“Osio recordó, mantuvo y conservó la profesión de fe católica del símbolo niceno”

Ponencia de Patricio de Nvascués

Ponencia de Patricio de NvascuésLa tercera jornada del Congreso Internacional de Osio de Córdoba ha contado con la presencia junto de Carlos Alberto de Pinho Moreira, Delegado del Pontificio Consejo para la Cultura, quien ha agradecido la invitación en nombre de esta institución, con motivo del patrocinio del Congreso que se está celebrando en paralelo a diversos actos para conmemorar el 1700 aniversario del Edicto de Milán. El Obispo de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández, ha estado también presente durante la jornada del Congreso.

 La primera intervención ha estado a cargo de Patricio de Navascués, del Instituto Patrístico Agustiniano de Roma, y ha versado sobre el significado de la presencia del Obispo cordobés en el concilio de Sárdica el cual ha definido desde el punto de vista teológico como “un intento fallido”. En definitiva, Navascués ha incidido en que el papel que jugó Osio en este concilio fue el de “exponer la fórmula de fe nicena para que permanezca firme” frente a posibles fórmulas alternativas. Asimismo, el profesor ha destacado la disposición de Osio para “recordar, mantener y conservar la profesión de fe católica del símbolo niceno”.

José Ramón Villar Saldaña, catedrático de Teología dogmática en la Facultad de Teología de Navarra, ha sido el encargado de impartir la segunda conferencia de este día, titulada “La comunión eclesial y la Iglesia de Roma”. En su intervención, el ponente ha ido desgranando los principales acontecimientos del Concilio de Sárdica, entre ellos, el Sínodo de Tiro, la celebración del Sínodo romano o la carta de Julio I. Además, ha hecho un repaso por los cánones y las Cartas sinodales del Concilio.

Centrándose en los cánones de Sárdica y el Obispo de Roma, José Ramón Villar ha explicado que en ese periodo “las decisiones sinodales eran irreformables cuando las confirmaba la Sede romana, pero eran revisables por otro sínodo, si así lo juzgaba el Obispo de Roma”. Y en este sentido, ha ampliado que “Sárdica fue uno de los momentos de la Iglesia en el que se reconoció, de forma casi fáctica, la importancia de la función de Roma para la comunión eclesial”. Ha concluido resaltando que el caso de Sárdica reflejaba un momento histórico de reconocimiento: “Reflejaba la “sustancia de la fe” sobre el servicio de la Iglesia romana en la comunión eclesial en virtud del legado de Pedro, pero según una “formulación” germinal. Además, es una de las primeras etapas en la explicitación progresiva del primado y relevante por un motivo ecuménico como fue las relaciones con las Iglesias Orientales”.

Finalmente, ha cerrado la jornada de mañana Mons. Patrick Descourtieux, consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe y profesor en el Instituto patrístico Augustinianum de Roma. Bajo el título “Osio y los emperadores”, el ponente se ha centrado en la relación que el obispo de Córdoba tuvo no sólo con Constantino, sino también con Constante y su hermano Constancio. Para ello, ha indagado en una de las cartas de Constantino donde se demuestra que éste tenía confianza plena en Osio y que tras su muerte, el obispo se vinculó a Constante y Constancio para trabajar también con la autoridad civil.

Esta tarde, a las 16:00h., continuará la sesión Andrés Sáez Gutierrez, profesor en la Universidad San Dámaso de Madrid y dedicado a la investigación de la teología patrística a propósito de la cual, y a pesar de su juventud, cuenta con publicaciones notorias. En su intervención, titulada “Los acontecimientos de Sirmio”, abordará uno de los temas más espinosos y conflictivos, los acontecimientos y las secuelas del Concilio de Sirmio del 357.

 (Diócesis de Córdoba)

Fuente:: SIC

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