera comprobable nada».
El Papa emérito no pierde tiempo en argumentar lo que todos los historiadores e intelectuales ateos serios reconocen: que Jesús realmente existió y que su acción y su mensaje se corresponden en gran medida a lo que dicen las fuentes del Nuevo Testamento y extra-bíblicas. Es más, el Papa Ratzinger recomienda a Odifreddi, como si de un colegial se tratara, cuatro volúmenes del alemán Martin Hengel y María Schwemer sobre los orígenes del cristianismo, con una serie de detalles, incluso de las páginas, con una clara señal de que la carta del Papa Benedicto XVI a nuestro «incrédulo» (como se hace llamar él mismo Oddifreddi) ha sido concebida con el serio deseo de establecer la verdad.
La carta concluye destacando la necesidad de que el diálogo entre ateos y cristianos, se base en la honestidad recíproca y apreciando algunas convergencias que se encuentran en el libro de Odifreddi.
Este es un resumen del informe de esta nueva etapa de diálogo entre creyentes y no creyentes que comenzó con el famoso Atrio o Patio de los Gentiles.
ER RV
Fuente:: News.va
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Cooperación y responsabilidad ante un futuro desarme nuclear
Noticias religiosas - archivoFuente:: News.va
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Vergüenza, oración y confianza: puntos de reflexión del Papa en Misa de la Casa Santa Marta
Noticias religiosas - archivoVergüenza, oración y confianza: puntos de reflexión del Papa en Misa de la Casa Santa Marta
Ciudad del Vaticano (Viernes, 27-09-2013, Gaudium Press) En la homilía hecha el pasado 25, durante la Misa celebrada en la capilla de la Casa Santa Marta, en el Vaticano, el Papa Francisco hizo comentarios sobre las lecturas del día con énfasis en el texto de Esdras en su capítulo 9 versículos del 5 al 9.
El Papa destacó tres puntos de la lectura (vergüenza, oración y confianza) y habló rápidamente sobre cada uno de ellos, proponiéndolos como tema para reflexión.
El primer punto a ser mencionado fue la actitud de vergüenza y confusión de Esdras delante de Dios. Era ella tan grande que él no pudo elevar los ojos hasta Dios. Una actitud de vergüenza y confusión que todos nosotros podríamos tener por causa de los pecados cometidos, que nos tornaron esclavos: servimos a ídolos, a falsos dioses, no a Dios.
En seguida el Santo Padre trató de un importante punto: la oración. La actitud de Esdras fue arrodillarse, elevar las manos hacia Dios e implorar misericordia. Una actitud que debe servir de ejemplo para todos nosotros, pues, así debemos hacer también por causa de nuestras numerosas ofensas y pecados.
Por último, el Papa trató del tercer punto a ser reflexionado: la confianza en Dios. La confianza en Dios que jamás nos abandona.
Debemos tener la certeza, dijo él, de que el Señor está con nosotros y que, por eso mismo, nuestro caminar debe hacerse perseverante, gracias a la esperanza que infunde fortaleza.
El Señor jamás nos abandona, es la certeza que de ahí nace. (JSG)
Con informaciones de Radio Vaticana.
Fuente:: Gaudium Press
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Así fue la primera Misa de Juan Pablo II
Noticias religiosas - archivoRedacción (Viernes, 27-09-2013, Gaudium Press) El próximo lunes 30 de septiembre, con ocasión del Consistorio Ordinario Público que ocurrirá en el Palacio Apostólico en el Vaticano, el Papa Francisco dará a conocer la fecha de canonización del beato Juan Pablo II.
Con ocasión de este acontecimiento, tan esperado para muchos, en Gaudium Press recordamos los momentos más significativos de la primera Misa que presidió el beato al iniciar su Pontificado. Momentos que fueron inmortalizados por la Radio Televisión Italiana (RAI), y que hoy hacen parte de un video de 4 minutos que está dando la vuelta al mundo gracias a las redes sociales.
