Redacción (Lunes, 25-11-2013, Gaudium Press) Quien contempla el arte romano toma contacto con algo del aroma de grandeza del pueblo que mayor influencia tuvo sobre la cultura occidental. Roma es eterna en sus mosaicos dorados, en sus portentosas ruinas y en las estatuas de mármol donde se contempla personajes hieráticos que demuestran una capacidad humana envidiable. Lógica, autodominio y deseo de grandeza son predicados salientes en aquellas fisionomías que parecen más dirigidas a la eternidad.

Las representaciones de los antiguos patricios parecen mitificar al romano como un héroe encima de la propia naturaleza, no como mera utopía, sino con el empeño de reflejar algo de alta concepción de plenitud humana admirada por aquel pueblo que conquistó reinos e imperios, que hizo del Mediterráneo una propiedad exclusiva, el Mare Nostrum.
Durante cerca de ocho siglos, el Viejo Mundo vivió bajo influencia inmediata de las águilas latinas pendientes en su victorioso estandarte.
Todavía hoy esta civilización es admirada en su ingeniosa arquitectura, en sus técnicas militares, en su arte de gobernar a los conquistados, en el orden admirable de su Derecho, en su arte secular y en la riqueza de la literatura.
La perennidad de la cultura romana es vista, por ejemplo, en el latín, el idioma de la cultura. Durante siglos fue usado en las universidades para transmitir el conocimiento humano. Inclusive después de las invasiones, cuando las provincias cedieron lugar a los reinos germánicos, la lengua de Cicerón se esparció por toda Europa y se mantuvo por los siglos a través de la innegable contribución de la Iglesia.
Los pueblos latinos, legítimos e inmediatos herederos de Roma, esparcieron las lenguas romanas por todos los continentes. Cerca de la mitad de la población mundial usa el alfabeto latino, y casi un tercio de la superficie terrestre es habitada por pueblos que tienen por idioma una de las lenguas romances.
Roma es eterna. Entretanto, esta grandiosa perennidad del Imperio abrigó dos modos de concebir el espíritu romano. Dos ciudades disputaban abiertamente la herencia de los gloriosos antepasados de Lacio: Roma y Bizancio. Ambas ostentan cualidades específicas en las expresiones artísticas, en las formas de gobierno y en la mentalidad de cada ciudadano.

Con el correr de los siglos, esta diferencia se fue solidificando hasta el momento en el cual, con la división del imperio en el 395, la parte oriental pasó a ser conocida como Bizantina. Púrpura, ceremonia y esplendor le eran palabras correlacionadas. La erudición, e inteligencia y la diplomacia de Bizancio intentaban afirmarla como la única heredera de la cultura helénica y de la grandeza latina.
Roma o Bizancio, ¿Quien habrá heredado la totalidad del espíritu del Imperio? ¿Cómo un historiador podría definir la diferencia psicológica de los romanos orientales y de los occidentales? ¿Cuál era, en último análisis, el designio de Dios al respecto de esta maravilla de lógica, esplendor y grandeza vivida con matices diversos, pero harmónicos por las dos capitales?
En una conferencia sobre la «Visión de la historia: el plan de Dios en cuanto al Imperio Romano de Oriente y de Occidente», el Prof. Plinio Corrêa de Oliveira discurre sobre la vocación de una de las mayores civilizaciones de la Historia:
El Imperio del Oriente, sobretodo Bizancio, me parece haber sido llamado a realizar el ideal del Imperio uno y cristiano, católico, más que Roma y el Imperio del Occidente, el cual ya estaba en decadencia y no tenía más el brillo del Imperio del Oriente.
En medio las corrupciones y horrores, Bizancio tuvo una indiscutible grandeza, herencia del Imperio Romano, con su fuerza, lógica y espíritu de organización agregados a la gracia del bautismo. Y por eso con un ‘pulchrum’ propio, que no llegaba a ser el de una sociedad orgánica perfecta; esta debería tener esa grandeza natural, sin embargo aprimorada por la gracia que, siendo amiga de la naturaleza, posa sobre ella y la sacraliza, dándole fulgores propios, los cuales no excluyen la gloria natural que, de acuerdo con un designio de la Providencia, se haya acumulado.

El Imperio Cristiano del Occidente me parece haber sido llamado a representar más la fuerza como venciendo. Y el del Oriente, la fuerza ya victoriosa que se inclina sobre los escombros de aquello que había derrotado y, no más con temor, sino con amor, va seleccionando de dentro de ellos cosas para adornar su propia gloria. De manera que hay un qué de síntesis en el Imperio Romano de Oriente» [1].
