“Buen camino hacia Belén!”, el Papa celebra las Primeras Vísperas del Primer Domingo de Adviento con los universitarios de su diócesis
(RV).- Esta tarde en la Basílica de San Pedro se renovó la tradicional cita de Adviento con los alumnos de las Universidades de Roma, a los que se unieron los Rectores y Profesores de los Ateneos romanos e italianos. Y el Papa Francisco saludó a todos cordialmente, comenzando por el Cardenal Vicario, los Obispos, las Autoridades académicas e institucionales, los Asistentes de las Capellanías, los Grupos universitarios, y, de modo especial, a los queridos universitarios y universitarias.
Dirigiéndose precisamente a los alumnos, el Papa les dijo que son diversos los desafíos que están llamados a afrontar con fortaleza interior y audacia evangélica. A la vez que destacó que el contexto socio-cultural en el que están inseridos, a veces está recargado de mediocridad y aburrimiento. Por esta razón el Obispo de Roma exclamó: “¡No hay que resignarse a la monotonía del vivir cotidiano, sino cultivar proyectos de amplio respiro, ir más allá de lo ordinario: ¡no se dejen robar el entusiasmo juvenil!”.
En efecto, como explicó en su homilía, Francisco dijo que sería un error dejarse aprisionar por el pensamiento débil y uniforme, como también por una globalización entendida como homologación. Y para superar estos riesgos, agregó que el modelo a seguir no es la esfera, sino el poliedro, que incluye una multiplicidad de elementos y respeta la unidad en la variedad.
El Papa Francisco también les deseó que el empeño de caminar en la fe y de comportarse de manera coherente con el Evangelio los acompañe en este tiempo de Adviento, para vivir de modo auténtico la fiesta de la Navidad del Señor. Y les dijo que podría servirles de ayuda el bello testimonio del beato Pier Giorgio Frassati, quien decía: “Vivir sin fe, sin patrimonio que defender, sin sostener una lucha por la verdad no es vivir, sino ir tirando… Nosotros no debemos nunca tirar sino vivir”.
“¡Gracias – terminó diciendo el Santo Padre Padre – y buen camino hacia Belén!”.
(María Fernanda Bernasconi – RV).

Fuente:: News.va

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El Papa agradece a un grupo de niños enfermos sus oraciones por la Iglesia con sus sufrimientos inexplicables
(RV).- Al final de esta mañana, el Santo Padre Francisco recibió en audiencia, en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico del Vaticano, a un grupo de niños que padecen tumores y leucemia, procedentes de Wroc?aw en Polonia, acompañados por sus familiares. Antes de saludar personalmente a cada uno de estos pequeños enfermos, el Papa les dijo:
Les doy mi cordial bienvenida y los saludo. Gracias por esta visita. Gracias por esta visita y gracias por las oraciones que hacen por la Iglesia. Ustedes hacen tanto bien a la Iglesia con sus sufrimientos, sufrimientos inexplicables. Pero Dios conoce las cosas y también sus oraciones. Muchas gracias. Y será para mí un placer saludar a cada uno de ustedes.

(María Fernanda Bernasconi – RV).

Fuente:: News.va

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Gil_HellinMons. Francisco Gil Hellín      “Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación en que se encuentre, a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por él, de intentarlo cada día sin descanso […] Este es el momento para decirle a Jesucristo: “Señor, me he dejado engañar, de mil maneras escapé de tu amor, pero aquí estoy otra vez para renovar mi alianza contigo. Te necesito. Rescátame, Señor, y acéptame una vez más entre tus brazos redentores”. Estas palabras son la clave de lectura de un largo documento que el Papa Francisco hizo público el martes pasado, con el título “La alegría del Evangelio”, en el cual traza las líneas maestras del ambicioso programa pastoral que propone llevar a cabo en su Pontificado. Programa que no es otro que una profunda renovación eclesial.

El Papa no piensa, en primer lugar, en las estructuras. Ciertamente habla de ellas y sin que le tiemble la mano, pues llega a decir que hay que renovar el mismo Pontificado, no en el sentido de cambiar la doctrina, pero sí en el modo de ejercerlo. Habla también de la renovación de las Conferencias episcopales, de las diócesis y de las parroquias. Pero está convencido de que “la propuesta cristiana no envejece”; porque “Jesucristo puede romper los esquemas aburridos en los cuales podemos encerrarlo y nos sorprende con su constante creatividad divina”.