«Domingo 22 de octubre de 1978. Liturgia Solemne (…) Inmediatamente el saludo a los cardenales, entre el ellos el viejo Primado de Polonia, quien se pone de rodillas, orgulloso (…) Después, el amigo, el estimadísimo teólogo Cardenal Ratzinger (…) Y Karol se presenta al mundo (…)», comenta el narrador del video, para introducir las tan recordadas palabras del Pontífice Polaco, que aún permanecen en los corazones de muchos católicos.
«¡No temáis! ¡Abrid, más todavía, abrid de par en par las puertas a Cristo! Abrid a su potestad salvadora los confines de los Estados, los sistemas económicos y los políticos, los extensos campos de la cultura, de la civilización y del desarrollo. ¡No tengáis miedo! Cristo conoce «lo que hay dentro del hombre». ¡Sólo Él lo conoce!», dijo en esa ocasión Juan Pablo II.
Luego, como evoca el video, el beato Papa continuó: «Con frecuencia el hombre actual no sabe lo que lleva dentro, en lo profundo de su ánimo, de su corazón. Muchas veces se siente inseguro sobre el sentido de su vida en este mundo. Se siente invadido por la duda que se transforma en desesperación. Permitid, pues, -os lo ruego, os lo imploro con humildad y con confianza- permitid que Cristo hable al hombre. ¡Sólo Él tiene pala¬bras de vida, sí, de vida eterna!».
Tras este mensaje, el narrador sigue y destaca del Santo Padre: «El nuevo, joven y fuerte, es el nuevo pastor. Comunica seguridad, confianza, audacia (…) Diferente a sus predecesores». E inmediatamente sigue y describe los últimos momentos de tan significativa celebración: «Después, en esta mañana de octubre Romano, Karol rompe el protocolo y baja del atrio de la Basílica, va al encuentro de las multitudes (…) Luego, con un gesto distintivo, eleva con sus dos manos la cruz pastoral, la levanta como signo que es tiempo de llamar a la historia al pueblo de Dios».
Ver video: Primera Misa de Juan Pablo II.
Fuente:: Gaudium Press
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La caridad comienza en la parroquia: Cardenal Rodríguez Madariaga a los Obispos canadienses
Noticias religiosas - archivoLa caridad comienza en la parroquia: Cardenal Rodríguez Madariaga a los Obispos canadienses
Quebec (Viernes, 27-09-2013, Gaudium Press) El Cardenal Óscar Rodríguez Madariaga, Arzobispo de Tegucigalpa, Honduras, y Presidente de Cáritas Internationalis recomendó a los Obispos de Canadá fomentar la actividad pastoral asistencial a nivel parroquial. «Cada comunidad cristiana debe tener un corazón que ve las miserias que trágicamente persisten a su alrededor y puede atenderlas», expresó el purpurado.
El Cardenal motivó a los Obispos a «educar a los fieles en el espíritu del compartir y la caridad genuina» y señaló el ejemplo de un sacerdote brasileño quien aprovechó una campaña de Cuaresma para conocer las necesidades de las personas de su propia parroquia. Al realizar un sondeo descubrió que 15 familias pasaban graves necesidades y canalizó la ayuda para que los fieles pudieran apoyarse al interior de su propia comunidad. «Ellos estaban organizando esto y era hermoso», señaló.
El Card. Rodríguez destacó la necesidad de promover la «reacción pastoral organizada», para la cual hace falta conocer de cerca la realidad de las personas. «Es muy importante que el trabajo de Cáritas comience a nivel local», destacó. Los Obispos deben luego examinar cómo la Iglesia practica la caridad a nivel nacional a través de las Conferencias Episcopales y luego a un nivel universal a través de la Santa Sede, explicó.
Responder a una grave crisis
El purpurado alertó sobre la crisis actual, que «no es sólamente una crisis económica, ni sólo una crisis cultural», y afirmó que «la humanidad está en peligro (…), el cuerpo de Cristo está en peligro». Recordando palabras del Papa Francisco, el Cardenal denunció que los seres humanos son desechados. «Si no sirve se desecha, ¡a la basura!, los niños, los ancianos y los foráneos: ésta es la crisis que estamos viviendo».