En esta conferencia el insigne profesor brasileño concluyó que las glorias de Roma y de Constantinopla serán objeto de contemplación inclusive en el Cielo, pues solamente en la ultravida se podrá alcanzar la plena concepción de la grandeza de este Imperio que desde sus principios estaba consciente de que naciera para ser eterno.
Por Marcos Eduardo Melo dos Santos
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[1] CORRÊA DE OLIVEIRA, Plinio. O Império Romano nos planos de Deus. Revista Doutor Plinio, São Paulo. Editora Retornarei, julho de 2011, pp. 23-24.
Presidente del Pontificio Consejo para la Familia advierte sobre la ausencia del padre en las familias actuales
Noticias religiosas - archivoPresidente del Pontificio Consejo para la Familia advierte sobre la ausencia del padre en las familias actuales
Ciudad del Vaticano (Lunes, 25-11-2013, Gaudium Press) Una voz de alerta sobre el papel del padre en la familia actual y su progresiva erosión fue emitida por el Presidente del Pontificio Consejo para la Familia, durante un encuentro realizado los días 15 y 16 de noviembre. «La ausencia, en particular la evaporación o el ocaso del padre» produce una «crisis de la alianza entre las generaciones» que afecta negativamente la transmisión de la fe.
Citando «La Odisea», clásica obra griega, Mons. Paglia retrató la dificultad enfrentada por la familia en los tiempos actuales. «Los hijos son como Telémaco, que espera en la orilla del mar el retorno del padre», describió. Y esta problemática reemplazó los problemas familiares anteriores, caracterizados por una excesiva autoridad. «Los adultos están faltando a su cita con su responsabilidad de transmisión, de la vida, de lo humano y de la fe», resumió el Pontificio Consejo para las Familias en su reporte sobre la intervención de Mons. Paglia.
Esta visión fue profundizada por el Obispo de Novara, Italia, Mons. Franco Giulio Brambilla, quien afirmó que «transmitir la fe se ha vuelto difícil, simplemente porque ha entrado en crisis la misma generación de lo humano, la transmisión de la calidad humana de la vida». Esta falta de apertura a la vida, descrita por el prelado como un círculo vicioso, presenta en su opinión «rasgos de enfermedad».
Durante el encuentro, se analizaron los factores que generan este comportamiento, así como el núcleo de lo que podría determinar su solución. Para el sociólogo Mauro Magatti, está crisis es identificable a aquella de la adolescencia, «una idea de libertad y de poder como prepotencia y omnipotencia: ‘poder hacer todo lo que se quiere'». En su opinión, el alejamiento de Dios produce que el hombre se haga prepotente, individualista y narcisista, y por tanto, evita que llegue a la edad adulta, que requiere «volver hacia una idea de libertad como deposición, es decir, como la capacidad de ceder parte de la potencia para generar la vida».
Un llamado similar al fomento de la madurez fue hecho por Mons. Pierangelo Sequeri, quien expuso que el amor humano es entendido comúnmente «como reflejo de sí en el otro, como emoción espontánea, y por lo tanto como narcisismo». Este amor mítico calificado como «adolescente» debe dar paso a un amor propio de la edad madura, que consiste en «el redescubrimiento del trabajo del afecto, en el amor que dura».
Estas consideraciones fueron expresadas en la primera jornada del convenio interdisciplinar promovido por el Pontificio Consejo para la Familia, bajo el título: «‘He recibido, he transmitido’. La crisis de la alianza entre las generaciones».
Con información del Pontificio Consejo para la Familia.
Fuente:: Gaudium Press
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¡Con María, valientes en la Fe! : Tema de la Vigilia de la Inmaculada que ocurrirá en Lima
Noticias religiosas - archivo«¡Con María, valientes en la Fe!»: Tema de la Vigilia de la Inmaculada que ocurrirá en Lima
Lima (Lunes, 25-11-2013, Gaudium Press) El próximo sábado 7 de diciembre, víspera de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, se celebrará en Lima una gran vigilia en homenaje a Nuestra Señora. El evento, que es organizado por el movimiento mariano ‘Milicia de Santa María’, en unión con el grupo de ‘Laicos en Marcha’ y la Catequesis de Adultos del Arzobispado de Lima, llevará como lema «¡Con María, valientes en la Fe!».
De acuerdo con una nota de prensa del Servicio Informativo Semanal del Episcopado Peruano, la vigilia, además de ser un tribuno a la Virgen, será una ocasión para que los laicos se movilicen en torno a la Inmaculada, y para favorecer encuentro de los jóvenes con Jesucristo, por medio de Nuestra Señora.
