Jesús es el Mesías y Profeta
Mons. José Manuel Lorca El silencio ha terminado, Jesús sale de su vida oculta para recorrer todos los caminos del mundo anunciando la Voluntad salvífica de Dios y lo hace de una manera solemne: recibiendo el bautismo de Juan en el Jordán, como un signo. En ese preciso momento se abre el cielo y Dios habla, es Dios mismo el que nos señala a quién debemos escuchar, al Mesías y Profeta, que promoverá el derecho y la justicia, que nos curará y nos librará de las esclavitudes. ¡El Señor nos bendice con su presencia y con su paz. ¡Qué suerte tenemos de conocer a Dios! ¡Qué aventura la del seguimiento de Jesús y qué maravillas encierra! ¡Somos amados por Dios gratuitamente, a cambio de nada! La razón es que Dios también nos ha hecho a nosotros sus hijos por el Bautismo, y este es otro gran regalo del Señor, ¡nos crea a imagen y semejanza suya y nos da la filiación divina!
De este admirable misterio habla el Catecismo: Por el bautismo, el cristiano se asimila sacramentalmente a Jesús que anticipa en su Bautismo, su Muerte y su Resurrección: debe entrar en este misterio de rebajamiento humilde y de arrepentimiento, descender al agua con Jesús, para subir con Él, renacer del agua y del Espíritu para convertirse, en el Hijo, en hijo amado del Padre y vivir una nueva vida. Pocas palabras, pero va a lo esencial, nos debemos parecer a Cristo, en el corazón sencillo y humilde, en saber escuchar la Palabra de Dios y en mantenernos en la fidelidad a ella todos los días, caminando por la senda del bien. Este es el modelo y el itinerario.
Con ese planteamiento que nos hace el Señor, nos da pena ver a tantos, que se llaman cristianos y se dejan arrastrar por todo lo que les aleja de Dios: el materialismo, el relativismo, el consumismo…! Es todo lo opuesto de sus compromisos bautismales. Que no pase de hoy, haz un alto en el camino y piensa sobre tu condición e identidad de cristiano y toma una decisión con valentía, ¡rompe tu silencio y sal a la calle, diciendo en voz alta: Yo renuncio a Satanás que me ha tenido engañado, que me cerró los ojos al amor y me los abrió al egoísmo; renuncio a Satanás, que me oscureció la Luz que me regaló mi Padre Dios y me metió en el vicio, en la oscuridad de las inseguridades, ambientes de violencia…; renuncio a quién me dice que mi dios es el dinero, el poder, los juegos, la sensualidad, la bebida, el escepticismo creciente o en el criticismo irresponsable… y los vuelvo a Jesucristo que ha mantenido abierta la puerta de su misericordia; los vuelvo hacia Jesucristo que su amor por mí le ha llevado a la Cruz; los vuelvo a Jesucristo crucificado que me enseña el camino de la Verdad y la Vida; los vuelvo a Jesucristo, cuyo nacimiento nos aumenta la esperanza, la auténtica fraternidad, la verdadera humanidad donde se respeta al ser humano, incluso antes de su nacimiento…; me ha enseñado el valor de la sencillez, humildad y la entrega diaria al plan salvador de Dios.
+ José Manuel Lorca Planes
Obispo de Cartagena
Fuente:: Mons. José Manuel Lorca
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