Ante esta situación, el Presidente de Cáritas ofreció la respuesta caritativa de la Iglesia. «Para muchas personas en necesidad, Cáritas es el rostro amante de Cristo que trae alivio y bienestar, respeto y reconocimiento», expresó. «Como Cáritas estamos llamados a dar testimonio de su amor y lo hacemos con entusiasmo. Sabemos que Dios es amor y sabemos y creemos que Él ha creado cada persona a su imagen».
El Cardenal Rodríguez también describió el ejemplo de Cáritas España, que con el trabajo de 62 mil voluntarios provenientes de seis mil parroquias ha dado un ejemplo de trabajo a lo largo de la crisis económica en el país. Según el purpurado, Cáritas España sirve un millón de paquetes de alimentación al día, aumenta cada vez más sus donaciones y se convirtió en «la institución más respetada de España». Esto, cimentado en un origen sobrenatural: «Cuando hay motivación en el Pueblo de Dios, Cáritas crece».
«El amor por el prójimo, cimentado en el amor de Dios, es una responsabilidad primordial para cada miembro de los fieles», expuso el Cardenal, «pero también una tarea de toda la comunidad eclesial a todos los niveles». En este trabajo, el purpurado destacó la importancia de que las organizaciones actúen en unidad y comunión con los Obispos, como parte de su deber eclesial. «Ellas no deben interpretar esto como un asunto disciplinario, sino como una expresión de nuestra pertenencia a la Iglesia.
La Organización Católica Canadiense para el Desarrollo y la Paz, la agencia caritativa de los Obispos canadienses, es miembro de la Federación de Cáritas Internationalis, una estructura ideada por el Papa Pablo VI cuando era Secretario sustituto del Estado de la Santa Sede. La iniciativa promovió la creación de instituciones nacionales para el apostolado caritativo que se coordinaran de manera universal como un servicio unificado de la Iglesia alrededor del mundo.
Con información de Catholic Register.
Fuente:: Gaudium Press
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Iglesia mexicana vuelca su solidaridad con damnificados de inundaciones en el Estado de Guerrero
Noticias religiosas - archivoIglesia mexicana vuelca su solidaridad con damnificados de inundaciones en el Estado de Guerrero
Acapulco (Viernes, 27-09-2013, Gaudium Press) Un llamado a continuar ayudando y a ser solidarios con los damnificados de las fuertes lluvias que ha dejado la tormenta tropical Manuel en México, especialmente en el Estado de Guerrero, es el que ha hecho Mons. Carlos Garfias Merlos, Arzobispo de Acapulco, cuya diócesis desarrolla un plan de emergencia para atender a los afectados por las violentas precipitaciones.
«La Arquidiócesis de Acapulco ha puesto en marcha un plan de respuesta ante la emergencia a través de las redes de Cáritas en las que participa. Por una parte, ha recibido la solidaridad de la Conferencia del Episcopado mexicano que ha estado gestionando auxilios a través de Cáritas Mexicana, IAP, un organismo que se hace cargo de este tipo se tareas eclesiales, al tiempo que diversas diócesis del país han enviado o están por enviar diversos apoyos en efectivo o en víveres. También diversas empresas han preferido canalizar sus apoyos a través de la Iglesia, mismos que estamos distribuyendo a las comunidades afectadas», refiere el prelado en un mensaje que ha sido dado a conocer por SIAME.
En la misiva, el Arzobispo también toma conciencia de los innumerables daños producidos por la catástrofe natural: «Los daños causados por la tormenta tropical Manuel son mayores y no es posible minimizar las necesidades de la población afectada a lo largo y ancho del estado de Guerrero. Esta situación constituye un desafío mayor, también, para todos; para las autoridades, para la sociedad y para la Iglesia misma. Con sentido de objetividad tenemos que reconocer que todos hemos sido rebasados tanto en la prevención como en la atención de la emergencia. Hay que plantear la necesidad de que no seamos rebasados en las fases de la rehabilitación como en la reconstrucción, que tienen que diseñarse de una manera muy responsable».