La vigilia, que comenzará a las 8:00 de la noche y se extenderá hasta las 10:00 p.m., ocurrirá en la Iglesia del Colegio de Jesús de las Misioneras Dominicas del Rosario. Durante el homenaje a la Inmaculada Concepción se rezara el Santo Rosario comentado, se meditarán canciones marianas, los fieles que participen podrán recibir el Sacramento de la Reconciliación y se celebrará una Santa Misa.
También habrá un espacio para la meditación de lecturas en torno a la Madre de Dios, entre ellas algunos textos significativos de la Carta Apostólica ‘Porta Fidei’, con la que el Papa Emérito Benedicto XVI convocó el Año de la Fe, especialmente los apartes en los cuales el Santo Padre se hizo referencia a la fe de María.
Esta Jornada Mariana será dirigida por el Padre Santiago Manso, Capellán de la ‘Milicia de Santa María’. También participarán las Cofradías y Hermandades de la Arquidiócesis de Lima, además del director del movimiento mariano, José Antonio Benito.
Con información de la Conferencia Episcopal Peruana.
Fuente:: Gaudium Press
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Papa Francisco concluyó el Año de la Fe con solemne misa de Cristo Rey
Noticias religiosas - archivoCiudad del Vaticano (Lunes, 25-XI-2013, Gaudium Press) En la homilía de la misa conclusiva del Año de la Fe, ayer en el Vaticano en la Plaza de San Pedro, el Santo Padre enfatizó en la necesidad de asumir la actitud del Buen Ladrón, para que Jesús se «acuerde» de nosotros.
En la eucaristía, que fue también misa de la Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo, participaron 1.200 religiosos entre cardenales, patriarcas y arzobispos mayores de las Iglesias orientales, arzobispos, obispos y sacerdotes. Al lado del altar se expusieron las reliquias del apóstol Pedro: una caja de bronce con algunos fragmentos óseos. Al final de la celebración, el Obispo de Roma entregó simbólicamente su exhortación apostólica «Evangelii gaudium» a 36 representantes del «pueblo de Dios» provenientes de 18 diversos Países. Antes de la misa se realizó una colecta para la población de Filipinas.
Homilía del Papa
La centralidad de Cristo fue el eje conductor de la homilía del Papa Francisco.
Centralidad de Jesús en la creación. «Cristo es el centro. Cristo centro de la creación, del pueblo y de la historia. El apóstol Pablo, en la segunda lectura, tomada de la carta a los Colosenses, nos ofrece una visión muy profunda de la centralidad de Jesús. Nos lo presenta como el Primogénito de toda la creación: en Él, por medio de Él y en vista de Él fueron creadas todas las cosas. Él es el centro de todo, es el principio. Jesucristo, el Señor. Dios le ha dado la plenitud, la totalidad, para que en Él todas las cosas sean reconciliadas (cf. 1,12-20). Señor de la Creación, Señor de la reconciliación».
Jesucristo es en torno de quien se reúne el Pueblo fiel. «Además de ser centro de la creación y centro de la reconciliación, Cristo es centro del pueblo de Dios. Y precisamente hoy está aquí, al centro de nosotros. Ahora está aquí, en la Palabra, y estará aquí, en el altar, vivo, presente, en medio de nosotros, su pueblo. Nos lo muestra la primera lectura, en la que se habla del día en que las tribus de Israel se acercaron a David y ante el Señor lo ungieron rey sobre todo Israel (cf. 2S 5,1-3). En la búsqueda de la figura ideal del rey, estos hombres buscaban a Dios mismo: un Dios que fuera cercano, que aceptara acompañar al hombre en su camino, que se hiciese hermano suyo. Cristo, descendiente del rey David, es precisamente el «hermano» alrededor del cual se constituye el pueblo, que cuida de su pueblo, de todos nosotros, a precio de su vida».
Finalmente, el Pontífice resaltó la centralidad de Cristo en la historia de la Humanidad y en la historia de cada persona:
Mientras todos los otros se dirigen a Jesús con desprecio -«Si tú eres el Cristo, el Mesías Rey, sálvate a tí mismo bajando de la cruz»- aquel hombre, que se ha equivocado en la vida hasta el final pero se arrepiente, se agarra a Jesús crucificado implorando: «Acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino» (Lc 23,42). Y Jesús le promete: «Hoy estarás conmigo en el paraíso» (v. 43): su Reino. Jesús sólo pronuncia la palabra del perdón, no la de la condena; y cuando el hombre encuentra el valor de pedir este perdón, el Señor no deja jamás de atender una petición como esa. Hoy todos nosotros podemos pensar a nuestra historia, a nuestro camino. Cada uno de nosotros tiene su historia; cada uno de nosotros también tiene sus errores, sus pecados, sus momentos felices y sus momentos oscuros. Nos hará bien, en esta jornada, pensar a nuestra historia y mirar a Jesús y desde el corazón repetirle tanta veces, pero con el corazón, en silencio, cada uno de nosotros: «¡acuérdate de mí, Señor, ahora que estás en tu Reino!». Jesús, acuérdate de mí, porque yo tengo ganas de ser bueno, tengo ganas de ser buena, pero no tengo fuerza, no puedo: ¡soy pecador, soy pecador! Pero acuérdate de mí, Jesús: ¡Tú puedes acordarte de mí, porque Tú estás al centro, Tú estás precisamente en tu Reino! ¡Qué bello! Hagámoslo hoy todos, cada uno en su corazón, tantas veces. «¡Acuérdate de mí Señor, Tú que estás al centro, Tú que estás en tu Reino!».
