La financiación de la Iglesia
Mons. Lluís Martínez Sistach El 17 de noviembre celebramos la Jornada de “Germanor” y Día de la Iglesia Diocesana. Es el único día al año en que se hace en los templos una colecta destinada a cada una de las Iglesia locales o diocesanas. Este año se ha escogido para esta jornada un lema muy sugerente, “La Iglesia con todos, al servicio de todos”, para mostrar dos ideas importantes.
Por un lado, que la Iglesia se relaciona con todas las personas y todas las instituciones. La Iglesia está en medio del mundo y, por lo tanto, es aquí donde está llamada a realizar su misión evangelizadora. Por otra parte, se quiere expresar que la manera como la Iglesia está presente en la sociedad es sirviendo.
El mensaje de Jesús en este aspecto es muy claro. Él es el Siervo que da la vida por toda la humanidad y en la última Cena que celebró con sus discípulos nos dio el ejemplo de ponerse a servir lavando los pies y diciendo: “Quien quiera llegar a ser grande entre vosotros será vuestro servidor, así como el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos”.
Realmente, se puede decir que una Iglesia que no sirve, no sirve para nada. El papa Francisco no se cansa de decir que la Iglesia católica debe estar entregada al servicio de la sociedad, especialmente de los más pobres. En la misa final de la reciente Jornada Mundial de la Juventud, que presidió él mismo en Río de Janeiro, resumió su mensaje a los jóvenes con estas tres palabras: “Id, sin miedo, para servir”. La vida de Jesús –nos dijo– es una vida para los demás, es una vida de servicio. Y nos recordó que, siguiendo estas tres palabras, aquel que evangeliza es también evangelizado, la persona que transmite la alegría de la fe, recibe aún más alegría.
Con nuestras limitaciones, deseamos ser fieles a esta vocación de servicio. La archidiócesis de Barcelona se esfuerza por ponerse al servicio de la sociedad en los ámbitos religioso, pastoral, educativo, cultural y de ayuda material. En estos momentos de una dura y prolongada crisis económica, aumenta el número de personas que se ven abocadas a una situación de pobreza. Es cierto que en nuestra sociedad constatamos un despertar de la solidaridad por parte de muchas instituciones, civiles y religiosas, que constituyen el tercer sector social. Este hecho es un gran motivo de esperanza y hace que toda la sociedad sienta la responsabilidad de ayudar a las personas que más sufren las consecuencias de la crisis.
Nuestra diócesis tiene también necesidades económicas para hacer que los nuevos barrios dispongan de Iglesia y de locales para las actividades pastorales, como la catequesis. Recientemente, hemos podido hacerlo en Torre Baró y Ciutat Meridiana. Por eso os pido vuestra aportación económica, ya sea en la colecta que se hace en esta jornada de “Germanor”, ya sea mediante las suscripciones periódicas en favor de la Iglesia. Con esta generosidad, los miembros de la comunidad diocesana están contribuyendo a hacer una labor importante, especialmente necesaria en las circunstancias presentes. Aprovecho la celebración de esta jornada para agradeceros de todo corazón vuestra colaboración humana constante, sobre todo en la forma del trabajo voluntario, y también la económica, en las muchas necesidades de la Iglesia diocesana de Barcelona.
+ Lluís Martínez Sistach
Cardenal arzobispo de Barcelona
Fuente:: Mons. Lluís Martínez Sistach
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