Con esta lógica, el Papa puede decir que “cada vez que intentamos volver a la fuente y recuperar la frescura original del Evangelio –postulado esencial de toda reforma que merezca ese nombre, añado yo- brotan nuevos caminos, métodos creativos, otras formas de expresión, signos más elocuentes, palabras cargadas de renovado significado para el mundo actual”. La verdadera reforma que la Iglesia necesita, y a la cual el Papa nos convoca, es una reforma que tiene como punto de referencia a Jesucristo. Como repitió Benedicto XVI en más de una ocasión, “los santos son los grandes reformadores”.

En esta línea se explica que los destinatarios de la reforma a la que Francisco nos convoca seamos todos los bautizados: desde el Papa al más humilde de los servidores del Evangelio. “Cada cristiano y cada comunidad discernirá cuál es el camino que el Señor le pide. Pero todos somos invitados a salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio”.

En efecto, es imposible encontrarse con Jesucristo, renovarse y renovar las estructuras eclesiales sin anunciar el Evangelio con decisión y con alegría, con entusiasmo. Es vital que “hoy la Iglesia salga a anunciar el Evangelio a todos, en todos los lugares, en todas las ocasiones, sin demoras, sin asco y sin miedo. La alegría del Evangelio es para todo el pueblo, no puede excluir a nadie”. Por eso, el Papa no duda en afirmar: “Espero que todas las comunidades procuren poner los medios necesarios para avanzar en el camino de una conversión pastoral y misionera, que no puede dejar las cosas como están”.

El Papa pone especial énfasis en esta necesidad de dar pasos audaces y realmente renovadores. “La pastoral en clave de misión pretende abandonar el cómodo criterio pastoral del ‘siempre se ha hecho así’. Invito a todos a ser audaces y creativos en esta línea de repensar los objetivos, las estructuras, el estilo y los métodos evangelizadoras de las propias comunidades”.

Se entiende que el Papa pueda abrirnos su corazón y darnos a conocer dónde lo tiene puesto: “Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, y toda estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual. La reforma de estructuras que exige la conversión pastoral  sólo puede entenderse en el sentido de que se vuelvan más misioneras”. El horizonte no puede ser más apasionante. Hagamos del sueño una realidad.

+Francisco Gil Hellín,

Arzobispo de Burgos

Fuente:: Mons. Francisco Gil Hellín

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Mons. BarrioMons. Julián Barrio    Queridos diocesanos:

El Hijo de Dios se hizo hombre para que conociésemos el amor de Dios, afirma el Catecismo de la Iglesia católica. Desde entonces, el Señor ha querido que lo encontráramos también en cada hombre. Esta es una referencia para entender, preparar y vivir la Navidad, celebrando con gozo el nacimiento de Jesús. Él vino, viene y vendrá a nosotros pero sólo lo encuentra aquel que se deja encontrar en el camino hacia Él. La parábola que ilumina de manera especial este tiempo de Adviento, tiempo de esperanza y de promesas vividas en un una espera activa e ilusionada, es la de las diez vírgenes: “¡Que llega el esposo, salid a su encuentro”! (Mt 25,6). La Iglesia nos pide estar atentos y vigilantes. Lo contrario de estas actitudes es la desesperación de quien no espera nada en el futuro, y el sueño espiritual de quien espera algo pero no hace nada por ir al encuentro de lo que espera. La exhortación de san Pablo es muy elocuente: “Ya es hora de despertarnos del sueño” (Rom 13,11). La somnolencia espiritual va alejando de Dios a la persona sin que ésta tome conciencia de ello.

La gran riqueza del amor de Dios El nacimiento del Hijo de Dios ha sido el gran acontecimiento en nuestra historia al llegar la plenitud de los tiempos. Esto nos ha de motivar a celebrarlo viviendo con intensidad espiritual, y superando todo aquello que pueda dificultar ese encuentro con el Dios, hecho hombre, en nuestra historia personal. Dios ha querido hacerse cercano a nosotros. Es el Dios con nosotros.