El Papa Francisco concluyó su homilía invitando a todos a seguir por el camino de nunca olvidar la centralidad de Jesús.
Con información de Radio Vaticano
Fuente:: Gaudium Press
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Santuario mexicano en honor de los mártires de la Cristiada inicia canal de video por Internet
Noticias religiosas - archivoFuente:: Gaudium Press
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Sacerdote salesiano presentó libro San Francisco de Sales, padre, maestro y amigo
Noticias religiosas - archivoSacerdote salesiano presentó libro «San Francisco de Sales, padre, maestro y amigo»
Turín (Lunes, 25-11-2013, Gaudium Press) Con ocasión del tercer año de preparación al bicentenario de nacimiento de San Juan Bosco, fundador de la Familia Salesiana -aniversario que se conmemorará en 2015 -, fue presentado en Italia el libro «San Francisco de Sales, padre maestro y amigo».
De autoría del sacerdote salesiano, Gianno Ghiglione, el libro es el segundo volumen de una obra que habla sobre la espiritualidad salesiana, a la luz de las cartas espirituales de San Francisco de Sales, Doctor de la Iglesia Universal y Patrono de la Familia Salesiana, de quien Don Bosco se inspiró para el ‘Sistema Preventivo’ y de su obra en el mundo.
En este volumen, como una continuación del primer libro, el autor presenta las cartas espirituales que San Francisco de Sales escribió en los últimos 10 años de su vida (1611-1622). Por su parte, el primer volumen de la obra, titulado «San Francisco de Sales, padre, maestro y amigo – la espiritualidad salesiana en las Cartas», recorre las cartas espirituales escritas por el santo de 1593 a 1610.
Como menciona la agencia de información salesiana ANS, el elemento que une a los dos volúmenes es justamente la óptica de la espiritualidad salesiana, que es el camino que definió San Francisco de Sales para llegar hacia Dios.
«En 1610 nace una nueva realidad, la Orden de la Visitación y este es el elemento de novedad, con las muchas hijas que entran a hacer parte y a las cuales el santo escribe con extraordinaria abundancia. Es sobre todo aquí que tenemos la oportunidad de capturar el espíritu salesiano como fuente, espíritu que se entrega con sencillez y alegría a la mujer casada, al soldado, al noble, al párroco del pueblo», se expone en la presentación del libro.
Esta obra, que está dirigida especialmente para todos los que conforman la Familia Salesiana, está dedicada también para todos los fieles, como fue la intención de San Francisco de Sales quien escribió sus cartas tanto para los nobles, como para los simples habitantes.
El libro fue presentado el pasado jueves 21 de noviembre en Turín, casa de la Familia Salesiana, y fue producido por la ‘Editrice Elledici’.
Con información de ANS.
Fuente:: Gaudium Press
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El Imperio Eterno
Noticias religiosas - archivoRedacción (Lunes, 25-11-2013, Gaudium Press) Quien contempla el arte romano toma contacto con algo del aroma de grandeza del pueblo que mayor influencia tuvo sobre la cultura occidental. Roma es eterna en sus mosaicos dorados, en sus portentosas ruinas y en las estatuas de mármol donde se contempla personajes hieráticos que demuestran una capacidad humana envidiable. Lógica, autodominio y deseo de grandeza son predicados salientes en aquellas fisionomías que parecen más dirigidas a la eternidad.
Las representaciones de los antiguos patricios parecen mitificar al romano como un héroe encima de la propia naturaleza, no como mera utopía, sino con el empeño de reflejar algo de alta concepción de plenitud humana admirada por aquel pueblo que conquistó reinos e imperios, que hizo del Mediterráneo una propiedad exclusiva, el Mare Nostrum.
Durante cerca de ocho siglos, el Viejo Mundo vivió bajo influencia inmediata de las águilas latinas pendientes en su victorioso estandarte.
Todavía hoy esta civilización es admirada en su ingeniosa arquitectura, en sus técnicas militares, en su arte de gobernar a los conquistados, en el orden admirable de su Derecho, en su arte secular y en la riqueza de la literatura.
