Adviento = Vivir con esperanza

Navidad es regaloMons. Francesc Pardo i Artigas     El nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo (Navidad) es el regalo. 

Estos días la mayoría de nosotros pensamos –y nos preocupa- como conseguir que las personas que queremos y que nos quieren sean más felices durantes las próximas fiestas. Puede que ya hayamos pensado en la comida en familia, en algunos regalos, en la decoración de la casa para que resulte acogedora y todos se sientan bien en ella. Es cierto que la propaganda comercial nos invita a consumir y a comprar, haciéndonos creer que así somos portadores de ilusión. 

No me fijo tanto en el aspecto de “consumir regalos”, sino en el deseo de ofrecer algo que muestre agradecimiento, afecto, necesidad de estrechar lazos familiares o de amistad. 

No olvido –todo lo contrario- a todos aquellos que a causa de las penurias económicas no cuentan con la posibilidad de ofrecer regalo alguno, sino que son ellos los que tienen necesidad de recibir aquello que haga que su vida sea mínimamente digna. También tienen deseo de manifestar afecto, agradecimiento y necesidad de calor familiar. No podrán hacerlo por medio de ningún regalo material, pero si por medio del mejor regalo que es uno mismo, con su presencia, su afecto, sabiendo que compartimos sufrimiento y angustia. 

Pero en Navidad, principalmente, debemos fijarnos en aquello que se nos ofrece a todos, y no tanto en lo que podemos ofrecer. Y ¿qué se nos ofrece? ¿Cuál es este regalo? Pues el propio hecho de la Navidad y su celebración. 

El nacimiento de Jesús es el gran regalo de Dios a la humanidad y a cada uno de nosotros. 

El nacimiento de Jesús hace posible que conozcamos quien es nuestro Dios y cual es su deseo de vida, salvación, y felicidad para todos nosotros. Nos permite vivir sintiéndonos arropados por el amor de Dios, que nos da fuerza para afrontar tantos momentos difíciles y nos perdona tantas desviaciones en la búsqueda de la felicidad. 

Y para que no lo rechacemos, se ha hecho niño, necesitado de todo, para ser después un justo ajusticiado. 

El nacimiento de Jesús fundamenta nuestra dignidad como hijos de esta humanidad, como hijos e hijas de Dios. Ha asumido nuestra mortalidad para que participemos de su divinidad. 

El nacimiento de Jesús nos incita a contemplar su rostro en el rostro de todo niño, de toda persona y, especialmente, en el de los más débiles, que necesitan de nuestro afecto y de nuestras atenciones. 

Por eso celebramos la Navidad, no sólo como un recuerdo del pasado, sino como algo presente, porque el propio Jesús desea nacer de nuevo en la vida de cada uno de nosotros, de nuestros familiares, conciudadanos y compañeros de camino, muy especialmente de los que vivís situaciones semejantes a las de su nacimiento. Debemos alojarle en nuestra vida para que nos aporte aquella luz, aquella palabra, aquellos dones… que salvan, levantan, hacen caminar, y llevan paz y serenidad a cada persona, sea cual sea el momento que este viviendo.

 ¡Navidad con Jesús es el mejor de los regalos!

 ¡Feliz Navidad!

 +Francesc Pardo i Artigas

Obispo de Girona

Fuente:: Mons. Francesc Pardo i Artigas

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