¡Cómo contrasta por nuestra parte ese afán de distanciarnos de Él e ignorarlo, perdiendo el sentido religioso en nuestra vida! ¡Tratar de autoafirmarnos a través de la indiferencia con Dios es no apreciar el amor con que Él nos ama! No vivir la experiencia de su amor, nos aleja de los demás y nos encierra en nuestro propio egoísmo. Hemos de volver a Dios para volver al hombre. La gran riqueza que tenemos es su amor para compartirlo con los demás porque “lo esencial del cristianismo es el encuentro que Dios ha hecho del hombre en Cristo”1. El “abajamiento” del Hijo de Dios (cf. Fil 2,6-11) identifica el amor cristiano con el misterio de la cruz, y el amor sincero a Dios y al hombre por Cristo con el sacrificio propio, humilde y generoso. El Verbo se encarnó para hacernos “partícipes de la naturaleza divina”, asumiendo la pobreza y la debilidad de la finitud humana. En los momentos de fatiga humana y espiritual hemos de mantener la mirada en Jesucristo encarnado, aprendiendo en Él la verdadera humanidad, pues sólo así descubriremos esa cercanía de Dios con nosotros y sentiremos la necesidad urgente de acercarnos a los demás con lo que somos y tenemos.

La luz de la fe

Mirar con los ojos de la fe al Niño Dios en Belén fortalece nuestra fraternidad y nuestra esperanza. “La luz de la fe permite valorar la riqueza de las relaciones humanas, su capacidad de mantenerse, de ser fiables, de
enriquecer la vida común. La fe no aparta del mundo ni es ajena a los afanes concretos de los hombres de nuestro tiempo. Sin un amor fiable, nada podría mantener verdaderamente unidos a los hombres…. La fe es un bien para todos, es un bien común; su luz no luce sólo dentro de la Iglesia ni sirve únicamente para construir una ciudad eterna en el más allá; nos ayuda a edificar nuestras sociedades para que avancen hacia el futuro con esperanza”2. Los cristianos llevamos en nosotros mismos la vida del Señor resucitado que hemos de testimoniar con las palabras que decimos, con el espíritu cristiano con que vivimos, con las obras de caridad que realizamos. Sólo así seremos sal de la tierra, luz del mundo (Mt 5, 13), y buen olor de Cristo (2 Cor 2, 15). La insolidaridad y la injusticia, el hedonismo y la corrupción, el fanatismo y la dureza de corazón, la avaricia y la codicia, el egoísmo y el odio son idolatría que nos impide ver esa presencia de Dios en el otro y tener entrañas de misericordia con él. La pobreza del Niño Dios en su nacimiento nos está indicando que cuando tengamos que pasar por la puerta estrecha que lleva a la vida (Mt 7,14), una causa que nos puede impedirlo es aquello que llevamos y que pertenece a los demás, y aquello que nos es propio y que no lo hemos compartido. Día a día quienes lo están pasando mal, esperan nuestra cercanía y ayuda. ¡No seamos indiferentes! ¡Cada cual según sus posibilidades vea la forma de responder a las necesidades de los demás! El amor es el único camino que humaniza al hombre de ayer, hoy y mañana.

Gloria de Dios y temor del hombre

El misterio nos fascina y nos sobrecoge a la vez. En aquella noche la gloria de Dios envolvió de claridad a los pastores y éstos se llenaron de gran temor pero el ángel les dijo: “No temáis, os anuncio una gran noticia que será de gran alegría para todo el pueblo” (Lc 2,10). Reconocer al Hijo de Dios hecho hombre es tomar conciencia de nuestra salvación, de que es grande la dignidad humana, y de que el sentido de nuestra vida lo encontramos cuando de verdad servimos a los demás dando gloria a Dios. ¡”Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad!” (Lc 2,14). Este mensaje de los ángeles en Belén ha de seguir resonando hoy en el acontecer de nuestras vidas.

En este sentido el cristiano siempre ha de tener la sensibilidad humana y espiritual que de alguna forma se hace más patente en estos días. ¡Siempre es Navidad! ¡Feliz Navidad!