La perennidad de la cultura romana es vista, por ejemplo, en el latín, el idioma de la cultura. Durante siglos fue usado en las universidades para transmitir el conocimiento humano. Inclusive después de las invasiones, cuando las provincias cedieron lugar a los reinos germánicos, la lengua de Cicerón se esparció por toda Europa y se mantuvo por los siglos a través de la innegable contribución de la Iglesia.
Los pueblos latinos, legítimos e inmediatos herederos de Roma, esparcieron las lenguas romanas por todos los continentes. Cerca de la mitad de la población mundial usa el alfabeto latino, y casi un tercio de la superficie terrestre es habitada por pueblos que tienen por idioma una de las lenguas romances.
Roma es eterna. Entretanto, esta grandiosa perennidad del Imperio abrigó dos modos de concebir el espíritu romano. Dos ciudades disputaban abiertamente la herencia de los gloriosos antepasados de Lacio: Roma y Bizancio. Ambas ostentan cualidades específicas en las expresiones artísticas, en las formas de gobierno y en la mentalidad de cada ciudadano.
Con el correr de los siglos, esta diferencia se fue solidificando hasta el momento en el cual, con la división del imperio en el 395, la parte oriental pasó a ser conocida como Bizantina. Púrpura, ceremonia y esplendor le eran palabras correlacionadas. La erudición, e inteligencia y la diplomacia de Bizancio intentaban afirmarla como la única heredera de la cultura helénica y de la grandeza latina.
Roma o Bizancio, ¿Quien habrá heredado la totalidad del espíritu del Imperio? ¿Cómo un historiador podría definir la diferencia psicológica de los romanos orientales y de los occidentales? ¿Cuál era, en último análisis, el designio de Dios al respecto de esta maravilla de lógica, esplendor y grandeza vivida con matices diversos, pero harmónicos por las dos capitales?
En una conferencia sobre la «Visión de la historia: el plan de Dios en cuanto al Imperio Romano de Oriente y de Occidente», el Prof. Plinio Corrêa de Oliveira discurre sobre la vocación de una de las mayores civilizaciones de la Historia:
El Imperio del Oriente, sobretodo Bizancio, me parece haber sido llamado a realizar el ideal del Imperio uno y cristiano, católico, más que Roma y el Imperio del Occidente, el cual ya estaba en decadencia y no tenía más el brillo del Imperio del Oriente.
En medio las corrupciones y horrores, Bizancio tuvo una indiscutible grandeza, herencia del Imperio Romano, con su fuerza, lógica y espíritu de organización agregados a la gracia del bautismo. Y por eso con un ‘pulchrum’ propio, que no llegaba a ser el de una sociedad orgánica perfecta; esta debería tener esa grandeza natural, sin embargo aprimorada por la gracia que, siendo amiga de la naturaleza, posa sobre ella y la sacraliza, dándole fulgores propios, los cuales no excluyen la gloria natural que, de acuerdo con un designio de la Providencia, se haya acumulado.
El Imperio Cristiano del Occidente me parece haber sido llamado a representar más la fuerza como venciendo. Y el del Oriente, la fuerza ya victoriosa que se inclina sobre los escombros de aquello que había derrotado y, no más con temor, sino con amor, va seleccionando de dentro de ellos cosas para adornar su propia gloria. De manera que hay un qué de síntesis en el Imperio Romano de Oriente» [1].
En esta conferencia el insigne profesor brasileño concluyó que las glorias de Roma y de Constantinopla serán objeto de contemplación inclusive en el Cielo, pues solamente en la ultravida se podrá alcanzar la plena concepción de la grandeza de este Imperio que desde sus principios estaba consciente de que naciera para ser eterno.
Por Marcos Eduardo Melo dos Santos
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[1] CORRÊA DE OLIVEIRA, Plinio. O Império Romano nos planos de Deus. Revista Doutor Plinio, São Paulo. Editora Retornarei, julho de 2011, pp. 23-24.
Fuente:: Gaudium Press
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Esposo y esposa, padre y madre por la gracia de Dios : tema para la Jornada de la Sagrada Familia en España
Noticias religiosas - archivo«Esposo y esposa, padre y madre por la gracia de Dios»: tema para la Jornada de la Sagrada Familia en España
Madrid (Lunes, 25-11-2013, Gaudium Press) El próximo 29 de diciembre la Iglesia en España celebrará la Jornada de la Sagrada Familia, un evento que se conmemora cada año en el país europeo con el propósito de reflexionar sobre el importante rol que ocupa la familia, como Iglesia doméstica, en la sociedad. Este 2013 el lema escogido para el evento ha sido «Esposo y esposa, padre y madre por la gracia de Dios».
