La visita del Obispo al Santo Padre

Mons. Salvador Gimenez Valls

Mons. Salvador Gimenez VallsMons. Salvador Giménez    Muchos de vosotros ya tenéis noticia, desde principios de este mes, de que los obispos españoles están convocados por el papa Francisco a realizar la Visita ad Limina durante los últimos días del mes de febrero y primeros de marzo del próximo año. Para ello estamos preparando los responsables de las distintas áreas pastorales un informe escrito con todas las actividades que nuestra diócesis ha desarrollado desde que se efectuó la última Visita en el año 2005.

Algunos me han preguntado sobre la naturaleza de esta Visita y me siento en la obligación de explicar a todos con mucha brevedad los pormenores de este acontecimiento para pedir, ya desde ahora, oraciones a cada uno en particular y a las promovidas en comunidad. Cuando un cristiano considera que lo ocurrido a su alrededor o en su interior es importante, lo lleva siempre a la oración. Para este obispo el hecho de la Visita tiene un gran relieve personal y ministerial y solicita el apoyo de todos los diocesanos. Ya os agradezco de modo anticipado la colaboración.

La visita “ad limina Apostolorum” por parte de todos los obispos tiene un significado preciso: el fortalecimiento de su responsabilidad de sucesores de los Apóstoles y de la comunión jerárquica con el sucesor de Pedro y la referencia, en la visita a Roma, a las tumbas de los santos Pedro y Pablo, pastores y columnas de la Iglesia Romana. En dicha visita el Pastor Supremo recibe a los Pastores de las Iglesias particulares y trata con ellos cuestiones concernientes a su misión eclesial.

Ese encuentro tiende a consolidar la unidad, fundada sobre la misma fe, esperanza y caridad y a dar a conocer mejor y a apreciar el inmenso patrimonio de valores espirituales y morales que toda la Iglesia, en comunión con el Obispo de Roma, ha difundido por todo el mundo. Las modalidades y frecuencia de tales encuentros pueden variar a lo largo de los siglos pero su sentido esencial permanece siempre el mismo.

En un mundo que se unifica y que las cuestiones globales se tornan cercanas y nos afectan de un modo directo, parece indispensable promover y favorecer una continua comunicación entre las Iglesias particulares y la Sede Apostólica con un intercambio de informaciones y una real cooperación de las solicitudes pastorales acerca de problemas, experiencias, sufrimientos, orientaciones y proyectos de trabajo y de vida.

Los momentos principales de este tiempo previo a la Visita son: la preparación espiritual, la preparación y envío de la relación quinquenal o informe sobre la situación de la diócesis y los contactos con el Representante Pontificio. Cada uno tiene su función asignada para el mejor desarrollo de la Visita pero a todos nos corresponde la unión de corazones en la oración para que nuestra Iglesia aparezca con claridad como “signo e instrumento de la íntima unión con Dios y de unidad del género humano”.

+ Salvador Giménez Valls

Obsipo de Menorca

Fuente:: Mons. Salvador Giménez Valls

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