Os saluda con afecto y bendice en el Señor,

+ Julián Barrio Barrio

Arzobispo de Santiago de Compostela

Fuente:: Mons. Julián Barrio Barrio

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Adviento, viene el SeñorMons. Demetrio Fernández       El comienzo del Año litúrgico nos presenta una perspectiva completa de nuestro futuro. Nuestro futuro es el cielo. Hemos nacido para el cielo, y el cielo es nuestra patria definitiva. Ahora bien, ese futuro se vislumbra con tintes dramáticos, porque el hombre ha roto con Dios, con su Creador y Señor, y ha comprometido seriamente su futuro. Dios, sin embargo, le ofrece de nuevo y con creces la salvación rechazada. La historia del hombre, por tanto, se convierte en una lucha dramática entre los extravíos del hombre y Dios que sale al encuentro de ese mismo hombre extraviado, ofreciéndole su casa, abriéndoles los brazos, brindándole su perdón y derrochando con él su misericordia. Verdaderamente, Dios es amigo del hombre, y más todavía del hombre roto por el pecado y por sus propios extravíos.

En este camino de ida y vuelta, en este cruce de caminos -de Dios al hombre y del hombre a Dios- está situado Jesucristo, el Hijo de Dios enviado del Padre, que sale al encuentro del hombre. Cristo, hombre como nosotros, se ha convertido en nuestro hermano mayor, el que nos enseña el camino para volver a la casa del Padre. La salvación del hombre tiene nombre, se llama Jesucristo. El es “el camino, la verdad y la vida” (Jn 14,6) del hombre.

Jesucristo es el esperado, aún sin saberlo, por el corazón de todo hombre que viene a este mundo, porque sólo Jesucristo puede darle lo que el corazón humano desea y ansía. Sólo Jesús puede abrirle de par en par las puertas del cielo, cerradas por el pecado. Sólo Jesús puede pagar esa inmensa deuda que el hombre arrastra sobre sus hombros en su relación con Dios. Sólo Jesús nos hace verdaderos hermanos de nuestros contemporáneos, haciéndonos capaces de perdonar a quienes nos ofenden. Sólo Jesús puede traer la paz al corazón del hombre. Esa esperanza de toda la historia de la humanidad se cumplió en el vientre virginal de María, que concibió virginalmente (sin concurso de varón) a Jesús y permanece virgen para siempre. Ese mismo Jesús, ya glorioso, vendrá al final de la historia para llevarnos con él al cielo para siempre. Y ese mismo Jesús es el que viene ahora en cada persona y en cada acontecimiento, provocando en cada uno de nosotros un encuentro con él.

Ahora bien, aquella primera venida se realizó en la humildad de nuestra carne. La última venida se realizará en la gloria del resucitado. Y la venida cotidiana a nuestra vida se produce en la fe y en la caridad, generando en nosotros una esperanza que no se acaba. Porque esperamos, podemos ponernos a la tarea de transformar nuestra vida y nuestro mundo. Jesucristo se ha puesto de nuestra parte en este camino de esperanza, dándonos el Espíritu Santo, capaz de superar toda dificultad, incluso hasta la muerte.

Por eso, el tiempo de adviento es tiempo de esperanza. Esperamos la última venida del Señor, esa que a los cristianos de todos los tiempos les ha mantenido en vela, a veces incluso en medio de grandes dificultades. Cada día que amanece, cada actividad que emprendemos tiene como meta el encuentro definitivo con el Señor. La oración más antigua de la comunidad cristiana es: ¡Ven, Señor! (Maranatha!). Una oración que sale del corazón de quien espera su gloriosa venida, y por tanto, la victoria definitiva de Dios y de su Cristo, frente a todas las dificultades con las que tropezamos cada día, frente a nuestras debilidades y pecados, frente a Satanás y frente al mundo que nos engaña. Una oración que ha sostenido la esperanza de muchos corazones.

El tiempo de adviento nos sitúa en esa perspectiva amplia del final de nuestra vida, que da sentido a cada momento presente. El tiempo de adviento tiene a Jesucristo como centro y a la Madre que le lleva en su seno. El tiempo de adviento nos prepara de manera inmediata para la Navidad que se acerca. Es un tiempo muy bonito, porque nos habla de algo nuevo, que Dios va haciendo en el corazón de cada hombre.