Con ocasión de esta celebración los obispos de la Subcomisión Episcopal de la Familia y Defensa de la Vida del Episcopado Español (CEE), han dirigido un mensaje a los fieles de su país en el que hacen un llamado de atención sobre la actual legislación española que «afecta gravemente a la familia».
«Los obispos de la Subcomisión Episcopal de la Familia y Defensa de la Vida queremos llamar la atención de todos los fieles cristianos ante la situación preocupante del momento que vivimos en nuestra sociedad (…) Asistimos perplejos a un cambio sustancial en nuestra legislación que afecta gravemente a la familia, Este cambio viene promovido por la irrupción de la llamada ‘ideología de género’, que toma carta de ciudadanía en nuestro ordenamiento jurídico», dicen los prelados en la misiva.
Luego continúan: «Esta ideología pretende impregnar todo el ámbito social, especialmente el educativo, para llevar a la sociedad a una situación de permisivismo radical; en último término a una cultura que no genera la vida y que vive la tendencia cada vez más acentuada de convertirse en una cultura de muerte».
Sobre el lema de la jornada, dicen en el mensaje: «Desde el punto de vista de la fe es importante reflexionar sobre el lema de esta jornada, ‘Esposo y esposa, padre y madre por la gracia de Dios’, reconociendo el profundo significado que tienen en la Sagrada Escritura los términos de ‘esposo’ y ‘esposa’, a modo de un parangón, a las relaciones que mantiene Dios con su Pueblo, con su Iglesia».
Los prelados siguen: «De igual modo los términos relativos a la paternidad, ‘padre’ y ‘madre’, evocan, en el paralelismo intrínseco -propio de su ser-, a las relaciones que Dios mantiene con los hombres desde el principio. Sin esta referencia al significado profundo que estos términos tienen quizás no se acierte a reconocer el enorme calado del efecto que en la cultura ya en la sociedad puede derivarse desde la aplicación de estos cambios».
En este sentido, los obispo españoles también recuerdan que desde el momento mismo de la concepción «el hombre está ya ordenado a la eternidad en Dios. De esta manera se expresa con estos términos la profunda intensidad del amor de Dios a los hombres y nos permite también descubrir que la gracia de Dios ayuda, en el matrimonio, a los esposos a vivir y fortalecer su vocación al amor».
Finalmente, oran a la Virgen María para que Ella como Esposa y Madre, «ilumine, ayude y fortalezca para que desde el puesto de cada uno en la sociedad defendamos y promovamos el matrimonio y la familia, y su adecuado tratamiento por las leyes».
Con información de la CEE.
Fuente:: Gaudium Press
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El Templo es el punto de referencia de la comunidad del pueblo de Dios , dice el Papa
Noticias religiosas - archivo«El Templo es el punto de referencia de la comunidad del pueblo de Dios», dice el Papa
Ciudad del Vaticano (Lunes, 25-11-2013, Gaudium Press) En la Misa celebrada en la mañana de este viernes 22, en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco afirmó que el Templo es un lugar sagrado donde lo que es más importante no es el rito, sino la «adoración al Señor», resaltando que el ser humano, como «templo del Espíritu Santo», es llamado a oír a Dios dentro de sí, a pedirle perdón y a seguirlo.
Inspirado en el trecho litúrgico del Antiguo Testamento, en que Judas Macabeo re-consagra el Templo destruido por las guerras, el Santo Padre profirió su homilía diciendo que «el Templo es el punto de referencia de la comunidad del pueblo de Dios», donde vamos a rezar, alabar al Señor, dar gracias, pero sobretodo a adorar», pues «en el Templo se adora al Señor».
Para el Pontífice, «lo más importante es la adoración», pues «toda la comunidad reunida mira hacia el altar, donde se celebra el sacrificio y se adora».
Al subrayar el Evangelio del día (Lc 19, 45-48), el Papa Francisco recordó que Jesús expulsaba a los vendedores que usaban el Templo como un local de negocios, más que para la adoración.
«San Pablo nos dice que nosotros somos templos del Espíritu Santo. Yo soy un templo. El Espíritu de Dios está en mí. En este caso, tal vez no podemos hablar de adoración como antes, sino de una especie de adoración que es el corazón que busca el Espírito del Señor dentro de sí, y sabe que Dios está allí y que el Espíritu Santo está dentro de si. Él lo oye y lo sigue», completó.
Concluyendo, cuando se habla de alegría en el Templo, significa «toda la comunidad en adoración, en oración, en acción de gracias, en alabanza». Yo en la oración con el Señor, que está dentro de mí porque yo soy ‘templo'».
