La familia prioridad pastoral

Mons. Jaume Pujol

Mons. Jaume PujolMons. Jaume Pujol     Santa Teresa de Calcuta era reacia, por discreción, a hablar de su familia. Decía: “La mía fue una familia feliz. Tenía un hermano y una hermana, pero no me gusta hablar de esto. Ahora ya no importa. Lo importante es seguir el camino de Dios y su manera de impulsarnos a hacer algo hermoso para él”. Pero su hermano, Lázar, tres años mayor que ella, sí dejó algunas anotaciones sobre los años infantiles. Hablaba de su casa, donde una anciana acudía regularmente a comer, y que estaba abierta a los pobres. Lázar recuerda que, pasado el tiempo, una vez preguntó a su madre quienes eran aquellas personas que se sentaban a su mesa. La respuesta fue: “Había algunos parientes, pero todos eran de los nuestros”. No cabe duda de que la vocación de servicio de su hermana Agnes –en religión Teresa- se incubó en el seno de aquella familia albanesa tan generosa. Las lecciones paternas y maternas fueron más decisivas en su vida cristiana que cualquier doctorado.

He recogido la anécdota, que podría multiplicarse por millones, para ilustrar la importancia de la familia cristiana como creyente y evangelizadora. Y para introducir la conclusión a la que llegó el Consell Pastoral Diocesà de poner el acento este año en la importancia de la pastoral familiar. ¿Quién no tiene experiencia de haber aprendido de labios de sus padres las primeras oraciones, aparte de ejemplos continuos de comportamiento, como la actitud de compartir juegos con los hermanos, dar las gracias al recibir un obsequio, aprovechar el tiempo y ser educado con todos?

En el plan pastoral familiar se insiste en la necesidad de fortalecer esta idea de Iglesia doméstica para la mejor educación de los hijos y mejor servicio a la sociedad. Para ello se les debe reconocer su papel de primeros educadores en la fe y estimularlos para que no dimitan de esta hermosa responsabilidad por falta de tiempo o por otros condicionantes de la vida actual.

La Iglesia pone el acento en acompañar a las parejas que desean contraer matrimonio y secundarlas, cuando nazcan los hijos, para que ejerzan su bendita tarea de ayudarles en su primer despertar religioso. Las parroquias y las comunidades celebrarán con ellos preferentemente los grandes acontecimientos sacramentales que afectan a sus pequeños, desde el Bautismo y la recepción de la Penitencia y la Eucaristía (Primera Comunión) hasta la Confirmación.

Rezar en familia, aunque sea oraciones breves y sencillas, ir juntos a la Eucaristía dominical, estimularles a reconocer posibles llamadas de entrega vocacional al sacerdocio o a la vida religiosa si es el caso, todo esto debe ser acompañado con entusiasmo por la Iglesia. A veces será a través de una cadena de plegarias por las vocaciones; otras mediante la oración ante el Santísimo, o gracias al trabajo pastoral específico con grupos de monaguillos o chicos jóvenes.

Las dificultades objetivas que puedan encontrarse deben ser vencidas por la fe. En Dios debe apoyarse cualquier iniciativa pastoral. A Él acudimos, a través de la Virgen y San José, primeros modelos de familia cristiana, para que las familias vivan felices y se llenen de frutos espirituales.

† Jaume Pujol Balcells

Arzobispo metropolitano de Tarragona y primado

Fuente:: Mons. Jaume Pujol

Leer mas http://www.agenciasic.com/2013/11/10/la-familia-prioridad-pastoral/