 

Recibid mi afecto y mi bendición:

+ Demetrio Fernández,

Obispo de Córdoba

Fuente:: Mons. Demetrio Fernández

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eusebiohernandezobtarazonaMons. Eusebio Hernández      Queridos hermanos y amigos: Al comenzar el Adviento pedimos en la colecta de la Misa de este domingo que el Señor avive en nosotros el deseo de salir al encuentro de Cristo, que viene. Es por lo tanto un tiempo litúrgico centrado en Cristo al que queremos acoger en nuestras vidas.

Espiritualmente el Adviento nos impulsa a la espera de Cristo al final de los tiempos, es decir la Parusía, y en esta idea se centran las lecturas y oraciones del primer tiempo del Adviento; por otra parte, aparece en un segundo lugar la perspectiva de la Navidad que se centra en el Emanuel, es decir el Dios con nosotros.

Cada vez que recitamos el Credo afirmamos la primera realidad que celebramos en el Adviento, así decimos: de nuevo vendrá con gloria para jugar a vivos y muertos (Credo nicenoconstantinopolitano), o bien, desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos (Credo de los Apóstoles). Conviene, pues, subrayar en este tiempo lo que tantas veces repetimos en nuestras Misas y oraciones: Venga tu reino; ven, Señor Jesús; mientras esperamos tu venida gloriosa; Bendito el que viene en el nombre del Señor.

La segunda venida del Señor es fundamental para comprender y vivir la esperanza cristiana. El cristiano dejaría de serlo si no espera y pide la vuelta del Señor. Revitalicemos en este Adviento esta realidad de nuestra fe cristiana, ojala vivamos con intensidad la confianza de este triunfo final de Nuestro Señor en el que definitivamente instaurará su Reino.

En función de esta segunda venida de Cristo el Adviento nos invita a dos actitudes que debemos mantener siempre en nuestra vida cristiana. La primera es la oración y la según da es la caridad.

La oración se debe hacer más intensa en nuestra vida personal y comunitaria en este tiempo de Adviento. En la oración colecta del lunes de la primera semana decimos:

Concédenos, Señor Dios nuestro, permanecer alertas a la venida de tu Hijo, para que cuando llegue y llame a la puerta nos encuentre velando en oración y cantando tu alabanza.

También en el prefacio II de este tiempo encontramos la misma idea:

El mismo Señor nos concede ahora prepararnos con alegría al misterio de su nacimiento, para encontrarnos así, cuando llegue, velando en oración y cantando su alabanza.

Es el momento, por lo tanto, de que cada uno de nosotros busquemos tiempos personales y comunitarios para orar y celebrar nuestra fe. Por ello, para nosotros y para toda la humanidad, pedimos los dones del Señor y, que a pesar de nuestra fragilidad, Él nos fortalezca, nos libere de las esclavitudes, nos dé su gracia y que se acreciente en nosotros el sabernos peregrinos encaminados hacia la meta que es el mismo Cristo.

Es también un tiempo para incrementar la caridad que nos hace descubrir en el rostro de cada hombre al Señor que sale a nuestro encuentro, como nos dice el prefacio III de Adviento:

El mismo Señor que se nos mostrará entonces lleno de gloria viene ahora a nuestro encuentro en cada hombre y en cada acontecimiento, para que lo recibamos en la fe y por el amor demos testimonio de la esperanza dichosa de su reino.

Un reto para nuestra fe es pedir, por lo tanto, que en este Adviento nos dé el Señor un corazón nuevo y unos ojos nuevos para “ver” a Cristo en cada hombre y en cada acontecimiento y descubrir en palabras del papa Francisco que “si en nuestro corazón no hay misericordiano estamos en comunión con Dios”.

Con todo afecto os saludo y bendigo.