«Que el Señor nos conceda este verdadero sentido de Templo, para poder proseguir en nuestra vida de adoración y de escucha de la Palabra de Dios». (LMI)
Fuente:: Gaudium Press
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Nosotros cristianos terminamos nuestro año litúrgico prestando nuestro justo homenaje al Cristo Rey del Universo , afirma el Obispo de Novo Hamburgo, Brasil
Noticias religiosas - archivo«Nosotros cristianos terminamos nuestro año litúrgico prestando nuestro justo homenaje al Cristo Rey del Universo», afirma el Obispo de Novo Hamburgo, Brasil
Novo Hamburgo (Viernes, 22-11-2013, Gaudium Press) Mons. Zeno Hastenteufel, Obispo de la Diócesis de Novo Hamburgo, en el Estado de Rio Grande del Sur, Brasil, recientemente escribió un artículo con el título «Cristo es el rey del universo». En el texto, el prelado recuerda que el domingo es cuando concluía el Año de la Fe. El explica que el Año de la Fe fue una iniciativa del entonces Papa Benedicto XVI, con el cierre previsto para la Fiesta de Cristo Rey.
De acuerdo con el Obispo, con la Fiesta de Cristo Rey fue coronado todo un año de profundización y de una concientización muy seria en torno de la Fe y de la vida cristiana. El resalta que, normalmente, el año litúrgico celebra el Misterio de nuestra Redención, a partir de la encarnación del Verbo, toda la vida pública del Señor, su pasión, muerte y resurrección, y después celebramos toda la vida de la Iglesia, hasta el encuentro definitivo, con el Señor, el Cristo vivo y resucitado, el Rey del Universo.
«Nosotros tenemos alguna dificultad para explicar este lenguaje a nuestro pueblo, porque en los días actuales, nosotros entendemos el Rey como alguien sentado en su trono, gobernando a todos aquellos que están a su alrededor, con cetro valioso, y ejerciendo un poder monárquico y vitalicio», destaca el prelado.
Entretanto, él afirma que cuando miramos la primera lectura de este domingo, encontramos la escena del libro de Samuel, en que todas las tribus de Israel vinieron a Hebrón, a la tumba de los patriarcas, para reafirmar la alianza con Dios y allí ungieron al rey David. Él también agrega que el texto de Pablo a los Colosenses nos presenta el Cristo, Salvador, como cabeza de la Iglesia y centro de toda la obra creada: «Quiso habitar en él con toda su plenitud y por él reconciliar consigo a todos los seres, los que están en la tierra y en el cielo, realizando la paz por la sangre de su cruz» (Col 1,19).
Ya el Evangelio de este domingo, resalta Mons. Zeno, nos coloca en la escena de la pasión de Jesucristo, cuando en aquel proceso de condenación, Pilatos coloca aquel letrero: «Jesús Nazareno, Rey de los Judíos». Conforme él, los judíos no querían aquellas palabras, pero Pilatos respondió: «Lo que escribí, está escrito». Y después, el ladrón de la Cruz hizo esta oración: «Jesús, acuérdate de mi, cuando entrares a tu Reino» (Lc 23, 42). Jesús no retrucó, sino respondió: «Hoy estarás conmigo en el paraíso» (Lc 23,43). Para el Obispo, Jesús tenía una clara conciencia de su Realeza y de su Reinado.
Por último, el prelado dice que nosotros cristianos terminamos nuestro año litúrgico prestando a nuestro justo homenaje al Cristo Rey del Universo. «Nosotros sabemos que el mundo en que nosotros vivimos y la ganancia humana no quieren dejar que Él reine, ni que tenga un día especial dentro de la semana. Nosotros queremos siempre más, tornarnos dueños del mundo y reinar sobre todas las realidades de la tierra. Pero, al menos en este último día del año litúrgico, queremos proclamar bien alto que Él es nuestro Rey y el Señor de nuestra vida», concluyó. (FB)
Fuente:: Gaudium Press
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Creo en la Comunión de los Santos (2)
Noticias religiosas - archivoCristo es el único mediador entre Dios y los hombres, pero los santos ejercen la doble función de ser modelos de seguimiento de Cristo y vida cristiana e intercesores ante Dios. Dice el Concilio Vaticano II: “Por el hecho de que los bienaventurados están más íntimamente unidos con Cristo, consolidan más eficazmente a toda la Iglesia en la santidad…. no dejan de interceder por nosotros ante el Padre. Presentan por medio del único Mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, los méritos que adquirieron en la tierra. Su solicitud fraterna contribuye, pues, mucho a remediar nuestra debilidad” (LG, 49)
En el proceso de canonización de los santos se pide que de alguna manera se manifieste la intercesión del candidato en beneficio de los que se han encomendado a él. Suelen presentarse muchos favores recibidos. Entre ellos las curaciones, científicamente inexplicables, representan la prueba de su santidad. La tierra y el cielo se unen en estas oraciones y especialmente al celebrar sus fiestas. Éstos pueden ser titulares especiales de la iglesia universal, de la diócesis, de la parroquia, de las comunidades religiosas.