Desde el pasado 14 de septiembre, cuando la tormenta inundó el Estado de Guerrero, especialmente Acapulco, la Arquidiócesis de la ciudad mexicana puso en marcha cuatro acciones para ayudar a los damnificados, a través de las cuales se han logrado distribuir más de 30 toneladas de alimentos, agua, prendas de vestir y medicinas.
Una acción que ha unido a toda la comunidad diocesana con la ayuda solidaria a las poblaciones afectadas de Acapulco, Costa Grande, Costa Chica, Tierra Caliente, la Montana y Región Centro que vienen prestando sacerdotes, seminaristas y fieles laicos de las parroquias de Acapulco, que por estos días se han convertido en centros de recepción y distribución de ayudas.
Como es el caso de la Nueva Catedral de Cristo Rey donde han llegado alrededor de 50 toneladas de provisiones que serán distribuidas en las poblaciones más afectadas.
Además del Arzobispo de Acapulco, otro llamado a la solidaridad es el que ha hecho también Mons. Dagoberto Sosa Arriaga, obispo de Tlapa, ciudad afectada por las fuertes lluvias. En un comunicado, el prelado destacó la ayuda que ha recibido de las Cáritas y diócesis vecinas: «De acuerdo con algunos hermanos sacerdotes hemos solicitado ayuda a Cáritas a Mexicana y algunas parroquias de diócesis hermanas, que con gran generosidad nos han ofrecido su apoyo».
La diócesis de Tlapa también ha creado centros de acopio en el Obispado y en el Seminario Tonanzin de donde se vienen distribuyendo las ayudas a través de las parroquias y grupos de apostolado.
Campaña de Cáritas Mexicana
En unión con estas iniciativas, Cáritas Mexicana igualmente lanzó una campaña de ayuda en la que invita a los católicos y personas de buena voluntad a realizar una donación.
«La mejor forma de acercar nuestra ayuda es a través del recurso económico, que facilita los apoyos y reactiva la economía local. Los donativos en especie se recomiendan sólo a las diócesis vecinas o zonas cercanas y que cuentan con los medios para su transportación», destaca la iniciativa.
Estos aportes pueden realizarse por medio de la cuenta para la solidaridad en Emergencias: Cáritas Mexicana I.A.P. Cuenta No. 100. Clabe: 0021 8007 4600 0010 07. Banamex Sucursal 746.
Las fuertes lluvias ocasionadas por la tormenta tropical Manuel han dejado ya a más de 130 personas fallecidas, además de daños materiales incontables en todo el Estado de Guerrero.
Con información de SIAME y Aleteia.
Fuente:: Gaudium Press
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Papa Francisco nombra nuevos consultores para la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice
Noticias religiosas - archivoPapa Francisco nombra nuevos consultores para la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice
Ciudad del Vaticano (Viernes, 27-09-2013, Gaudium Press) La Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice, que se encarga de la planeación litúrgica de las ceremonias presididas por el Papa, tiene cinco nuevos asesores que fueron nombrados el pasado 26 de septiembre por el Santo Padre Francisco. Los designados son el Padre Silvano Maggiani, el Padre Corrado Maggioni, el Padre Giuseppe Midili, Mons.. Angelo Lameri y el Archimandrita Padre Manuel Nin.
El Servicio de Información Vaticano publicó un breve perfil de cada uno de los nuevos asesores:
P. Silvano María Maggiani, O.S.M., docente de Sacramentos y Liturgia de la Pontificia Facultad Teológica Marianum y del Pontificio Instituto Litúrgico San Anselmo en Roma y miembro del Consejo Académico de la Pontificia Academia Mariana Internacional.