+ Eusebio Hernández Sola, OAR

Obispo de Tarazona

Fuente:: Mons. Eusebio Hernández Sola

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Oración, reconciliación, libertad religiosa, respeto mutuo: nuevo apremiante llamamiento del Papa por la paz en Siria y Oriente Medio
(RV).- Oración, reconciliación, libertad religiosa, respeto mutuo: nuevo apremiante llamamiento del Papa por la paz en Siria y Oriente Medio (con audio) «Les repito también a ustedes: no nos resignemos a pensar en Oriente Medio sin los cristianos». Cordial bienvenida del Papa Francisco, al recibir a cerca de trescientos peregrinos greco-melquitas, llegados a Roma para reafirmar los profundos lazos de la Iglesia de Antioquia con el Sucesor de Pedro. «Vienen como testimonios de los orígenes apostólicos de nuestra fe. Desde entonces, la alegría del evangelio sigue iluminado a la humanidad, y en ella ustedes caminan, a pesar de las numerosas pruebas que han conocido en la historia y hasta nuestros días. Mi pensamiento va enseguida a los hermanos y hermanas de Siria, que sufren desde hace largo tiempo una ‘gran tribulación’» – destacó el Papa, y añadió: «Rezo por cuantos han perdido la vida y por sus seres queridos. Quiera el Señor enjugar las lágrimas de estos hijos suyos; que la cercanía de la Iglesia los consuele en la angustia y los preserve de la desesperación». Con la fuerza de la oración y de la reconciliación, Francisco pronunció un nuevo apremiante llamamiento:
«Creemos firmemente en la fuerza de la oración y de la reconciliación y renovamos nuestro apremiante llamamiento a los responsables para que cese toda violencia y a través del diálogo se encuentren soluciones justas y duraderas a un conflicto que ya ha causado demasiados daños. En particular exhorto al respeto recíproco entre las diversas confesiones religiosas, para asegurar a todos un futuro afianzado en los derechos inalienables de la persona, que abarcan la libertad religiosa. Su Iglesia desde hace siglos ha sabido convivir pacíficamente con otras religiones y está llamada a desarrollar un papel de fraternidad en Oriente Medio. Les repito también a ustedes: no nos resignemos a pensar en Oriente Medio sin los cristianos. »
El Santo Padre alentó a los peregrinos greco-melquitas a mantener firmes las raíces humanas y espirituales de su tradición, custodiando por doquier la identidad greco-católica, porque la Iglesia entera tiene necesidad del patrimonio del Oriente cristiano, del que son herederos. Y a ser signo visible para todos nuestros hermanos orientales de la anhelada comunión con el Sucesor de Pedro. Dirigiendo su pensamiento a Su Santidad Bartolomé, Patriarca de Constantinopla y a las Iglesias Ortodoxas, el Obispo de Roma invitó rogar al Señor que nos ayude a proseguir el camino ecuménico, en la fidelidad a los principios del Concilio Ecuménico Vaticano II. Y que les ayude a ser siempre cooperadores de la evangelización, cultivando la sensibilidad ecuménica e interreligiosa. Ello es posible gracias a la unidad a la cual están llamados los discípulos de Cristo
(CdM – RV)

