El destino de los miembros del Pueblo de Dios
Belo Horizonte (Viernes, 01-11-2013, Gaudium Press) «El sentimiento de nostalgia reaviva la memoria del corazón y nos hace dar gracias a Dios por todos los que marcaron nuestras vidas con su testimonio de amor, su donación. También por aquellos que reconocidamente sufrieron mucho y enfrentaron sacrificios por la vida que tuvieron», dijo el Arzobispo de Belo Horizonte, Brasil, Mons. Walmor Oliveira de Azevedo, en mensaje con ocasión del Día de los Fieles Difuntos, que ocurrirá este 2 de noviembre.
Mons. Walmor Oliveira de Azevedo. |
Según el prelado, la nostalgia y el recuerdo de nuestros familiares ya fallecidos nos remite al núcleo más profundo de nuestra Fe, pues «nos posibilitan ver y sentir la presencia de alguien que amamos, aunque invisible».
Para Mons. Walmor, siempre surgirá una pregunta que toca el sentido de nuestra vida. «Al final, después del tiempo que a cada uno se nos ha dado, ¿cuál es el destino último de nuestra historia personal como miembros del Pueblo de Dios?»
La respuesta solamente nos la puede dar Nuestro Señor Jesucristo, pues «Él responde de muchas maneras y en diferentes pasajes del Evangelio», escribe el Arzobispo.
Todavía, de acuerdo con Mons. Walmor, la gloria concedida a nosotros por Dios significa la vida plena en su amor y su presencia, siendo «una garantía que, acogida amorosamente en el corazón, nos convence de que somos llamados a asumir el compromiso de hacer el bien y empeñarnos en la fraternidad y en la solidaridad».
«Somos de Dios y caminamos, como los nuestros que ya murieron, hacia Dios. La muerte para quien cree no es definitiva, así lo ha asegurado Jesús cuando dijo: ‘Yo soy la resurrección y la vida, quien cree aunque haya muerto vivirá’ (Jn 11,25)», afirmó. (LMI)
Fuente:: Gaudium Press