P. Corrado Maggioni, S.M.M., Jefe de Oficina de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, miembro del Consejo Académico de la Pontificia Academia Mariana Internacional.
P. Giuseppe Midili, O. Carm., Director de la Oficina Litúrgica de la diócesis de Roma, docente de Liturgia del Pontificio Instituto Litúrgico San Anselmo de Roma.
Mons. Angelo Lameri, del clero de la diócesis de Crema, docente de Liturgia de la Pontificia Universidad Lateranense de Roma.
P. Archimandrita Manuel Nin, O.S.B., rector del Pontificio Colegio Griego en Roma.
Según informó el portal norteamericano PrayTell, ninguno de los asesores anteriores fueron convocados, por cuanto cesarían de serlo habiendo terminado su período de cinco años de servicio a la Iglesia en este cargo. Entre los asesores más reconocidos que acompañaron al Papa emérito Benedicto XVI en la planeación de sus celebraciones litúrgicas se encuentran Mons. Nicola Bux, Mons. Uwe Michael Lang. el Padre Paul Gunter
Con información de Vatican information Service y PrayTell
Fuente:: Gaudium Press
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La Iglesia no busca ninguna influencia política, queremos proclamar la verdad a la conciencia de las personas, también de los candidatos , dijo Arzobispo de Santiago en Chile
Noticias religiosas - archivo«La Iglesia no busca ninguna influencia política, queremos proclamar la verdad a la conciencia de las personas, también de los candidatos», dijo Arzobispo de Santiago en Chile
Santiago (Viernes, 27-09-2013, Gaudium Press) En una entrevista concedida al diario «El Mercurio», monseñor Ricardo Ezzati, Arzobispo de Santiago de Chile y presidente de la Conferencia Episcopal, se refirió a los desafíos que la sociedad chilena afrontará en las elecciones presidenciales de noviembre próximo.
En este sentido, el prelado aseguró que la Iglesia presenta la verdad sin «extorsionar la voluntad de las personas», sobre todo en las temáticas que se refieren a los principios no negociables, tales como el derecho a la vida y el matrimonio entre hombre y mujer.
«Plantearemos con toda nuestra fuerza la visión que tenemos pero sin cargar presión indebida en la conciencia de aquellos que tienen el deber de discernir y de votar», expresó el pastor.
Y agregó: «La Iglesia no busca ninguna influencia política, queremos proclamar la verdad a la conciencia de las personas, también de los candidatos. Sigo un principio que me dijo el Papa Benedicto XVI: La Iglesia tiene la misión de presentar la verdad con toda su fuerza moral, no la de extorsionar la voluntad de las personas».
En relación al derecho a la vida, el arzobispo enfatizó que es imprescindible su respeto, porque es el fundamento de todos los demás derechos humanos y del orden social: «el respeto a la vida nos parece el derecho fundamental y sobre el cual se apoyan todos los demás derechos. Si privo a una persona de su derecho fundamental, aunque esté todavía en el vientre materno, ni hablar de derechos humanos porque justamente estamos faltando al primero que es la vida».
Sin embargo, el prelado también dijo que la Iglesia no se limita a defender los principios no negociables, como los llamó Benedicto XVI, sino también defiende los demás temas «éticos fundamentales», que son parte integrante de «la dignidad de la persona humana», como el «salario ético, la dignidad del trabajo, la segregación, los derechos sindicales, el derecho a la educación», entre otros.
Monseñor Ezzati, al ser consultado sobre la posibilidad que en el próximo gobierno se legisle sobre el «matrimonio homosexual», expresó que «tenemos la obligación y el derecho de decir con mucha claridad que en el proyecto de Dios, la unión entre el hombre y la mujer constituye el matrimonio».
Finalmente, el pastor sostuvo que enviará a todos los candidatos presidenciales una carta pastoral donde los obispos chilenos, en nombre de la Conferencia Episcopal, condensan, a su juicio, los grandes desafíos para Chile.
Fuente:: Gaudium Press
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