Fuente:: News.va

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Adviento con María Madre del Evangelio viviente, el Papa y los universitarios
(RV).- Adviento con María Madre del Evangelio viviente, el Papa y los universitarios El Santo Padre preside este sábado la Primeras Vísperas del Primer Domingo de Adviento, con la participación de los universitarios de los Ateneos Romanos y de las Universidades Pontificias, a las cinco y media de la tarde en la Basílica de San Pedro. Presente el icono mariano de María Sedes Sapientae, que desde el Jubileo del año 2000, por deseo de Juan Pablo II, viaja por las universidades de todo el mundo. Esta tarde, los universitarios de Brasil la entregarán a los de Francia. El icono realizado por el artista Marko Rupnik, S.I., fue donado a los universitarios por el Beato Juan Pablo II el 10 de septiembre del Año Santo del 2000, en ocasión del Jubileo del mundo universitario como «signo de la maternal presencia de María, al lado de los jóvenes, llamados como el Apóstol Juan, a acogerla en sus vidas».
Cómo no recordar que el Papa Francisco en la primera Exhortación Apostólica de su Pontificado – La alegría del Evangelio – sobre el anuncio del Evangelio en el mundo actual, cita también la importancia de las universidades.
Como hace, por ejemplo en el capítulo I (n 65), hablando de algunos desafíos culturales, escribe: «A pesar de toda la corriente secularista que invade las sociedades, en muchos países -aun donde el cristianismo es minoría- la Iglesia católica es una institución creíble ante la opinión pública, confiable en lo que respecta al ámbito de la solidaridad y de la preocupación por los más carenciados. En repetidas ocasiones ha servido de mediadora en favor de la solución de problemas que afectan a la paz, la concordia, la tierra, la defensa de la vida, los derechos humanos y ciudadanos, etc. ¡Y cuánto aportan las escuelas y universidades católicas en todo el mundo! Es muy bueno que así sea. Pero nos cuesta mostrar que, cuando planteamos otras cuestiones que despiertan menor aceptación pública, lo hacemos por fidelidad a las mismas convicciones sobre la dignidad humana y el bien común».
También en el capítulo III, sobre cultura, pensamiento y educación (n. 134), Francisco destaca que «Las Universidades son un ámbito privilegiado para pensar y desarrollar este empeño evangelizador de un modo interdisciplinario e integrador. Las escuelas católicas, que intentan siempre conjugar la tarea educativa con el anuncio explícito del Evangelio, constituyen un aporte muy valioso a la evangelización de la cultura, aun en los países y ciudades donde una situación adversa nos estimule a usar nuestra creatividad para encontrar los caminos adecuados».
La tradición – que comenzó con Benedicto XVI – de celebrar las Primeras Vísperas del Primer Domingo de Adviento en la Basílica de San Pedro, se propone subrayar el comienzo de un nuevo Año Litúrgico para la vida de la Iglesia. Con el tiempo de Adviento, en efecto, comienza un nuevo ciclo anual, en el cual la Iglesia celebra todo el misterio de Cristo, desde la Encarnación a Pentecostés y a la espera de la venida definitiva del Señor.
Asimismo, el tiempo de Adviento es un tiempo mariano: la espera del Señor que viene está acompañada de María, cuya espera del Señor es ejemplar para todos: «La Estrella de la nueva evangelización», escribe el Papa Bergoglio en la Evangelii Gaudium. Y añade: «A la Madre del Evangelio viviente le pedimos que interceda para que esta invitación a una nueva etapa evangelizadora sea acogida por toda la comunidad eclesial». En el broche de oro de su primera Exhortación Apostólica, el Santo Padre escribe también: (N. 286) «María es la que sabe transformar una cueva de animales en la casa de Jesús, con unos pobres pañales y una montaña de ternura. Ella es la esclavita del Padre que se estremece en la alabanza. Ella es la amiga siempre atenta para que no falte el vino en nuestras vidas. Ella es la del corazón abierto por la espada, que comprende todas las penas. Como madre de todos, es signo de esperanza para los pueblos que sufren dolores de parto hasta que brote la justicia. Ella es la misionera que se acerca a nosotros para acompañarnos por la vida, abriendo los corazones a la fe con su cariño materno. Como una verdadera madre, ella camina con nosotros, lucha con nosotros, y derrama incesantemente la cercanía del amor de Dios. A través de las distintas advocaciones marianas, ligadas generalmente a los santuarios, comparte las historias de cada pueblo que ha recibido el Evangelio, y entra a formar parte de su identidad histórica».
(CdM – RV)

Fuente:: News.va

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Crookston (Sábado, 30-11-2013, Gaudium Press) Con el fin de «articular y comunicar la visión de la vida conyugal y la familia dada por Dios, renovada y elevada por Jesús y confiada a su Iglesia», la Diócesis de Crookston, Estados Unidos declaró el año litúrgico 2013-2014 como Año del Matrimonio. La disposición fue consignada en la carta pastoral «Encontrando a Cristo, viviendo a Cristo» de su Obispo, Mons. Michael Hoeppner.

Durante este año, la Catedral de la Inmaculada Concepción en Crookston será lugar de peregrinación para que quienes adoren el Santísimo Sacramento y además veneren el ícono de la Sagrada Familia en el templo puedan ganar una indulgencia plenaria. Para este fin se dispuso una oración especial por el Año del Matrimonio y se elaboró un decreto en el cual se estipulan además como fiestas especiales los días abril 14 (Misa Crismal), octubre 05 (Clausura del Congreso del Matrimonio) y noviembre 18 (Taller sobre Matrimonio Eucarístico).