Al celebrar sus méritos se realiza la actualización de su ejemplaridad y su patrocinio. Anima contemplar que están salvados, en el cielo, paisanos nuestros que han tenido luchas, dificultades y problemas mayores que las nuestras y en todo momento han sabido ser fieles a Dios y a los hermanos. Los hay de todas las edades, pueblos, razas, culturas, oficios y niveles de vida, que han vivido todas las situaciones que se puedan imaginar. Son muy diversos pero todos coinciden en el seguimiento ejemplar de Cristo y su Evangelio.
Cada cristiano suele tener un santo de su especial devoción que es su prototipo, el guía, el intercesor, aquel que con más confianza y más fácilmente le acerca a Dios. Con toda razón en el prefacio de los santos los aclamamos dando gracias a Dios por ellos: “Nos concedes la alegría de celebrar hoy la fiesta de todos los santos, fortaleciendo a tu Iglesia con el ejemplo de su vida, instruyéndola con su palabra y protegiéndola con su intercesión”
C) COMUNION CON LAS ALMAS DEL PURGATORIO. La Eucaristía es el momento en el que se produce de manera especial la comunión de los santos. Siempre existe la oración por los difuntos a quienes les denominamos con la expresión entrañable de “nuestros queridos fieles difuntos”. Al recordarles pasan por nuestra mente los mejores recuerdos de haber compartido con ellos el amor, sus sacrificios, su vida. Suele producir el memento de difuntos una experiencia de emoción religiosa que nos recorre todo nuestro ser. Realmente sentimos cómo estamos unidos a ellos. Rezamos a los que ya que están en el cielo para que intercedan por nosotros. También al mismo tiempo ofrecemos nuestra oración por los que están en camino hacia el cielo y pertenecen a la iglesia purgante para que Dios les conceda el cielo. “Es una obra santa y piadosa orar por los difuntos, para que sean absueltos de sus pecados (2Mac 12, 46).
Es conveniente que en este año de la fe, cuando profesamos este artículo del credo, se explique la doctrina de la Iglesia sobre el purgatorio. Se basa en la Sagrada Escritura, en el Evangelio, en la tradición de los santos padres y en las definiciones conciliares. Las referencias más claras están en la Constitución Dogmática sobre la Iglesia, Lumen Gentium (la Luz de las gentes). La referencia más reciente está en el Catecismo de la Iglesia Católica, que resume todas las demás, para afirmar la fe de que existe una etapa en el camino al cielo que es el purgatorio para quienes “mueren en la gracia y amistad de Dios, pero imperfectamente purificados,aunque están seguros de su eterna salvación, sufren después de su muerte una purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo” (1030).
La constitución dogmática “Lumen gentium” (Luz de las gentes) explican la comunión entre los tres estados de la Iglesia triunfante, purgante y militante (LG 49-51). Afirma que “unos peregrinan en la tierra; otros, ya difuntos, se purifican; otros, finalmente gozan de la gloria”. La comunicación de los peregrinos con quienes llegaron ya a la meta o están cerca de ella no se interrumpe, antes bien se robustecen. El Concilio le llama “consorcio vital con nuestros hermanos”. Por esta perfecta continuidad ya desde los primeros tiempos del cristianismo se guardó con gran piedad la memoria de los difuntos. Por ellos la Iglesia ofrece sufragios “por los que aún están purificándose después de la muerte” (LG 51). La Iglesia también recomienda las limosnas, las indulgencias y las obras de penitencia en favor de los difuntos, en particular el sacrificio eucarístico para que, una vez purificados, puedan llegar a la visión beatífica de Dios. Dice San Juan Crisóstomo: “¿Por qué habríamos de dudar de que nuestras ofrendas por los muertos les lleven un cierto consuelo? No dudemos, pues, en socorrer a los que han partido y en ofrecer nuestras plegarias por ellos (Hom. in 1 Cor 41,5).
Estas explicaciones seguramente serán muy útiles al pueblo cristiano cuando profese “creo en la comunión de los santos”. Todos entenderemos lo que decimos y desearemos entrar en esa comunión que nos llevará a aspirar cada vez más para encontrarnos felices un día en el amor de Dios, la Iglesia militante, la Iglesia purgante y la Iglesia triunfante, en la patria Celestial.
+ Francisco Pérez González
Arzobispo de Pamplona y Tudela
?@arzobispofperez
Fuente:: Mons. Francisco Pérez
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