Matrimonio, santidad y desafíos

«El amor es la vocación fundamental de todos los seres humanos», recordó Mons. Hoepnner en su carta pastoral. «Dios nos creó en amor; Dios nos ha creado para el amor». El prelado explicó que el matrimonio es la vocación de la vasta mayoría de personas en la cual deben vivir el llamado universal a la santidad y el cual constituye una institución querida por Dios e inscrita en el orden de la naturaleza. «El primer pecado rompió la comunión original entre el hombre y la mujer. Sin embargo, la bendición original del matrimonio nunca fue revocada», enseñó. «Jesucristo no sólo ha restaurado la bendición en su plenitud, sino que la elevó haciendo que del matrimonio entre los cristianos bautizados un signo sacramental de su propio amor por la Iglesia».

El Obispo señaló que el sacramento del Matrimonio enfrenta muchos retos, como la cada vez más frecuente tendencia a la cohabitación sin haber contraído matrimonio, la alta tasa de divorcios, el desconocimiento de la apertura a la vida como uno de los dos propósitos co-esenciales del Matrimonio y la redefinición misma de esta institución en las normativas legales. Ante estas realidades, Mons. Hoepnner hizo un llamado a la Nueva Evangelización sobre este tema.

«Algunos tratan hoy el matrimonio como una asunto privado, sólo para las propias parejas. Pero el matrimonio, como Dios lo ha dado, no es privado», afirmó el prelado. «Es el fundamento de la familia, donde los niños aprenden los valores y virtudes que los harán buenos cristianos y buenos ciudadanos». Por este motivo, el Obispo pidió hacer de este tema una prioridad para las parroquias, promover activamente la adecuada preparación para el sacramento y dispuso la creación en la Diócesis de una Oficina para el Matrimonio y la Vida Familiar.

La Eucaristía de apertura del Año del Matrimonio se celebrará el día 01 de diciembre, Primer Domingo de Adviento, y la Diócesis elaboró una completa programación con talleres, conferencias, retiros, entre otras actividades. La información completa sobre el Año del Matrimonio fue incluida en una página web especialmente diseñada para la iniciativa.

Con información de Diócesis de Crookston.

 

Fuente:: Gaudium Press

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Continúa oleada de violencia en México: dos sacerdotes fueron asesinados en el estado de Veracruz

Tuxpan (Sábado, 30-11-2013, Gaudium Press) En medio de una preocupante oleada de violencia en México, dos sacerdotes fueron asesinados pasado 29 de noviembre, en circunstancias que aún son investigadas por las autoridades, quienes han capturado a cuatro sospechosos. «Con profunda pena comunicamos la información recibida por parte del padre Humberto Arce: Los Padres de la Parroquia de San Cristóbal en Ixhuatlán de Madero, Veracruz, los padres Hipólito Villalobos Lima y Nicolás De la Cruz Martínez, fueron encontrados hoy en la mañana, asesinados en el curato» anunció la Diócesis de Tuxpan.

Con motivo de la trágica noticia, el Nuncio Apostólico en México, Mons. Cristophe Pierre envió a la Diócesis un mensaje de condolencia y deseo por el fin de los actos de violencia en el país. «Que nuestra confiada oración sea también un reconocimiento a la labor humilde y eficaz de estos sacerdotes que dedicaron su vida al anuncio del Evangelio, y que se esforzaron por ser testigos del Señor de la Vida», expresó Mons Pierre. «Quiera Él transformar sus sacrificios, en fermento de paz y en una fuerte llamada a la conciencia y a la conversión de quienes hoy parecen haber hecho de la violencia su propia razón de existir».

La muerte de los presbíteros es un hecho más de una continua serie de crímenes cometidos contra todo tipo de personas en medio de lo que el Obispo de Apatzingán, Mons. Miguel Patiño Velázquez, calificó como «un estado fallido» a causa de la impunidad y la influencia de las bandas delincuenciales. «Los gobiernos municipales y la policía están sometidos o coludidos con los criminales», alertó el prelado a inicios del mes de noviembre (ver noticia anterior).

Según informó la agencia Fides, la Conferencia Episcopal Mexicana prepara un informe especial para el Santo Padre Francisco sobre la situación de violencia en el país, de acuerdo con lo decidido en su más reciente Asamblea Plenaria.

Con información de Arquidiócesis de Tuxpan y Agencia Fides.

 

Fuente:: Gaudium Press

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